Cómo lo estarán haciendo el señor Solís, su obispo luterano y el diputado desagregador que, antes del mensaje de los 100 días, vuelan zopilotes. Al día siguiente del de las Madres, La Nación S.A., muy apropiadamente, celebra a página completa el retorno del hijo dilecto de la señora Olsen, José María. Anuncia que se asentará en Costa Rica y con foto de un tercio de página (reloj opulento en primer plano) llama a “hacer patria y ayudar al gobierno que elegimos”. Prescindió esta vez, para iniciar vuelo, de Ignacio Santos. Por ello no toca rodilla alguna y aletea despectivamente sobre Johnny: “…hizo un esfuerzo fuerte por articular algunas ideas (…). No voy a hacer leña del árbol caído” (LN: 16/08/2014).
El hijo dilecto de la señora Olsen no suda con ideítas. Trae, desde el resto del mundo a esta provincia, ideotas. La más fúlgida, porque liquida a Carabaguías (quien fue elevado a Keylor Navas del transporte nacional por resucitar el ferrocarrilito), es la de un tren fulminante que uniría a Heredia y Cartago inicialmente, para luego, como flecha, llevar a los costarricenses hasta San Ramón. “Todo lo demás es jugar de casita”. Tres ejes conectarían Desamparados y Tibás, Alajuelita y Moravia y Pavas con Curridabat. Es la Triple Estrella. El dinero saldría de los fondos de pensiones hoy financieramente estériles. Imaginen: sólo se utilizan para satisfacer necesidades de cacrecos actuales y cacrecos futuros.Como se ve, ya tienen los costarricenses un programa para el 2018. Cacrecos financian tren como la luz y llegan a su destino. O sea, al cementerio.
Sin tregua alguna, el domingo 17, renace, tras exilio áureo rematado con el cargo de Secretario de Asuntos Políticos de la OEA (organismo decisivo de la geopolítica cósmica), el político-intelectual Kevin Casas. Sí, el mismo que, desde su Vicepresidencia de la República, propuso, con el beato diputado (pariente de Óscar Arias) Fernando Sánchez, el sedicioso Memorándum del Miedo. La Nación S.A. no le da foto de un tercio de página como a ya sabemos quien, pero casi. La entrevista lleva novedosísimo título: “Liberación Nacional anda muy desorientado desde hace años”. Bueno, un ente que no existe como partido político al menos desde los 80 del siglo pasado es factible sufra extravíos. Lo prueba que, muerto viviente, puso al ciudadano Casas en Zapote. El egregio tira ideotas sobre el PLN: partido que se toma en serio la inversión social y una reforma tributaria progresista y que refuerza el giro de inserción desprotegida de la economía local a la acumulación global. Un partido “…que diga al país, de manera clara, que gran parte de lo hecho de los 80 hacia acá era conveniente e imprescindible”. Hace guiños que él valora progresistas: Costa Rica será culturalmente moderno, no se arrodillará ante los obispos y planteará la necesidad de defender los derechos de las parejas del mismo sexo y debatirá sobre las drogas. O sea, los homosexuales podrían incluso viajar en la Triple Estrella del hijo dilecto de la señora Olsen, pero la Virgen de los Ángeles no. Casas al parecer siempre vivió exiliado en el país.
Los ornitólogos diferencian a los zopilotes dorados de los zopilotes auríferos. Los primeros extraen fuerza vital de la carroña. Los segundos viven de las víctimas que matan (les llaman recipientes de ganancias o “in gold we trust”). Los últimos soltaron plumas porque el gobierno del señor Solís ideó un plan de empleo, que tendía a quitarles a los auríferos un número bajo de víctimas (un 1.5%). Los zopilotes auri graznaron no haber sido consultados, que el plan era solo social y no tomaba en cuenta sus ganancias (el engranaje por el que si pierden víctimas bajan sus ingresos es complejo). Los auríferos cerraron con limpio chillido: “¡Nosotros somos quienes creamos las víctimas, perdón, los empleos!”. “Nosotros, por lo tanto, fijamos la política económica”.
El gobierno les ofreció conversar luego, una vez hubiera digerido el mensaje de los zopilotes dorados y qué hacer con un PAC que hoy parece desea tragarse todas las arcaicamente prohibidas galletitas.