Conavi pretende extender por un año los contratos de conservación vial mientras mejora sus requerimientos
Una mejor y más exigente supervisión de las obras, la priorización adecuada de las zonas por atender y pasar a un sistema que premie o castigue a los contratistas por la calidad del trabajo ofrecido, son parte de las mejoras que el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) desea incluir en los nuevos contratos de conservación vial.
El país ha sido divido en 22 zonas de conservación que fueron licitadas a empresas, con el fin de garantizar el adecuado mantenimiento de las rutas nacionales, y si bien se produjo una mejora general en el estado de las vías, también se han detectado problemas que han costado muchos millones de colones.
Los últimos contratos de conservación terminaron su periodo de vigencia este año, pero el Conavi espera que la Contraloría General de la República le autorice a hacer una contratación directa, que le permita prorrogar estos contratos por un año más a las mismas empresas y en las mismas condiciones de los que recién finalizaron.
El informe sobre el estado de las carreteras nacionales que realiza el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme) de la Universidad de Costa Rica (UCR), reveló en el 2013 que ¢12.400 millones se invirtieron en rutas que no quedaron tan bien como deberían, o quedaron peor que antes de la intervención.
Para evitar este tipo de problemas y desperdicio de recursos, el Lanamme recomendó no solo revisar las condiciones de los contratos, sino mejorar la supervisión que cumplen tanto el ingeniero que representa al Conavi, como las empresas fiscalizadoras que también se contratan por altos montos millonarios.
SUSPENDIDOS
El director ejecutivo del Conavi, Mauricio Salom, explicó que la extensión de los actuales contratos de conservación por un año más es una medida de “corto plazo”, mientras se trabaja en el diseño de una mejor modalidad de contratación.
“Se le va a hacer un planteamiento al consejo administrativo del Conavi, que está fundado en la participación de la empresa privada, pero no solo de empresas grandes. Consideramos que hay actividades que pueden hacer las empresas pequeñas. Vamos a hacer el planteamiento interno y luego lo vamos a llevar a la Asociación de Carreteras, al Lanamme y a la Cámara de la Construcción”, comentó Salom.
Las labores que podrían realizar otras empresas son aquellas que no tienen un “alto nivel de requerimiento técnico”, según explicó el funcionario, por ejemplo la limpieza de las vías y el mantenimiento de alcantarillas, entre otras.
Salom asegura que los actuales contratos han sido “exitosos” para mantener en buen estado las vías nacionales, aunque reconoce que se debe mejorar en los puntos señalados por el Lanamme, como la priorización de las obras y la supervisión de estas.
“En ese sentido, lo que hay que hacer es exigirle al contratista que cumpla con lo que exige el contrato; en eso hay que ser muy rigurosos. Hay que ver al contratista como un aliado, no lo podemos ver como el enemigo”, afirmó.
De acuerdo con Salom, no se puede permitir el “premio” o “doble pago” a empresas que no hacen bien las labores de mantenimiento y luego son contratadas para arreglar los daños causados por sus descuidos o mala calidad de las obras, aunque acotó que se debe valorar cada caso por separado.
“Hay ocasiones en que usted tiene la maquinaria en el lugar y se utiliza el contrato para reaccionar rápidamente. Pero cuando ya vienen los trabajos que serían de inversión, como en el caso del puente en Hatillo, se hizo un concurso. No diría que es un tema de premio al contratista, es un asunto de que hay una emergencia y recursos en el lugar”, consideró.
Insistió en que la “calidad no es negociable”, por lo que se debe exigir siempre al contratista que cumpla con lo pactado, y adelantó que se está pensando en un sistema de “precalificación” de los contratistas, que permita considerar la calidad de sus trabajos y agilizar así los procesos de licitación.
En la priorización de los recursos, Salom se mostró “muy preocupado” por la situación general de los puentes en el país, por lo que se debe revisar la distribución de los recursos para atender rápidamente los casos más críticos.
Guillemo Loría, del Lanamme:
“La ley no permite tener un registro de calidad de trabajo”
Los contratos de conservación vial deberían avanzar hacia una mayor rigurosidad en la supervisión de las obras, pero sobre todo, en un sistema que premie la calidad de los contratistas a la hora de adjudicarle nuevas obras.
Este es el criterio del director del Programa de Infraestructura del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme) de la Universidad de Costa Rica (UCR), Guillemo Loría, para quien el problema de los contratos de conservación no está en su fundamento técnico, ya que el propio laboratorio ha colaborado en la mejora de los parámetros.
“Lo primero que se debe mejorar es la planificación. Debe haber una planificación adecuada de los proyectos, que deben ser realmente de conservación, basados en una evaluación correcta del pavimento. Eso implica usar correctamente los datos de evaluación que hace el Lanamme cada dos años desde 2004”, agregó Loría.
Al señalar que las obras deben ser “realmente de conservación”, Loría recordó que en estos contratos se ha tratado de “hacer obra nueva” con recursos insuficientes o se le aplica mantenimiento a lugares que requieren de intervenciones mayores.
Loría criticó principalmente a los supervisores de obra y a los ingenieros designados por el Conavi, pues aseguró que estos deben ser “más estrictos y asertivos”. “El organismo de inspección es pagado y recibe recursos que son aún mayores que el presupuesto del Lanamme en un año”, cuestionó.
“No es un problema de contrato. El hecho de que el contrato sea mejor o peor, no quiere decir que la mezcla asfáltica que se va a colocar ahí es más buena o mala. Es que el supervisor de obra sea estricto en exigir en el campo, y eso es lo que no ha pasado”, lamentó.
“Nosotros lo hemos tratado de impulsar, que haya un registro donde se establezca que para tal proyecto se prometió tantos vehículos, tal calidad, y como no cumplió queda fuera o le quito puntos para la próxima licitación. Eso no existe en nuestra ley y no solo eso: si se mete, le apuesto que la Sala Cuarta lo tira abajo”, reclamó Loría.
Las zonas de conservación
Estas son las 22 zonas de conservación en que se ha divido al país y cuyos contratos podrían prorrogarse durante un año más, mientras el Conavi define nuevos instrumentos.