La enfermedad conocida popularmente como “Dragón Amarillo” de los cítricos es denominada también como Greening en Sudáfrica, debido a que el fruto del cítrico madura en la base y mantiene el lado apical de color verde, lo contrario en un fruto sano.
La enfermedad se conoce con su nombre local en la provincia de Guangdong, República Popular de China: Huanglongbing, que significa “Enfermedad de Brote Amarillo”, donde fue identificada hace más de cien años.
La enfermedad fue detectada en Sao Paulo, Brasil, en el 2004 y en la Florida en el 2005; sin embargo, es posible que desde hace mucho tiempo estuviese presente; pero, en un inicio los síntomas se confundieron con los de otras enfermedades y con desórdenes nutricionales, y las herramientas moleculares no fueron tan precisas para su detección.
La enfermedad es transmitida por un pequeño insecto de 2 a 4 mm, con la apariencia de una cigarrita (o chicharrita), llamado Diaphorina citri, que se alimenta de la savia de las plantas de la familia Rutácea (que incluye a los cítricos, y algunas plantas ornamentales). Esta enfermedad es causada por unas bacterias llamadas Candidatus Liberibacter spp, que son transmitidas de una planta enferma a una sana, cuando el insecto se alimenta de una y cambia a la otra.
La enfermedad se encuentra distribuida por las principales áreas citrícolas del mundo en países asiáticos, africanos, islas y países americanos como Brasil, Estados Unidos de América (Florida), Cuba, México y Belice, República Dominicana, y Jamaica. En fecha muy reciente, también en Honduras (noviembre, 2009), en Nicaragua (febrero 2010) y Costa Rica (febrero 2011).
En Costa Rica, el insecto Diaphorina citri, fue hallado en el 2003; sin embargo, es probable que su presencia sea más antigua y no haya sido detectado antes. El insecto succiona la savia en los primordios foliares y puede causar deformación de las hojas; estas se desarrollan con apariencia saludable, pero muestran dobleces o escotaduras en los bordes.
En relación con el comunicado del lunes 21 de febrero del Servicio Fitosanitario, acerca del hallazgo de unos árboles cítricos infectados con la bacteria causante de la “enfermedad del brote amarillo” o Huanglongbing, quisiera manifestarme al respecto.
Esta enfermedad compromete seriamente la producción de las 25 mil hectáreas de cítricos del país y el sustento de una gran cantidad de familias costarricenses y nicaragüenses, que trabajan en este cultivo.
En los países donde ha llegado la enfermedad, se ha desarrollado un riguroso monitoreo de plantas sospechosas mediante la técnica de PCR, un control del insecto transmisor de la bacteria causal y la eliminación inmediata de plantas contaminadas.
Estas medidas no han detenido la enfermedad, y el uso de organismos benéficos, sean insectos u hongos, no ha dado los resultados esperados. Esto, en buena parte, por el hecho de que no se proveen sitios de refugio, vías de tránsito y fuentes de alimento a estos organismos biológicos.
El problema se origina en el momento en que se siembra el cultivo y se elimina toda la vegetación, de manera que se destruyen las cadenas alimentarias y todas las interacciones entre los organismos que formaban parte del ecosistema.
La solución a este problema de la enfermedad “Dragón amarillo” se puede lograr permitiendo la construcción de verdaderas cadenas alimentarias. Una forma de alcanzar este objetivo es con el uso de plantas nectaríferas con gran capacidad de atraer insectos benéficos, los cuales quizá sean escasos en un ambiente, pero cuyas poblaciones pueden incrementar en forma paulatina, hasta alcanzar a regular las poblaciones de fitófagos nocivos.
Algunas de estas plantas se conocen localmente como “paira” (Melanthera aspera), “urena” (Urena lobata), “abejoncillo” (Cassia tora), “cinco negritos” (Lantana camara), las cuales se pueden conseguir en bordes de caminos y potreros abandonados.
La permanencia continua de esa vegetación nectarífera dentro de los cítricos, permite la construcción de cadenas alimentarias largas, donde el insecto plaga (la cigarrita) es parte integral de varias cadenas y está sujeta a varios puntos de equilibrio poblacional, de forma que no puede llegar a alcanzar una densidad alta.
Si la población de la cigarrita disminuye, la enfermedad no puede ser transmitida, y da tiempo para aplicar otras medidas de control. Este tema ha sido estudiado ampliamente en Costa Rica, de manera que se han resuelto decenas de casos de plagas agrícolas en cultivos frutales y ornamentales de follaje.
Datos preliminares recopilados en el 2009, muestran un complejo de especies de insectos depredadores, parasitoides y un hongo entomopatógeno controlando a la cigarrita y produciendo regulaciones entre 80 y 95%.
Finalmente, opino que no existe ningún otro medio de resolver la enfermedad, a menos que se provea de refugio y alimento a los enemigos naturales que controlan a la cigarrita.