Un planeta goleado: ¿Es el fútbol sostenible?

Asistir al magno evento futbolero, donde participan los reyes, príncipes, cracks y hasta los bien llamados magos del fútbol, indudablemente es un platillo

No hay evento deportivo que mueva más masas en el nivel mundial que la copa de fútbol. Rotando por los cinco continentes, este torneo se ha convertido en cita obligatoria de millones de hinchas y fanáticos que esperan cada cuatro años vivir una verdadera fiesta deportiva.

Asistir al magno evento futbolero, donde participan los reyes, príncipes, cracks y hasta los bien llamados magos del fútbol, indudablemente es un platillo deportivo que cualquier fiebre al fútbol anhelaría asistir y les confieso que a mí me encantaría.

Pero el propósito de este artículo no es comentar sobre la ya consabida fiesta deportiva que se desatará dentro de pocos meses en Johannesburgo, quisiera reflexionar sobre la goleada, en términos de impacto ambiental, que se le propinará a la tierra antes, durante y después del mundial.

Nuestro planeta será goleado, agujereado y acribillado por millones de toneladas de carbono liberadas a la atmósfera durante la organización y ejecución del campeonato. Nos enfrentaremos al evento histórico deportivo de mayor impacto ambiental de la tierra. Para dimensionar la paliza, un estudio del Ministerio de Asuntos Ambientales de Sudáfrica concluyó que serán liberadas 2753 millones de toneladas de carbono, 65% por transporte, 17% por consumo de energía y por alojamientos y hotelería 13%.
Según la Ministra de Ambiente sudafricana Buyelwa Sonjica: «Estamos hablando de una elefante huella de carbono con una extravagante y desproporcional cifra preliminar de emisiones de gases efecto invernadero que superara en casi 10 veces las liberadas durante el torneo en Alemania» (Earth Times 24/11/2009) y según Theodore Oben, del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP): “serán el doble de las emisiones emitidas el año pasado por los Juegos Olímpicos de Pekín (1,8 millones de toneladas)”.
Más que una huella deportiva, no hay duda que el mundial se llevará la copa, la corona, las palmas de las emisiones, dejándonos una cicatriz ecológica con nefastas e incalculables implicaciones que prevalecerán y se sentirán decenios de años después de que el Señor del fútbol, Joseph Blater, pronuncie su discurso de clausura. La tierra será goleada, no hay posibilidad de empate, sin excepción todos seremos perdedores, incluso los hinchas que aún no han nacido.
¿Cómo explicar la goleada? Primero recuerde que en fútbol la sede cuenta. Sudáfrica es uno de los mayores emisores per cápita de gases que causan el cambio climático. La matriz energética sudafricana se basa en la quema de combustibles fósiles vegetales (carbón) y solo para la construcción de los mega-estadios se han presupuestado cinco nuevas plantas generadoras y con ellas una clara alteración en la ya negativa huella de carbono de este enclave africano. La distancia y la ubicación geográfica del país y sus nueve sedes deportivas, marcarán un salto en las emisiones de gases por vuelos y por transporte terrestre y marítimo. A esto súmele la poca infraestructura eco-amigable para mitigar emisiones.
La goleada es inminente y desalentadora, a todas luces la FIFA tiene una papa caliente o más bien un planeta que se está quemando. El símil del mundo con una pelota de fútbol es indiscutible, lo malo es que todos sabemos que no podemos cambiar el planeta por otro cuando ya no nos sirva. Pese a esta verdad, nos embriaga el entusiasmo y la algarabía que genera el mayor torneo futbolístico, no hay espacio para meditar sobre las modificaciones de mega-escala que vendrán y alterarán la forma en que veremos y practiquemos este mágico deporte.
El fútbol como disciplina y como deporte debe ser sostenible y eco amigable y sobre todo debe generar conciencia de conservación planetaria. Así como la FIFA pide que un equipo tenga en su estadio ciertas condiciones deportivas, deberá exigir normas y estándares ambientales específicas para mitigar las emisiones y generar lineamientos carbono-amigables. Es un asunto de eco-ética y de responsabilidad con los que aún no han visto la luz y que podrían deleitarnos igual o mejor que Pelé, Messi o Kaká. Algunos equipos Europeos, voluntariamente o por presión de sus mismos hinchas, están implementando medidas para reducir emisiones de carbono, estas pueden ser adaptadas a nuestro medio futbolero, detalles en un próximo artículo.

 

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