¿Un terrorismo humano?

Para creyentes como ateos un verdadero guía, respecto de los atentados en París, el Papa Francisco declaró: «no tienen justificación ni religiosa ni humana.

Para creyentes como ateos un verdadero guía, respecto de los atentados en París, el Papa Francisco declaró: «no tienen justificación ni religiosa ni humana. Eso no es humano. (…) son difíciles de entender, hechos por seres humanos.» ¡Estamos de acuerdo!

No creemos ni en el “sobrehombre” (Nietzsche) ni en el modelo infra, el humano “banal” (Arendt). Pido fijar la atención sobre otro factor: los atentados en París, ese viernes negro 13 de noviembre de 2015, apuntan hacia una fatal radicalización seudo-religiosa. Conversos famosos hay, desde San Pablo en adelante: suelen ser rigurosos y hasta un tanto exaltados en sus convicciones; en muchos casos tienen un dramático fin como “mártir”, es decir: “testigo”, en griego. Otra cosa son los desequilibrados.

Allí va la “conversión” de Liliane Degauque (1967–2005). Belga, de hogar problemático y con la enfermedad de Rokitansky (nacer sin útero), ya de pequeña resultó problemática, pese a una buena educación católica. Después de un matrimonio fracasado con un turco, se radicalizó bajo la influencia de un segundo marido, un marroquí. En términos de su madre: llegó a ser “más islamita que los islámicos”. Empezó con velo, después con “chador” (el cuerpo cubierto en totalidad). Renegó hasta su nombre: de ahí en adelante se llamaría Muriel. En vez de madurar en una fe, terminó transgrediendo todo código moral universal. Si, le lavaron el cerebro, ¿pero no es que tampoco supo organizar su propia vida como ser adulto y racional?

Durante la guerra en Irak, con su esposo se encaminaron hacia Turquía y Bagdad, en Irak. Allí primero, a bordo de su carro Mercedes lleno de explosivos, fracasó en un atentado contra el enemigo yankee; después hasta le falló su desesperado kamikaze: tardó horas en morir. Todo está mejor ilustrado en varias fuentes por internet: resultó ser la primera mujer occidental en proceder de esa horrible manera. Sobre ella, Chris De Stoop escribió una sentida biografía: “La paz sea contigo, hermana”.

Han pasado diez años. No solo la situación en Europa se ha complicado con una avalancha de inmigrantes musulmanes nada moderados, sino que Bélgica, por lo visto tiene el triste record de gente que se alista por el mismo camino, esta vez hacia Siria: sí, son humanos también los terroristas… pero asistimos a una radicalización galopante, inhumana.

Ello incita a pensar seriamente sobre una triple combinación negativa: cómo un hogar deficiente, una buena educación pero mal asimilada, aunado ello con una deficiente capacidad de leer, en este caso tanto la Biblia como el Corán, aunado todo, hasta puede llevar a perder los estribos. ¿Cuántos jóvenes más van por este camino? Paz con ustedes, hermanos.

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