Estados Unidos todavía tiene el control de las finanzas internacionales. Pero, ¿hasta cuándo?
La caída sostenida del dólar frente a la moneda que circula en 12 países europeos -el euro-, por cuarto año consecutivo, y especialmente la reciente aceleración de esta caída, ha dejado perplejos a quienes analizan la economía.
Un conjunto de factores, que incluyen la prolongada desaceleración de la economía estadounidense, el incremento de sus déficit (comercial y fiscal), y la inseguridad estratégica a la que parece atar a ese país la política expansionista de la administración Bush, llevan los capitales a poner la mirada en el mercado europeo, es decir, en el euro.
DÓLAR CUESTA ABAJO
El pasado 23 de mayo, en palabras de la agencia Reuters, el euro estableció una «marca psicológica» cuando su valor se aproximó al récord de $1.880 o, lo que es lo mismo, el dólar perdió casi un 40% de su valor frente a la moneda europea.
Según coincidieron diversos análisis, la aceleración de la caída se debió a declaraciones del Secretario del Tesoro estadounidense, John Snow, el pasado 20 de mayo, cuando anunció que su país abandonaba la política de mantener un dólar fuerte -gracias a tasas de interés altas-, que prevaleció desde la administración Clinton.
Puesto que hasta el presente, el dólar es la moneda hegemónica contra la cual se realizan las transacciones internacionales (ver recuadro «Cronología de una hegemonía»), esa administración logró atraer masivamente capitales hacia Estados Unidos a partir de ofrecerles altas tasas de interés.
Este ingreso de capitales, a su vez, sirve a EE.UU. para equilibrar sus cifras macroeconómicas, dados sus altos y crónicos déficit fiscal y comercial, así como una deuda externa bruta de $9.2 billones -la deuda neta de EE.UU sería de $2.3 billones, según el Banco de la Reserva Federal, en Nueva York- que la convierte en la nación más endeudada del mundo.
El anuncio de Snow forma parte de las medidas con las cuales la administración Bush busca reactivar la economía estadounidense, que sufre una desaceleración – o sea, baja actividad económica, pero todavía no en recesión- más prolongada de lo esperado.
Al depreciarse la moneda estadounidense, disminuyen los precios de los productos de ese país en el exterior, lo cual debería estimular una mayor oferta de empleo en las empresas que los fabrican, lo que a su vez incrementaría el gasto y, con ello, el crecimiento económico.
Adicionalmente, la administración Bush logró que el Congreso aprobara una reducción de impuestos por $350.000 millones, que beneficia principalmente a los sectores más ricos de la sociedad (recorta el impuesto a la renta expresada en los dividendos y las ganancias de capital), bajo el supuesto de que esa mayor cantidad de dinero en circulación también contribuirá a reactivar la economía.
Sin embargo, al día siguiente de aprobada la medida, la empresa de noticias CNN informaba que «los inversores no corrieron al mercado» y afirmaba que, en todo caso, sus eventuales efectos serían «sutiles».
Paralelamente, la preocupación porque la prolongada desaceleración de la economía estadounidense pudiera llevar a una deflación, esto es, a una caída generalizada de los precios, como la ocurrida durante la depresión de 1929, no parecía disiparse a pesar de las declaraciones del presidente de la Reserva Federal (Banco Central) estadounidense, Alan Greenspan, en el sentido que aún cuenta con suficientes instrumentos -incluida la posibilidad de más recortes de las tasas de interés-, para reactivar la economía.
EL MUNDO BUSH
¿Qué está pasando? La devaluación del dólar frente al euro, ¿implica que el mundo se ha vuelto loco? El economista Miguel Gutiérrez, coordinador del Informe sobre el Estado de la Nación, dice sin rodeos: «Estoy perplejo. Está ocurriendo todo lo contrario de lo que se predecía, que después de la guerra en Irak, el dólar se fortalecería y la economía estadounidense se reactivaría.»
Consultado por UNIVERSIDAD Alberto Trejos, Ministro de Comercio Exterior, opinó que la caída del dólar se debe a tres factores. Primero, que el euro se recupera de la fuerte caída que tuvo cuando entró en circulación, en 1999, en plena recesión europea. Segundo, que se fortalece porque la actual desaceleración de la economía de EE.UU., está tardando más en acabar, que lo pensado. Tercero, «es una reacción a la incertidumbre política, debido a los recientes atentados» ocurridos en Arabia Saudita, Marruecos y Malasia, atribuidos a Al Qaeda.
Para Trejos, lo ocurrido es similar a lo que ha visto en los años que tiene de economista y por eso no descarta «una oscilación en el sentido opuesto», es decir, una recuperación del dólar frente al euro.
Sin embargo, este optimismo no es compartido por otros análisis. Ya sean las limitaciones propias de la economía estadounidense -sus déficit gigantes y crónicos, su enorme deuda interna, la corrupción puesta en evidencia en las grandes corporaciones y las firmas de contadores, así como en Wall Street-, que golpearon su credibilidad antes de los ataques del 11 de setiembre, o sea el factor político de la inseguridad que, desde esa fecha inhibe el crecimiento de consumo de la ciudadanía estadounidense, todos ellos apuntan a las políticas de George W. Bush o, lo que es lo mismo, de los «halcones» del Partido Republicano -empresarios de derecha, ligados al petróleo y a las empresas que producen con fines militares-.
Es decir, que la «locura» económica no sería mundial, sino que es causada por quienes hoy controlan la Casa Blanca.
En lo económico, el mensaje del secretario Snow dice, sin ambajes, que EE.UU continuará endeudándose e incrementando sus déficit.
Así, el senador del Partido Demócrata, Mark Dayton, dijo al New York Times que el recorte de impuestos aprobado por el Congreso, a instancias de Bush, «es uno de los actos más peligrosos y destructivos y deshonrosos del Gobierno que yo haya visto jamás. Es un saqueo vergonzoso del tesoro federal por los ricos y los poderosos de Estados Unidos, un regalo de sus amigos en el Congreso. Utiliza cada truco en el libro del presupuesto para llenar los bolsillos de la clase alta.»
Ese diario resalta que los congresistas demócratas estaban especialmente molestos por el hecho de que ese recorte de impuestos ocurriera el mismo día en que el Senado aprobó incrementar el límite del endeudamiento para su país en casi $1 billón, «el más alto de la historia, para cubrir el creciente déficit federal.»
En lo político, es probable que la «doctrina» proclamada por Bush, de llevar acabo «guerras preventivas» de manera unilateral cuando su gobierno considere que peligra la seguridad nacional de Estados Unidos, y particularmente su «guerra contra el terrorismo», que hoy confronta a ese país con importante sectores del mundo musulmán, contribuya a crear un clima de «inseguridad estratégica» en EE.UU. como centro receptor de inversiones internacionales.
De hecho, los recientes ataques atribuidos a Al Qaeda, se trajeron abajo la actividad en los mercados de valores en Estados Unidos y Gran Bretaña, pues la aparente reorganización de ese grupo volvió a plantear la posibilidad de que, en cualquier momento, ocurrieran nuevos atentados como los del 11 de setiembre, en ese país.
En este contexto, el analista financiero David Gilmore, de la empresa FXA, citado por CNN-Money, cree que de producirse un «rebote» del dólar como el que Trejos considera probable, «solo sería temporal, porque los inversionistas de todo el mundo ya no ven a Estados Unidos como la tienda de valores que alguna vez fue. Se está produciendo un cambio estructural en la colocación de los portafolios. Los ahorros del mundo ya no van a fluir a Estados Unidos», dijo.
¿LISTOS PARA EUROPA?
Los análisis coinciden en que, sea lo que sea lo que está pasando, el Banco Central Europeo deberá tomar la decisión – en su próxima reunión del 5 de junio -, de frenar el alza del euro, a través de reducir sus propias tasas de interés.
Esto, porque un euro demasiado fuerte con respecto al dólar encarece los productos europeos y, como ya se vio, hace más baratos aquellos provenientes de la «zona dólar».
Según Gilmore, si se bajan las tasas de interés se reactivaría la economía europea, que también se encuentra desacelerada -o incluso en recesión, como es el caso de Alemania, la más grande de la «zona euro».
Por otra parte, en mayo de 2004, diez naciones más integrarán la Unión Europea, lo cual acrecentará su Producto Interno Bruto (PIB) – o la riqueza total que crea en un año – a cerca de $9.6 billones, en un mercado con 450 millones de personas. Es decir, un mercado rival que se tornaría crecientemente desafiante para la hegemonía de Estados Unidos, con un PIB de $10.5 billones y 280 millones de personas.
¿Y Costa Rica? Actualmente, el 53% de las exportaciones nacionales se destinan a Estados Unidos, el 16.5% a la Unión Europea y el 15.8% a América Central (VIII Informe sobre el Estado de la Nación).
Preguntamos al ministro Trejos si, al negociar el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, la estrategia comercial del Gobierno estaba considerando estos posibles cambios en la geopolítica mundial.
Respondió que, «como se dice popularmente, no estamos poniendo todos huevos en la misma canasta.» Agregó que también existen TLC con Canadá, México y Chile, y se negocian otros con República Dominica y el Caribe, así como acercamientos con el MERCOSUR (Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay, y próximamente Bolivia y Chile) y el Pacto Andino (Venezuela, Perú, Ecuador, Colombia).
«Estados Unidos es importante porque es el grande del barrio», comentó, y agregó que también habría un mayor acercamiento con la Unión Europea después de que concluya la ronda de negociaciones de Doha, en el marco de la Organización Mundial de Comercio.
Agregó que «por eso nosotros, que estamos atados al dólar, creemos que la libertad cambiaria no es lo adecuado, que es mejor un sistema de cambio fijo, como las minidevaluaciones, por las oscilaciones bruscas que pueden registrar los tipos de cambio».
Sí, y quizás lo más inteligente sea ir pensando en que si bien geográficamente estamos muy cerca del «grandote del barrio», eso no nos obliga a «atarnos» a su puño de por vida.
CRONOLOGÍA DE UNA HEGEMONÍA
* 1944. Terminada la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos, que posee la bomba atómica, surge como la potencia dominante en el mundo. Pero los mercados financieros se aún se regían por los acuerdos de Bretton Woods y el patrón monetario internacional era el oro.
* 1971. Agobiado por el peso económico de su invasión de Vietnam y la larga guerra de resistencia de ese pueblo, el presidente Richard Nixon decreta que su país no se sujetará más a los acuerdos de Bretton Woods y desvincula el dólar de su respaldo en oro. De esta manera, el dólar estadounidense se convierte, de hecho, en el nuevo patrón monetario internacional. …Y EE.UU puede fabricar todo el que quiera…
* 1979. La Reserva Federal (Banco Central) de EE.UU. decide un alza importante de las tasas de interés y comienza a desregular la circulación mundial de capitales con el fin de atraer capitales hacia su país. Wall Street, y su equivalente, la City londinense, se consolidan como centros financieros hegemónicos.
* Década de los 80. Estados Unidos se convirtió en el país con la mayor deuda externa del mundo. A finales de 2001, inversionistas foráneos poseían $9 billones 200 mil millones en bienes estadounidenses, que incluían acciones, bonos, empresas y deudas. En contraste, inversionistas estadounidenses poseían solo $6 billones 900 mil millones en bienes equivalentes. La diferencia entre ambos -$2 billones 300 mil millones- es la deuda neta de EE.UU con el resto del mundo. Pero… ¿quién puede obligarle a reducir su endeudamiento como esta potencia hace con los países pobres?
IRAK: ¿EL DÓLAR VERSUS EL EURO?
«El 6 de noviembre de 2000, víspera de las elecciones presidenciales en los EE.UU., Irak cambió la moneda con la cual hacía sus ventas de petróleo: salió el dólar, entró el euro. El país sufría pesadas sanciones impuestas por la ONU desde 1991, cuando salió derrotado de una guerra que Saddam había atizado al invadir Kuwait. La economía de Irak depende, vive, sobrevive de la venta de petróleo (…).
Representaría todo un inconveniente financiero para el país de George W. Bush y algo escalofriante para el resto del mundo que, como Brasil, depende de la salud del dólar, que Irak estuviese marcando una tendencia. El año pasado, Irán se deshizo de gran parte de los dólares que constituyen las reservas de su Banco Central. En parte, fue una respuesta política a la inclusión del país en el Eje del Mal de Bush. Fue también una operación coherente desde el punto de vista económico. Se trata del mayor productor de gas natural del mundo, además de exportador de petróleo. En este terreno, se está discutiendo seriamente la posibilidad de convertir también sus ventas, al menos para Europa, a euros.
Durante 2002, los ejecutivos de la OPEP empezaron a discutir seriamente la transferencia de sus negocios a la moneda europea. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, habla de esto todo el tiempo. Cuando nuevos países adhieran a la Zona del Euro, en los próximos cinco años, el PIB de la región sumará casi $10 billones, equivalente al de los EE.UU. Cuando Inglaterra abandone la libra, algo que los analistas consideran cuestión de tiempo, el Banco Central Europeo va a superar a la Reserva Federal norteamericana en volumen de riqueza en una única moneda.
Y, en todas estas transacciones, es el petróleo el que se encuentra en el centro de la mesa. Si los petrodólares fuesen sustituidos por petroeuros, por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial la moneda franca internacional cambiará. Será el caos, pero el planeta se acomoda. Los que pierden, al fin, son los EE.UU.
Cuando Gerard Schroeder, de Alemania, y Jacques Chirac, de Francia, se oponen a la guerra contra Irak, su menor preocupación son los electorados internos. De la misma forma, Bush y Tony Blair, del Reino Unido, tienen otras preocupaciones. Es el control económico mundial el que está en juego. Imponer un gobierno leal a los EE.UU. en Irak y ampliar el control sobre el Oriente Medio debilita, en último análisis, a la OPEP. En defensa del dólar.
Es un juego peligroso el que ahora empieza, un juego que amenaza con tener consecuencias mundiales mucho más serias que las derivadas de la guerra justa contra el Talibán afgano. Kim Jong Il, dictador norcoreano, ya aportó lo suyo. Las reservas de su Banco Central están en euros.»
Fuente: Pedro Doria, periodista, Brasil, 14/02/03.
Síntesis económica
San José.- El miércoles 21, el ministro de Comercio Exterior, Alberto Trejos, dijo a UNIVERSIDAD que la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), «reacciona mal» ante la solicitud que hicieran, por ¢1.000 millones, para financiar las negociaciones de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos.
Afirmó que sí solicitaron la partida al Ministerio de Planificación, pero que aún no han recibido una respuesta.
Consideró que «no es tan caro», si se tienen en cuenta los gastos que implica «poner a los técnicos de los diferentes ministerios en el equipo de negociaciones, el pago de teléfonos, los viajes, el alquiler y otros gastos para las reuniones con grupos grandes de la sociedad civil», etcétera.