Parece ser que la Universidad de Costa Rica no sabe que dentro de su gran cantidad de alumnos, se encuentra una población con determinadas características; una en especial, trabaja a tiempo completo, dícese de ocho horas diarias, seis días a la semana; suena fácil hacerlo, muchos lo hacen a diario durante toda su vida, pero estudiar en una de las universidades más calificadas de la región, y trabajar para el mundo capitalista, insisto, no en el mundo capitalista, “para” el mundo capitalista, puede convertirse en un infierno, claro, si es que primero se consigue horario para iniciar ese infierno siquiera, ya que la estructura burguesa de la universidad deja de lado a los estudiantes que no estudiamos a tiempo completo, y no por gusto cabe señalar, más bien por necesidad, somos primero trabajadores y luego estudiantes, y aún así, nos vemos obligados a llevar doce créditos o más, para al menos poder aspirar a una beca, lo cual termina dejándonos fuera del sistema de becas, o con colapsos nerviosos por exceso de presión, ya que manejar la presión de digamos, cuatro cursos y un empleador, termina haciendo explotar las cabezas de los y las compañeras que laboramos y estudiamos.
La dificultad de conseguir horarios apropiados para estudiar es abrumadora; cada inicio de semestre una importante cantidad de estudiantes se rompe en miles de pedazos, al descubrir que sus carreras universitarias quedarán de nuevo relegadas a sus empleos, su graduación se atrasará un año más, gracias a los horarios discriminatorios, hechos para estudiantes que pueden mantenerse solo con sus becas (cosa casi irreal, pero se dice que es posible) o que son mantenidos por su padre y o madre; y al final, quienes debemos madrugar todos y cada uno de los siete días de la semana para ganar el pan para nosotros y nuestras familias, debemos conformarnos con un curso o dos renunciando a la posibilidad de una beca, o simplemente colapsar ante la presión de llevar los créditos exigidos y laborar para una empresa que no nos valora.
Por no mencionar la imposibilidad de los trabajadores estudiantes para realizar horas beca, que a mi humilde parecer -no están mal del todo- solo son algo irreales y descontextualizadas.
En síntesis lectores, no sé si serán estudiantes, o trabajadores estudiantes; si son solo estudiantes los envidio, y no los juzgo, y si son trabajadores estudiantes los invito a expresar su inconformidad, mediante los medios que por fortuna la misma Universidad de Costa Rica nos presta, como este Semanario.