En conferencia de prensa el 19 de setiembre, el presidente Luis Guillermo Solís (al centro) agradeció a los jefes de fracción legislativa la actitud positiva con que acudieron al diálogo político. (Foto: Fabián Hernández)
Los jefes de fracción y máximas autoridades de los nueve partidos políticos con representación en la Asamblea Legislativa dijeron sí al “diálogo político”, convocado por el presidente Luis Guillermo Solís, el pasado viernes 19, en el segundo piso del Museo del Jade, en San José.
Solís tenía buenos motivos para lucir satisfecho con el resultado de la convocatoria y por eso agradeció la manera positiva y el “espíritu fraterno” con que se acercaron a la cita los jefes de bancada y las autoridades partidarias.
El gobierno del Partido Acción Ciudadana carece de músculo político en la Asamblea Legislativa (con 13 diputados, de un total de 57) y, aunque está obligado a negociar con otras fuerzas políticas, no ha encontrado la llave para abrirles campo a sus proyectos.Diversos sectores le han reprochado falta de comunicación y ausencia de liderazgo para proponer proyectos sustantivos que marquen el rumbo de la nueva Administración.
Es por eso que el inicio del diálogo político le da un respiro y abre puertas para dialogar con los sectores productivos y las organizaciones sociales, a los que el Gobierno convocará próximamente.
Pese a las buenas intenciones invocadas en el Museo de Jade, queda flotando la incógnita de si estas serán suficientes para que las partes lleguen a acuerdos, y si se ha dado un primer paso para salir del empantanamiento.
“Si no encontramos una forma de salir de este pantano −difícil de entender en un país con tanta lucidez política−, el que se va a perjudicar es el país”, advirtió el Presidente, quien no pierde la esperanza de que se logren acuerdos en los grupos de trabajo acordados.
Después de la reunión de tres horas del viernes, se acordó crear dos mesas de trabajo, para definir prioridades en la agenda legislativa: una sobre iniciativas en el campo económico, y otra sobre desarrollo territorial y social, las cuales empezarán a trabajar este jueves 24 de setiembre.
Para el ministro de la Presidencia, Melvin Jiménez, lo nuevo en esta cita es que el diálogo quedó institucionalizado en las mesas de trabajo, con la pretensión de que en cinco o seis semanas se acuerde por mayoría los proyectos prioritarios que serían convocados por el Ejecutivo para las sesiones legislativas extraordinarias −que se inician a partir del 1 de diciembre− o antes, si ya hay acuerdos maduros.
Si bien los líderes opositores afirmaron su voluntad de colaborar con ideas sobre los proyectos que consideran prioritarios, de una vez externaron sus puntos de fricción, ya que varios insistieron que el Ejecutivo debe dejar claro cuáles son sus intereses, pues es su responsabilidad fijar la agenda para las sesiones extraordinarias.
Así lo hicieron ver, por ejemplo, Otto Guevara, jefe de bancada del Movimiento Libertario, Rafael Ortiz, de la Unidad Social Cristiana, y Mario Redondo, de la Alianza Demócrata Cristiana.
Liberación Nacional ofreció los 18 votos de su bancada para una agenda de consenso, que “enrumbe al Gobierno y al país en su ruta de desarrollo que venía teniendo”. Son proyectos de su interés, entre otros, que se devuelva al debate legislativo los polémicos proyectos de de contingencia eléctrica y de producción de energía geotérmica.
Mientras tanto, para el Frente Amplio urge implementar acciones efectivas contra la pobreza y la desigualdad, así como la apertura de una mesa de diálogo sobre el régimen de derechos humanos, orientada a la aprobación de proyectos de ley como los de autonomía indígena, derechos de las parejas del mismo sexo, fertilización in vitro, Estado laico y otros.
Por el contrario, Abelino Esquivel, de Renovación Costarricense, y Fabricio Alvarado, de Restauración Nacional, adelantaron que no aceptarían una agenda con temas como las uniones civiles entre parejas del mismo sexo y fertilización in vitro, aunque se declararon dispuestos a ayudar en el tema fiscal y de infraestructura.