Una característica presente en toda institución pública es la aparición de gran cantidad feudos, dominados por un señor o señora feudal.
En los últimos años es sorprendente cómo en esta universidad han aparecido en gran cantidad y cualidad.En mi opinión, esto obedece a un proceso gradual que opera en todo ser humano, llamado “institucionalización”, el cual consiste en creerse dueño o apropiarse de objetos y lugares, y hacerlos suyos literalmente hablando; se podría suponer que en este proceso no existe a primera vista ningún mecanismo perverso; por el contrario, solamente un espíritu de “buena fe”.
Lo complicado es que esta conducta crea una paranoia o delirio de grandeza y poder patológico, que entraba el buen funcionamiento y las buenas relaciones humanas.
Como por ejemplo, las escasas o casi nulos espacios de salud mental y entretenimiento con los que se cuenta en esta universidad, catalogada como humanista, pero que, sin embargo, tira a la calle a personas enfermas alcohólicas, o pide despidos fundamentados por leguleyos de turno, por bicocas de material de desecho o por faltas menores, y premian a los señores feudales; cuando cometen delitos cuantiosos, estos son trasladados y premiados con dedicación exclusiva y sobresueldos.
Lo más lamentable de esta triste verdad es que la mayoría de las personas que tienen un poco de conciencia social, hemos sido culpables, y como buenos siervos, hemos aceptado lo que los señores feudales han querido hacer.