La presidenta Laura Chinchilla sufre fracturas en su gabinete como consecuencia de su enfrentamiento con el “arismo”, afirman analistas.
El enfrentamiento entre dos claros bloques de poder económico y político, dentro y fuera del Partido Liberación Nacional (PLN), serían la explicación de fondo de los cambios y renuncias que sufrió recientemente la administración de la presidenta Laura Chinchilla en catorce meses de gestión.
El distanciamiento con el expresidente Óscar Arias y su hermano Rodrigo Arias, la pérdida de capital político y la falta de rumbo claro son los factores que enmarcan la crisis que vive el Gobierno, y que suman las numerosas salidas de ministros, viceministros y altos jerarcas, coinciden analistas consultados por UNIVERSIDAD.
Incluso, algunos de ellos son de la tesis de que la renuncia de la mediática y popular ministra de Salud, María Luisa Ávila, forma parte de la estrategia que el sector del “arismo” prepara para reagruparse de cara a la campaña electoral y mostrar que Chinchilla no fue capaz de gobernar sin ellos, por cual se requiere del regreso del “capitán” para darle rumbo al barco.
CONFRONTACIÓN DE BLOQUES
El analista político y exintegrante del PLN, Luis Guillermo Solís, ahora en las filas del Partido Acción Ciudadana, afirmó que la presidenta Chinchilla ha tenido problemas para “conjuntar sus propias tropas” y ejercer un liderazgo que le permita neutralizar la influencia de los hermanos Rodrigo y Óscar Arias, de quienes se ha distanciado.
“Chinchilla llega a la Presidencia con el apoyo y la tutela de Arias, luego toma distancia de él en una serie de decisiones, las diferencias se agravan y profundizan, y luego hay una pugna que tiene que ver con intereses contrapuestos, ligado a sectores estratégicos de la economía nacional”, comentó Solís.
Para Solís, hay una confrontación de bloques económicos dentro y fuera de Liberación Nacional, lo cual se puso de manifiesto en la discusión sobre la apertura de la telefonía y las telecomunicaciones; y que ahora se vería en la discusión sobre la apertura propuesta en las leyes de electricidad.
“No puedo identificar claramente los sectores, pero sí están y explican la confrontación que se da de manera muy evidente en los ataques y defensas al Gobierno. Creo que la élite económica del país se ha confrontado, y esos son grupos que ejercen tutelajes dentro de PLN y otros que influyen desde afuera”, aseguró.
Solís ve en las actuales circunstancias una intensión del “arismo” de mostrar a la administración Chinchilla como un gobierno débil, dubitativo y sin liderazgo; de la misma manera en que lo hizo con el expresidente Abel Pacheco, para mostrarse como los “líderes fuertes” que pueden salvar al país.
“Ahora hay diferencias, la más obvia es que Abel Pacheco no era del PLN, mientras que en este caso Laura Chinchilla sí es del mismo partido que los Arias, fue su ministra y vicepresidenta, por lo que no es fácil sacudirse la responsabilidad política”, consideró.
Solís opinó que es evidente que la presidenta Chinchilla no tiene los “apoyos políticos” que le permitan gobernar a gusto, mientras que los cambios en su gabinete no dejan de ser más que simples “acomodos”, puesto que no implican un cambio de rumbo en la dirección del Gobierno.
“LA PRESIDENTA SE QUEDA SOLA”
El politólogo y profesor universitario, Francisco Barahona, dijo a UNIVERSIDAD que la actual crisis del Gobierno pasa sobre todo por su falta de rumbo, pues “la mesa no estaba servida” para la presidenta Chinchilla, como lo afirmó al terminar el gobierno el expresidente Oscar Arias.
“Doña Laura pensó que al heredar el gobierno de don Óscar, el rumbo estaba fijo y tenía que darle esa continuidad, por lo que estructuró el gabinete, incluyendo a varios ministros de Arias”, recordó.
“Chinchilla, por ser solidaria con la persona que impulsó su carrera presidencial, calla problemas como el déficit fiscal, y ante la sorpresa de que las que cosas no son como ella creía, cae en una inacción que crea decepción en el pueblo elector, con serias contradicciones a lo interior del gabinete”, apuntó.
En criterio de Barahona, estas contradicciones internas se podrían ver reflejadas en más salidas de ministros, y señaló a las jerarcas de Agricultura y Planificación como “candidatas” a dejar sus puestos en los próximos meses.
“No hay crisis porque cambien los ministros, sino porque no da la impresión de que haya una orientación precisa y que hay decisiones que son combatidas a lo interior del Consejo de Gobierno”, afirmó.
El politólogo considera evidente que tanto la ministra Ávila como la mayoría de los actuales diputados del PLN serán parte de la campaña presidencial de Rodrigo Arias en 2014; pero no considera que las aspiraciones del “arismo” se puedan ver favorecidas con los actuales problemas del Gobierno.
Barahona consideró que, pese a la popularidad de la ministra Ávila, su salida no es tan relevante en el tanto la mandataria solo realiza un acomodo de fichas que no tiene mayor impacto en la opinión pública, y los criterios negativos hacia el Gobierno no cambiarán solo con un cambio de ministros.
ENEMISTAD CON EL ARISMO
El analista Víctor Ramírez aseguró que los cambios en un gabinete no son un problema, pero en el caso de la administración Chinchilla, aún son consecuencia de los problemas heredados del gobierno anterior, como es el caso de la crisis en la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS).
Ramírez considera evidente la confrontación y el “abandono” entre el actual gobierno y la tendencia del “arismo”, la cual se refleja en la fractura del gabinete, sobre todo por los problemas heredados por la anterior administración.
Para Ramírez, el “arismo” no puede eludir la responsabilidad en la actual situación del país, y dudó que la popularidad de María Luisa Ávila pueda traer réditos electorales si se le llega a cuestionar por su responsabilidad en la crisis de la CCSS.
“Yo no creo que en estos momentos que María Luisa Ávila ni nadie así tenga una gran fuerza, lo que muestran las encuestas que todos los políticos vienen para el suelo. A la ministra le preguntaría qué hizo estos cinco años para evitar la crisis en la Caja”, afirmó.
Agustín Páez, directivo de la CCSS
Ministra Ávila no asume su responsabilidad en crisis de la Caja
Javier Córdoba Morales
El directivo de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), Agustín Páez, aseguró que las divergencias entre la presidenta Laura Chinchilla y su ministra de Salud, María Luisa Ávila, son solo “una cortina de humo” de la funcionaria, para retirarse como “la heroína que tiene todas las respuestas”.
Paéz aseguró que en su criterio personal, Ávila propuso una “solución imposible e inconstitucional”, pues el Ministerio de Salud no podía intervenir la CCSS directamente, ya que esta institución cuenta con autonomía de “administración y gobierno”, garantizada por la Constitución Política.
“Ella (la ministra) es rectora del sector Salud por ley, pero la CCSS es autónoma por Constitución. Ella puede diseñar las políticas que quiere seguir y coordinarlas con la CCSS, pero toda la implementación de las políticas la tiene la CCSS”, afirmó Páez.
Paéz señaló que Ávila no hace mención a que en el periodo 2006-2010, el Gobierno firmó algunos de los convenios “más nocivos” para la CCSS, ni asume sus responsabilidades en el dictado de políticas para evitar y solventar la crisis.
El médico indicó que la ministra se retira en momentos en que se vienen cuestionamientos para el Ministerio de Salud por la compra de vacunas contra el Neumococo que se decidió sin tener el quórum necesario en la Comisión Nacional de Vacunación, según se señala en un informe de la Contraloría General de la República; así como por el uso de fondos en el Consejo Técnico de Asistencia Médico Social.
“Esto es una cortina de humo en la que ella se aleja del escenario dejando a doña Laura en una posición incómoda, porque es una renuncia intempestiva de una figura mediáticamente muy popular, en un momento en que hay que tomar decisiones muy complejas”, expresó.
Para Páez, otro error de Ávila fue el tratar de terminar la huelga de la CCSS “a la fuerza” con órdenes sanitarias, en momentos en que la Junta Directiva de la CCSS negociaba con los sindicatos para llegar a un acuerdo.
“Ella ahora ha pretendido usar órdenes sanitarias para todo, las órdenes sanitarias no son para eso. Las huelgas las tiene que dirimir la Junta Directiva de la CCSS. Es claro que la ministra pretende arrogarse potestades que no le corresponden”, expresó.
Páez indicó que “la historia apenas comienza a escribirse” y en los próximos meses se conocerán algunos de los errores cometidos por el Ministerio de Salud en este periodo.
Ambientalistas rechazan llegada de René Castro al MINAET
Javier Córdoba Morales
Organizaciones ambientalistas se han manifestado molestas por el traslado del hoy ministro de Relaciones Exteriores, René Castro, al Ministerio de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones (MINAET), pues consideran que no mejorará la situación del medio ambiente en el país.
Heidy Murillo, vicepresidenta de la Federación Conservacionista de Costa Rica (FECÓN), aseguró que el principal temor respecto a Castro tiene que ver con su posición sobre la exploración y explotación petrolera.
“En su gestión anterior como ministro, fue Castro quien impulsó el tema de la exploración petrolera. Ahora será él quien defina el futuro del contrato con la petrolera Mallon, por lo que no vemos que haya una mejoría para el ambiente con su nombramiento”, afirmó Murillo.
Murillo consideró motivo de preocupación la actuación que tuvo el Canciller en el tema de Isla Calero, pues opinó que su gestión fue muy deficiente para proteger el humedal del Caribe Norte.
También, la organización ambientalista COECOCEIBA manifestó su descontento por la llegada de Castro, y recordó su gestión durante el gobierno de José María Figueres (1994-1998) como una “triste trayectoria”.
“Abrió espacio en el país a dos de las más grandes industrias contaminantes del mundo, la minería y la actividad petrolera. Durante su gestión, el país fue testigo del aumento de concesiones de exploración y explotación minera”, indicó la organización.
Para el analista político Francisco Barahona, el movimiento de Castro al MINAET es clara evidencia del compromiso político que tiene la presidenta Chinchilla con quien fuera su jefe de campaña, pese a los errores que cometió como Canciller.
Barahona considera que Castro puede ser foco de un nuevo conflicto para el Gobierno, si llega a autorizar la exploración y explotación petrolera en la zona norte.