Denuncian que la ley de zona marítimo-terrestre se aplica a los más humildes y no a los poderosos.
Con amenazas de desalojo sobre sus cabezas, decenas de pobladores de comunidades costeras se presentaron nuevamente la semana pasada en la Asamblea Legislativa, y preparan una movilización para el 25 de julio en Nicoya, Guanacaste.
El objetivo, hacer conciencia en el Gobierno y los diputados sobre la necesidad de aprobar a la mayor brevedad un proyecto de ley presentado en días pasados y que evitaría su expulsión de la zona marítimo terrestre (ZMT).
Elaborado por las mismas comunidades con ayuda de profesionales de la Universidad de Costa Rica y otras entidades, el proyecto fue presentado al Congreso por el diputado José Merino, con apoyo de legisladores de prácticamente todas las bancadas.
El martes de la semana pasada una nutrida representación de poblaciones costeras de Guanacaste y Puntarenas ocuparon las barras del público de la Asamblea Legislativa para apoyar la propuesta de crear una comisión legislativa especial que tramite el proyecto urgentemente. Sin embargo, solo 36 diputados votaron a favor de la moción y se necesitaban 38 votos para aprobarla. Merino lamentó que no se pudiera integrar la comisión, vista la apremiante situación de estos costarricense.
No obstante, se mostró confiado en que el proyecto contará con los votos necesarios para su aprobación. Por su parte Bienvenido Venegas (PUSC) se acercó a las barras a reiterar su apoyo a los pobladores. En el plenario, Leda Zamora (PAC) y el independiente José Manuel Echandi desde el plenario hicieron un llamado a los legisladores para que echen una mano y se haga justicia a estas comunidades, tradicionalmente olvidadas por el Estado.
“El proyecto de ley ha tenido buena acogida en una serie de fracciones legislativas. Algunos diputados han manifestado dudas porque no lo conocen a fondo, pero estamos trabajando en eso”, dijo Wilmar Matarrita, coordinador del Frente Nacional de Comunidades Costeras.
Hizo ver la urgencia de aprobar esta iniciativa de ley, ya que siguen implementándose órdenes de desalojo en varias comunidades, e incluso la semana pasada salieron notificaciones de desahucio de las comunidades de Ostional, Nosara y Guiones, donde son cerca de 500 las familias afectadas.
También hay notificaciones en lugares como Puerto Soley y Brasilito, en la provincia de Guanacaste; y Monctezuma, Tambor, Punta Morales, Dominical, Dominicalito, en Puntarenas. Ya ha habido demoliciones de casas en Dominical, Dominicalito y Punta Morales. El pasado 1 de julio la Municipalidad de Puntarenas llegó con la policía y demolió cinco casas y la pequeña ermita católica en Punta Morales. Sin embargo, no fue tocado un “palacete” que tiene un exdiputado, Luis Román, dentro de los 50 metros de zona pública, denunció Matarrita.
Unas 50.000 familias a lo largo de las costas y las islas viven horas de incertidumbre porque podrían ser desalojados por ocupar ilegalmente la ZMT. De acuerdo con la ley de ZMT, creada en 1977, esta zona la conforman una franja pública de 50 metros contados desde la línea de pleamar, donde no puede haber construcciones, más otra 150 metros, restringida, donde se necesita permiso o concesión del Estado para ocuparla.
Muchos de los pobladores vivían allí mucho desde antes de la creación de la ley, y ni siquiera se enteraron de su existencia. Se sienten como ciudadanos de tercer clase, porque ocupan tierras del Estado y no son sujetos crédito para construir o iniciar algún emprendimiento productivo. Ahora ven con angustia cómo están a punto de ser expulsados por ocupación ilegal y de perder su tradicional modo de vida.
Una queja generalizada es que las autoridades están siendo diligentes para aplicar la ley a los pobladores pobres, pero se hacen de la vista gorda con los que tienen influencia política o poderío económico, a los que no dejan de dar concesiones en la ZMT. Un caso emblemático es el poblado de Muelle de Tambor, donde los pobladores denuncian que están a punto de ser expulsados, para dar campo a una marina que quiere construir la transnacional hotelera española Barceló.
Matarrita explicó que el proyecto de ley que se busca aprobar plantea que se den concesiones comunitarias y concesiones individuales de por vida a las personas que cumplan ciertos requisitos, como que tengan arraigo en el lugar y estén vinculados a actividades locales como la pesca, agroindustria o turismo. Permite a la vez que las personas junto con la municipalidad puedan decidir el modelo de desarrollo local que quieren seguir.
Las comunidades costeras tenían planeado hacer un paro el pasado día 14, pero en una asamblea acordaron concentrarse en la movilización del 25 de julio, en la celebración del 185 aniversario de la Anexión del Partido de Nicoya a Costa Rica, ante la presencia del presidente Óscar Arias y el Gabinete de Gobierno. “Vamos a ir con una movilización grande en Nicoya”, dijo.
PARTICIPACIÓN
Marco Fournier, sociólogo de la Universidad de Costa Rica (UCR), dijo que la elaboración del proyecto de las comunidades costeras “fue un proceso interesantísimo, un trabajo bellísimo con participación de varias de las comunidades, donde la gente se sentaba a redactar, incluso, el proyecto de ley”.
Fournier participó como parte del Frente Universitario, integrado por docentes y administrativos de la Universidad que apoyan el proceso.
“Lo que hicimos fue acompañar, pero ellos redactaron la ley. Luego hicimos un intenso trabajo en la Asamblea Legislativa” en busca de apoyo, relató. Lamentó que aunque algunos diputados habían insistido que apoyaban el proyecto, no dieron el voto para crear la comisión especial. Lo atribuyó a que “allí hay presiones, como se ve con el Movimiento Libertario y con Maureen Ballestero (PLN). Estos diputados están con los grandes inversionistas” y no con la gente, aseguró.
El libertario Mario Núñez, de Puntarenas, aseguró que él “no ve del todo mal” el proyecto y si es mediante concesión que se les va a dar seguridad jurídica a los pobladores “mi voto lo tienen.” Lo que le preocupa es que el proyecto hable de propiedad comunitaria, porque ¿qué pasa si alguno no está de acuerdo con la propiedad colectiva? Ese es un punto que hay que discutir, comentó.
El Movimiento Libertario ha sostenido que se debe dar título de propiedad a la gente para que tenga seguridad jurídica. Pero si hay temor en una mayoría “estatista” de que eso pase a ser propiedad privada y creen que la vía es la concesión, “yo estaría de acuerdo con tal de que les de la seguridad jurídica” a esas familias. “No significa que nosotros estemos cambiando la posición ideológica nuestra, porque ese es un tema muy ideológico, que el costarricense sea dueño del sitio donde vive y no el Estado, pero si la mayoría aquí no quiere, pues nos ajustamos a las reglas”, puntualizó.
ALEJANDRO MEJIA
Somos una comunidad de pescadores nativos de Playa Pelada (en el refugio de vida silvestre de Ostional), donde ahora tenemos este gran problema de los desalojos.
ALBERTINA VÁSQUEZ ( Chomes)
Les estamos pidiendo a los diputados que nos aprueben esta ley, porque de verdad es urgente. Yo vi el dolor de la gente de Punta Morales a la que le botaron la casa. Me sentí muy mal porque hubo mujeres maltratadas por la autoridad. Llegó la municipalidad con gran cantidad de policías. Para eso sí hay ejército, para el débil. Si fuera un vendedor de drogas no lo persiguen como persiguen a los de la milla marítima. Que lo dejen a uno en la calle, con toda la ropa revolcada, los trastos tirados, uno llora de ver eso.
FRANCISCA ZELEDON (Tambor)
Nos quieren sacar para hacer una marina para turistas y nosotros no queremos. Ahí se criaron mis abuelitos, mi mamá, mis tíos y ahí no criamos nosotros. Por eso es que estamos aquí, peleando, porque son años de años los que tenemos de vivir ahí.
MELQUIADES PÉREZ. (Monctezuma)
Llegue a vivir a Monctezuma a la edad de diez años. Solo había unas casitas y en la lancha de Pedro Vargas se sacaban chanchos, gallinas, sacos de maíz, de arroz. Tengo una pensioncita (cuartos de alquiler) y siempre he pagado la patente (comercial) al día, pero ahora me la quitan porque me quieren botar. No tengo a donde irme ¿de qué voy a vivir?