La Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones de la Empresa Privada (UCCAEP) pidió al gobierno devolverles la confianza. Basa este criterio en un tipo de cambio sostenido en el piso de la banda cambiaria, y lo sujetan a la posibilidad de mayor y más rápida inversión.

Los exportadores aseguran una pérdida de competitividad por el bajo tipo de cambio. Se atribuye la pérdida de empleo en el sector privado, la escasa colocación de crédito y las altas tasas de morosidad entre los bancos a ese fenómeno del mercado de dinero.

Se plantea que el mejoramiento en esos indicadores se logra con un tipo de cambio elevado artificialmente.
No obstante, la factibilidad de esa forma de devolver la confianza en el gobierno no ha sido probada.

Hubo largos períodos del 2009 y 2010 en que el tipo de cambio fue de techo, y esas tres variables mostraron el mismo signo o uno semejante al destacado por UCCAEP.

No se vislumbran esfuerzos por elevar la competitividad en momentos de crisis. Basar la competitividad en la mayor cantidad de colones que se podría obtener por cada dólar, es una actitud mediocre.

La competitividad sería espuria, sustentada en el menoscabo del bienestar de los consumidores del país, mientras subsidian a los consumidores de otros países.

Un análisis de la elasticidad tipo de cambio de las exportaciones e importaciones de enero a septiembre del 2010 denota, ceteris paribus, que las exportaciones e importaciones muestran una sensibilidad semejante a la variación en el tipo de cambio medio -gráfica 1-. En general, las exportaciones y las importaciones son elásticas -en su magnitud- al tipo de cambio, pero la dirección del cambio es impredecible -gráfica 2-.

Este aspecto explica también por qué los precios de bienes finales importados no disminuyen al caer el tipo de cambio. 

De diciembre 2009 a septiembre 2010, tanto las alzas como las bajas en el tipo de cambio influyen negativamente en las exportaciones e importaciones. La competitividad real no está en el tipo de cambio, sino en la estructura productiva global de la producción. La baja del tipo de cambio no influye negativamente en las exportaciones, por lo que la posible reducción en el empleo o en la inversión hay que buscarla en aquella estructura.

Un alza en el tipo de cambio implica encarecimiento de recursos importados y por tanto de los productos de exportación.

Eso sí podría influir negativamente en el empleo y la inversión en el país. Es evidente que, todo lo demás igual, una variación relativa en el tipo de cambio corresponde a un cambio relativo en la misma dirección en las exportaciones, pero de mayor magnitud.