CNC, Conavi y Cacisa supervisaron fallido proyecto

El proceso que concluyó con el arreglo de la ruta Escazú-La Sabana tejió la compleja red usual en contrataciones administrativas de este calibre.

El proceso que concluyó con la construcción de la ruta alterna Escazú-La Sabana por parte de Autopistas del Sol y su arreglo con fondos del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) tejió la compleja red interinstitucional que suelen trazar las contrataciones administrativas de este calibre.

Desde el proceso para la concesión original hasta el momento en que el Conavi decidió intervenir la ruta por los derrumbes y las fallas en los taludes, estuvieron involucrados el propio Conavi, el Consejo Nacional de Concesiones (CNC), la empresa constructora, la empresa fiscalizadora (Cacisa S. A.), el Ministerio de Obras Públicas y Transportes y la empresa que finalmente arregló la ruta (Geointer de Costa Rica).

La voz cantante la llevaron el Conavi y el CNC: en julio de 2008, el CNC firmó con Autopistas del Sol un convenio complementario para construir esta ruta de 1,7 kilómetros que serviría para reducir el tráfico mientras se construía la ruta 27 hacia Caldera. El Conavi, por su parte, debía dictar las pautas constructivas.

Sin embargo, tanto Jorge Mora, jerarca del CNC, como el Conavi a través de su oficina de comunicación alegaron desconocer detalles sobre el tema y rechazaron referirse a la demanda presentada por la Contraloría General de la República (CGR) contra Autopistas del Sol.

El jerarca del CNC se desliga del tema afirmando que el financiamiento y gestión correspondieron al Conavi. Sin embargo, en la demanda presentada por la Contraloría General de la República (CGR) se señala a Hadda Muñoz, exgerente del proyecto y exfuncionaria del CNC, como la persona a quien la empresa supervisora presentaba sus informes.

Ese mismo documento identifica al CNC como el encargado de aprobar la puesta en servicio provisional de la ruta en agosto del 2009 que concluyó con el cierre de la carretera en agosto del año siguiente.

Por su parte, ingenieros del Conavi informaron desde febrero del 2010 a su jefatura la presencia de deslizamientos, agrietamiento en los taludes y la falta de cunetas; ante este panorama recomendaron intervenir la ruta. Sin embargo, el Conavi actuó al respecto hasta agosto del 2010 cuando contrata a la empresa Geointer S.A. para reconstruir la ruta.

Según se constata en el documento de la demanda y en el contrato de la obra, la supervisión de la ruta estaría a cargo de la empresa Cacisa Cano Jiménez S.A. hasta que esta fuera finalizada y satisfactoriamente entregada al Conavi.

Al cierre de esta edición, Gerardo Prada, Director General de Cacisa alegó que existió un malentendido interno que le impidió preparar las respuestas al cuestionario que UNIVERSIDAD le envió oportunamente. El jerarca de Cacisa se comprometió a preparar esas respuestas en el corto plazo.

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