La UNED es una de las universidades públicas que está comprometida con los sectores sociales más vulnerables de nuestra sociedad. Ese compromiso se ha venido consolidando a través de los medios tecnológicos que están al servicio de los estudiantes y con una variada propuesta metodológica que incluye textos, capítulos de grabación, videos, programas de radio y televisión, enlaces con la red…y, por supuesto, tutorías presenciales que humaniza y sensibiliza el conocimiento. Ahora bien, como toda institución pública, no está exenta de polémicas, especialmente, cuando estas tienen que ver con procesos electorales.
A raíz de la sanción que le impuso el Teuned (Tribunal Electoral Universitario) a la Presidenta de la Representación Estudiantil por beligerancia política, se han venido planteando dos posiciones: los que avalan su sanción y los que cuestionan la posición del Teuned en nombre de la libertad del movimiento estudiantil. Pese a que este es un asunto que fue objeto de debates, controversias y que ya tiene carácter de cosa juzgada, hay un sector del Consejo Universitario de la UNED y de la Asamblea Universitaria que propugnan por revertir la decisión del Teuned.
Para los que defienden la tesis de la Representación Estudiantil, se remontan a la Reforma Universitaria de Córdoba, Argentina (1918). Así, el discurso está enfocado en la autonomía universitaria, la libre elección, la libertad de cátedra… (En el contexto de la Reforma de Córdoba, se promulgaba un cambio a la herencia española y modelo francés, y cuya tarea descansaba en la oligarquía y el clero, véase: Tünnermann, Carlos: La reforma de Córdoba. 1998). El otro argumento trata de ser convincente, pero se diluye en una retórica ambigua que busca eximir de culpas a la Representante Estudiantil en nombre de la independencia. ¿Puede un miembro del Consejo Universitario hacer propaganda a favor de un candidato a la rectoría, aún cuando sea representación estudiantil? Este es el punto, según los miembros del Teuned y según nuestra lectura.
Para realizar el ejercicio democrático de elecciones se requiere de un tribunal electoral que garantice imparcialidad en la contienda. Esta responsabilidad la delega el Estatuto Orgánico de la UNED, artículo 52: “El Tribunal Electoral Universitario (Teuned) es el órgano superior de la UNED en materia electoral… Sus fallos serán inapelables” (sic.). Por otra parte, en materia electoral, El Tribunal Supremo de Elecciones y la Constitución Política, legitiman y garantizan la potestad del Teuned (véase el artículo 9 y capítulo III constitucional).
Si el Teuned advierte a la represente del Consejo Universitario de la UNED que sus actuaciones constituyen beligerancia política porque actúa como miembro de ese ente y se le conmina a abstenerse; sin embargo, hace caso omiso, y ante esta postura, el Teuned, abre la investigación y se le da el debido proceso (derecho a defensa, derecho de notificación, derecho a recurrir la decisión dictada…) y se le sanciona –se le suspende- como miembro del Consejo Universitario. Se aclara: ello no significa que la población estudiantil pierde su representación, actualmente la asume otra estudiante.
Ahora bien, la estudiante sancionada ha acudido, entre otras instancias, al Tribunal Contencioso Administrativo y a la Sala Constitucional para reivindicar sus derechos; sin embargo, en ambos casos han rechazado sus pretensiones. De manera que: ¿cómo puede la Asamblea Universitaria, máxime poder de la UNED, revertir el fallo constitucional, las leyes y el mismo Estatuto Orgánico de la UNED? ¿No debería recusarse el actual rector, quien preside la Asamblea Universitaria, en esa discusión por su claro conflicto de interés? ¿Se pretende hacer un daño a la institucionalidad de la UNED con un ardid de un acuerdo del Consejo Universitario para revertir una cosa juzgada material? ¿Se debe mantener el respeto a un órgano legitimado y a derecho como el Teuned que ha dado muestras de imparcialidad sin rendirse a ninguna presión?
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