Ana Virginia Calzada: Costa Rica es ahora menos machista

En el marco del Día Internacional de la Mujer (8 de marzo), la magistrada Ana Virginia Calzada Miranda evalúa las relaciones entre

En el marco del Día Internacional de la Mujer (8 de marzo), la magistrada Ana Virginia Calzada Miranda evalúa las relaciones entre hombres y mujeres en la realidad costarricense.

La sociedad costarricense es cada vez menos machista y dentro de pocos años habrá relaciones igualitarias entre hombres y mujeres, asegura con una visión positiva la magistrada de la Sala Constitucional -Ana Virginia Calzada Miranda-, al referirse a este tema en el marco de la celebración del Día Internacional de la Mujer.

«Mis esperanzas aumentan al saber que la nueva Asamblea Legislativa tendrá casi una tercera parte de diputadas», comentó Calzada, quien es una de las escasas mujeres que integran la Sala Constitucional.

En su criterio, no es que el hombre sea menos sensible ante los derechos de la mujer, sino que la sociedad históricamente lo ha hecho más duro para que se ajuste a un patrón de conducta machista y por eso hay que romper este tabú.

Con 16 años de laborar en el Poder Judicial y 9 como magistrada, Calzada Miranda preside la Comisión Nacional de Mejoramiento de Administración de Justicia (CONAMAJ), y el Consejo Directivo de la Escuela Judicial.

Es madre de dos mujeres (22 y 16 años) y dos varones (24 y 18 años), de los cuales dos son profesionales.

En su oficina situada en el octavo piso de la Corte Suprema de Justicia, contestó así a las preguntas de UNIVERSIDAD.

¿La sociedad costarricense es cada vez menos machista o se mantiene igual?

-Me parece que ha evolucionado mucho. El problema es que al ser esto una cuestión cultural, a veces se lleva muchos años para lograr un cambio total de la sociedad. Pero, puedo decir -por mi experiencia en estos nueve años- que sí he sentido un cambio positivo.

¿Existen suficientes leyes para proteger los derechos de la mujer o hacen falta más?

-Creo que hay suficientes. Hace falta perfeccionar algunas para hacerlas más efectivas. Pero, mucho de lo que falta a veces, es voluntad política hacia los cambios y hacia la ejecución real de lo que las leyes señalan. Por ejemplo, en la protección por violencia doméstica, y en la protección de la familia y los menores, hace falta una voluntad política para que esas condiciones tengan efectividad.

¿Ha luchado por abrirle brecha a las mujeres en el Poder Judicial y para que se mejore la condición a través de las leyes que las cobijan?

-Pienso que sí. A través de muchas sentencias que he redactado, he luchado porque el principio de igualdad se dé en todos los campos del quehacer diario. Dentro del Poder Judicial también he luchado para que se nombren mujeres en puestos importantes.

¿En cuál área que se evidencia más la relegación de la mujer?

-La mujer puede realizarse en cualquier área y no debemos encasillar su función en ciertos puestos. Leí  un artículo del Dr. Rodolfo Cerdas, en el que

hablaba de la importancia de que las futuras diputadas participaran en las leyes sobre la mujer, la violencia doméstica y menores. Yo me pregunté: ¿por qué solo en esas áreas y por qué en esas no puede haber varones? En esto todo ciudadano debe participar, para que hombres y mujeres no sean víctimas de la sociedad violenta en la cual vivimos. Me parece importante que las mujeres manejen  asuntos económicos, en la hacienda pública, en el control político, en igualdad de condiciones que el hombre. Es importante que lo haga, porque entonces se da esa conjunción de visiones.

¿Cuáles acciones serían eficaces para reducir o eliminar el machismo en el menor plazo?

-Esto es difícil de decir, porque es casi como tener una varita mágica para resolver un problema que la sociedad ha vivido durante tantos años; pero creo que el hecho de que las mujeres lleguen a cargos importantes, que se les reconozca su capacidad de ejecutar cualquier labor, ayuda mucho, porque abre brecha. Ya hay una costumbre de trabajar con mujeres y se rompe un poco el mito de los círculos que han sido tradicionales del hombre. Me parece importante la resolución del Tribunal Supremo de Elecciones, de exigir que se cumpla la cuota de 40% para  mujeres en los puestos de elección popular. El sector privado creo que está más avanzado que el público, en cuanto a darle espacio a la mujer.

¿Hacer que el hombre sea sensible a los derechos de la mujer es responsabilidad del núcleo familiar, del sistema educativo, o de las leyes?

-Creo que esto es una responsabilidad tanto de la sociedad en general, como del núcleo familiar. Sin embargo, no creo que el hombre sea menos sensible que la mujer. Lo que pasa es que la sociedad los ha hecho ser más duros, porque es como un requisito que debe tener el hombre para ser más varonil, y esto no es cierto. Mediante la experiencia en la Sala Constitucional y a través del comportamiento de mis compañeros y de la sensibilidad que tienen hacia los problemas sociales, he comprobado esto. Si en muchas circunstancias el hombre no lo manifiesta, es porque el grupo social lo está oprimiendo a que sea así, porque no es un signo de masculinidad. Hay que romper ese tabú de que el hombre no puede ser tan sensible como la mujer.

Tomando en cuenta de que vivimos en una sociedad históricamente desigual, ¿cómo se define usted: muy machista, moderada, o nada machista?

-Pienso que no soy nada machista. El problema es que culturalmente una tiene cosas que cuando las analiza, se da cuenta de que la actuación o lo que dice, es el resultado de una cultura machista. Entonces es un proceso casi de evaluación diaria, de que la conducta se ajuste menos a lo que puede ser una sociedad de este tipo. La influencia de esa cultura es muy fuerte, y son cosas que quizás mis hijas ya no tienen; pero, yo aprendí muchas cosas de esta cultura y eso implica que debo tener una actitud de cambio diaria.

¿La escasa presencia de magistradas (tres) es síntoma de un Poder Judicial machista?

-No porque no es el Poder Judicial el que nos nombra. Creo que es un síntoma de lo que significa para la sociedad el hecho de que las mujeres estén en la magistratura, y eso es parte del trabajo que tendrá que hacer el nuevo grupo de diputadas, para lograr que vengan más magistradas.

¿Cuál ha sido su experiencia en la Corte Suprema de Justicia, donde solo hay tres mujeres?

– En términos generales creo que ha sido positiva. La Corte ha ido cambiando, ha aceptado el papel de la mujer dentro de las estructuras del Poder Judicial y el hecho de que vengan más mujeres es importante, por la proyección que podemos dar a nuestros problemas en lo relativo a la reforma judicial. He señalado que la conjunción de las dos visiones, del hombre y de la mujer, es lo que da precisamente apertura a la democracia, a la participación democrática, y a los procesos de una verdadera democracia. Desde este punto de vista, me parece trascendente que las mujeres lleguen a ocupar puestos públicos en la misma proporción que los hombres.

¿Será Costa Rica en un corto plazo una sociedad más igualitaria entre hombres y mujeres, o esta lucha va para largo?

-La sociedad ha respondido de manera positiva al cambio, a la incorporación de la mujer, y de hecho podemos ver que desde hace dos o tres gobiernos, hemos tenido vicepresidentas, y la Asamblea Legislativa ha tenido presidentas del directorio. Este es un cambio que se da conforme al movimiento de la sociedad. Claro, a veces uno quisiera que las cosas se solucionaran de un día para otro; pero, creo que con voluntad política en pocos años viviremos una sociedad igualitaria. Tengo una visión positiva del cambio, y ahora con la nueva Asamblea Legislativa tengo todavía más esperanzas.


 

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