El país deberá poner $91 millones de ese préstamo con el Banco Interamericano de Desarrollo Económico (BID)
Para algunos la aprobación del Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y República Dominicana (TLC-RD) con Estados Unidos es lo mejor con que se puede comenzar el siglo, mientras que para otros no. Pero lo que será inevitable es que Costa Rica pague $116 millones de un préstamo por la denominada «agenda complementaria» de ese tratado como una transición hacia el comienzo del mismo.
Esos $116 millones (¢55.681 millones al tipo actual de cambio) apoyarían un programa para aumentar la competitividad de Costa Rica mediante inversiones en lo que el banco denomina sectores estratégicos para el crecimiento económico como lo son la productividad de la pequeña y mediana empresas, la gestión del comercio exterior, la innovación tecnológica y el arreglo de los caminos rurales.
La deuda tendrá un plazo de amortización de 25 años, con cinco años de gracia y tasas variables de interés que no se especifican en sus comunicados oficiales.
El estado costarricense deberá poner $91.474.000 de la deuda impulsada por el BID -lo cual se denomina contrapartida local-. El resto del dinero lo dotará esa institución bancaria.
El programa -asegura un comunicado de prensa de la institución- combina componentes de inversión y de asistencia técnica, los que forman parte de la agenda complementaria propuesta por el gobierno costarricense para efectuar la transición al libre comercio.
Sobre este préstamo y otros temas se le hizo un cuestionario al representante del BID ante Costa Rica, Jorge Requena, el cual fue enviado por Internet luego de una fallida solicitud para hacerle una entrevista personal.
En lugar de las respuestas la secretaria del funcionario, Ana Isabel Zúñiga, envió la copia de un comunicado de prensa emitido el pasado 29 de junio donde se daban detalles del préstamo de $116 millones. (Ver cuadro aparte: «Una incógnita sobre otra»).
DE USO DUDOSO
Este tipo de endeudamientos fueron cuestionados por las diputadas Epsy Campbell (Partido Acción Ciudadana) y Laura Chinchilla (Partido Liberación Nacional), quienes aseguraron que típicamente estos créditos a largo plazo terminan gastándose en asuntos los cuales no tienen nada que ver con el objetivo principal planteado.
Esto se da cuando el congreso estadounidense aprobó el TLC-RD el 27 de julio con una apretada votación de 217 votos a favor y 215 en contra.
El presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, se hizo presente para cabildear a favor del Tratado, lo cual no ha ocurrido con otro tipo de convenios de este tipo.
Los especialistas internacionales y locales coinciden en su mayoría que para la administración Bush es fundamental que el TLC-RD se apruebe, ya que obedece al fenómeno denominado «negociación secuencial» o «efecto dominó», en el cual se hace una progresión geopolítica desde México, pasando por Centroamérica y El Caribe, hasta llegar a Sudamérica, que es la parte que interesa más a Estados Unidos.
Sin embargo, negociar con los grandes países del Bloque Sur no se puede dar si ese puente llamado «Centroamérica» no aprueba el tratado.
Éste entrará a regir para Guatemala, El Salvador y Honduras a partir del 1º de enero del 2006, ya que esas naciones aprobaron en sus respectivos congresos el convenio comercial que es el más comprometedor en la historia del istmo y el cual no tiene fecha de finalización.
PREPARARSE EN DISTINTOS FLANCOS
Aparte del dinero mencionado para que el país se prepare para amortiguar el impacto de las reformas que conlleva el TLC-RD, el BID ha llevado a cabo lo que cataloga como Planes de Acción Nacional para el Fortalecimiento de la Capacidad Institucional en Materia de Comercio Exterior.
Entre el 2003 y el 2004 se aprobaron más de $500 millones en préstamos, cooperación técnica y proyectos para el fortalecimiento de esa capacidad institucional, según las indicaciones de los citados planes.
El BID asegura que se prepara la obtención de recursos por casi $10 millones adicionales (¢4.800 millones) del Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN), para cooperación técnica y apoyo de ambas partes en negociación para fortalecer partes de la legislación laboral, protección del ambiente y el fortalecimiento institucional del país.
Sobre estos aspectos el presidente del BID, Enrique Yglesias, elogió los esfuerzos de Costa Rica por dar respuesta a «legítimas preocupaciones de la sociedad» por los procesos de integración comercial.
El sector empresarial, representado en distintas cámaras como la de Exportadores de Costa Rica y la de Textiles, solicitan al presidente Abel Pacheco que envíe lo antes posible el texto del tratado a la Asamblea Legislativa para que sea aprobado.
«No es la primera vez que instamos al Gobierno a hacer la tarea que le corresponde, pero hoy lo hacemos apelando al sentido de urgencia que las circunstancias imponen. Ya es hora de que el Ministro de Comercio Exterior, Manuel González, ejerza algún liderazgo y cumpla con las funciones que como jerarca le corresponden para llevar este acuerdo a buen término», señaló Miguel Schyfter, presidente de la Asociación Nacional de Exportadores de la Industria Textil.
PERSPECTIVAS DIFERENTES
El BID asegura que mediante sus préstamos ayuda a Costa Rica a sacar provecho de la apertura comercial, «respondiendo tanto a necesidades identificadas tanto en estudios nacionales e internacionales como en el diálogo entre el gobierno y los sectores productivos».
Un aspecto que llamó la atención de expertos nacionales consultados por este semanario, es que el BID asegura que «Costa Rica llevó adelante un exitoso proceso de liberalización comercial y económica desde mediados de la década de los 80, promoviendo la diversificación de sus exportaciones y atrayendo un creciente caudal de inversiones de largo plazo».
Añade que «sobre la base de ventajas comparativas como la estabilidad política, la constante inversión en la educación de sus ciudadanos y una vocación por la innovación científica y tecnológica, Costa Rica logró crecer a una tasa anual promedio de 5,2% durante los 90, superando al resto de la región».
No obstante, economistas como Juan Manuel Villasuso, María Eugenia Trejos, Henry Mora, Luis Paulino Vargas y el politólogo Rodolfo Cerdas coinciden en que esa década de aplicación de los Programas de Ajuste Estructural (PAE) fue cuando Costa Rica comenzó un proceso de deterioro socioeconómico porque los empréstitos encausados para esos programas, y la falta de un mejor manejo macroeconómico, hicieron que las clases media y baja se empobrezcan hasta la fecha.
El mismo BID reconoce en la documentación disponible en su página por Internet que «sin embargo, durante esa década (los 80) la economía costarricense ha registrado deterioros en factores que pesan en su competitividad, como la calidad de la infraestructura de transporte, particularmente los caminos rurales.
«También se han notado deficiencias en la transferencia de innovaciones científicas y tecnológicas a pequeñas y medianas empresas y en los mecanismos estatales de fomento a la producción». (Nota adjunta: «Prioridades para el BID).
«ES UN ENGAÑO Y UNA VERGÜENZA»
Para la diputada Epsy Campbell, del Partido Acción Ciudadana (PAC), el préstamo del BID «es una nueva imposición de adquirir un préstamo en el cual el estado costarricense debe poner la mayoría de dinero para hacer lo que ese banco dice».
«Esto es un engaño. Es pensar que una agenda de desarrollo de este tipo va a tapar los huecos que tenemos en el país por décadas que no hemos cerrado nosotros con un modelo propio de desarrollo», enfatizó la legisladora.
La parlamentaria dijo que en la primera parte de la negociación del préstamo del BID se habló de diferentes cifras como si fuera un tema trivial.
«Se empezó a hablar de $250 millones, luego de $300 millones, $500 millones, luego se bajó a $200 millones y finalmente se fijó en $116 millones. Es una falta de seriedad», aseveró.
Campbell dijo que se planteó al inicio como un préstamo híbrido porque incluía el tema de la educación, la ciencia y la tecnología, al Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), entre otros. «Más que un híbrido, era un combo», aseguró.
La diputada fue enfática en que el impacto de este empréstito se dará a partir del próximo gobierno y que se ha hablado generalidades, pero no se especifican montos sobre cada uno de los aspectos que contempla.
«El exministro de Comercio Exterior, Alberto Trejos, dijo en varias ocasiones, a los sectores productivos que serán perjudicados con el TLC, que estuvieran tranquilos porque el dinero para amortiguar el golpe que dará ese tratado se vería resulto con este préstamo de $116 millones, lo cual veo muy difícil que suceda y sea suficiente».
Campbell asegura que cada uno de los temas que contiene este y otros créditos se tratan «como si fueran bolsas en las que se echa algo y se cierran. Nadie sabe qué contienen. Todo se hace a puertas cerradas».
«Aquí no se discute nada. El Poder Ejecutivo ya aprobó ese préstamo y nadie se pronuncia sobre el tema. Lo que es peor es cuando descubrimos que muchos empréstitos locales carísimos en lugar de utilizarse para inversión importante para el país se usan para gastos corrientes, lo cual es lo peor que uno puede hacer con un crédito».
Para ella, con este tipo de empréstitos es como si el BID u otro organismo internacional se constituyera en un estado paralelo que le dice al costarricense lo que debe hacer, para luego generar oficinas ejecutoras o consultorías que dan vueltas como satélites y, finalmente, todo termina en actos de corrupción.
«Se desnaturaliza el uso del préstamo y personas que podrían hacer un informe en una semana en su oficina, venden carísima una asesoría con la que pierde el país y gana mucho un pequeño grupo».
«El ocultamiento que se dio sobre este préstamo, entre el año antepasado y el anterior, es todo lo contrario a la transparencia y la rendición de cuentas que debe darse con los dineros públicos. Yo pedí información muchas veces y por el motivo que fuera nunca tenía acceso a ella», dijo la parlamentaria del PAC.
DE NEGRO A GRIS
La liberacionista Laura Chinchilla aseguró que en un principio el crédito le parecía muy cuestionable porque se establecía un estado paralelo, ya que el BID iba a manejar junto con el país temas claves para el desarrollo.
Además, no se sabía exactamente cómo se iba a manejar el préstamo lo cual la hacía temer que pasaría como en el pasado, cuando los créditos perdían la ruta original para la que tenían que ser utilizados.
Sin embargo, consideró que «a lo último hubo algunos cambios que considero positivos de lo que se había anunciado a lo que se iba a hacer».
Pero en una parte anterior de la entrevista con UNIVERSIDAD dijo que no conoce aún cómo quedó el texto final del documento suscrito para el crédito.
Recordó que desde un inicio se habló de un préstamo de $300 millones para cubrir «una enorme cantidad de cosas, pero un porcentaje importante, iba para las pérdidas del Banco Central y la financiación de unidades ejecutoras así como consultorías», todo lo cual cuestioné en su momento.
«Lo que finalmente quedó es que se va a hacer una inversión para el mejoramiento o nacimiento de las pequeñas y medianas empresas a través de programas, asesorías, mercadeo, y el mejoramiento de estándares de productividad».
Chinchilla aseguró que en Washington algunos diputados tuvieron la oportunidad de hablar sobre este empréstito con el representante costarricense ante el BID, Alberto Franco.
«Debemos revisar el proyecto con celo antes de que ese crédito se apruebe. El problema de los préstamos es que si uno no los lee con lupa puede suceder como pasó con el crédito finlandés, en el que se contemplaba la concesión a un solo proveedor y no se contemplaba hacer un concurso público del producto o servicio que se quería».
Chinchilla hizo un llamado a los legisladores y a los beneficiarios directos -las Pymes-, igual que a las cámaras empresariales involucradas, para que estén alertas «entre lo que se dice que se va a hacer, y lo que luego se hará».
Incógnita sobre incognita
El 26 de julio se le envió un cuestionario al representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Costa Rica, Jorge Requena, el cual fue enviado por Internet luego de una fallida solicitud para hacerle una entrevista en persona.
En lugar de las respuestas la secretaria del funcionario, Ana Isabel Zúñiga, envió el 28 de julio un comunicado de prensa fechado 29 de junio.
Ante la inaccesibilidad del funcionario, UNIVERSIDAD publica algunas de las interrogantes que le fueron planteadas:
(1.) ¿De cuánto exactamente es el préstamo que el BID hará a Costa Rica?
(2.) ¿Cuáles son los rubros que considerará ese empréstito?
(3.) ¿Cuánto se invertirá en cada uno de los sectores por atenderse?
(4.) ¿Requerirá la ejecución del empréstito la creación de unidades ejecutoras o la contratación de consultorías?
(5.) ¿Desde cuándo se comenzó a negociar este crédito?
(6.) ¿Quiénes han negociado directamente por Costa Rica y por el BID?
(7.) ¿Cuáles se consideran son los objetivos principales de este préstamo?
(8.) ¿Qué sucedería, según la visión del BID, si la Asamblea Legislativa de Costa Rica no aprueba el préstamo?
¿Hacia dónde va el dinero?
El préstamo que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) maneja con Costa Rica, por $116.835.000 -que se supone serán utilizados para apoyar la competitividad-, estará dirigido especialmente a los siguientes aspectos:
* Fomento de las PYMES: Representan el 13% de las exportaciones aunque contribuyen casi una tercera parte al Producto Interno Bruto (PIB, que es la sumatoria de los servicios y bienes producidos por un país).
Las Pyme generan gran parte de los empleos en la economía costarricense.
Con el fin de alentar la participación de éstas en el comercio exterior, el programa cofinanciará los servicios de desarrollo empresarial para que puedan superar la escasez de información sobre oportunidades de negocios y la falta de conocimientos sobre regulaciones y requisitos de calidad en mercados externos.
* Asistencia para la transición al libre comercio: El préstamo financiaría junto con agrupaciones del sector privado proyectos para aumentar la productividad de ramas de producción. Se apoyará, entre otras actividades, las asesorías y la capacitación técnica así como empresarial.
* Gestión del comercio exterior: El programa fortalecería las entidades del sector público encargadas de implementar los acuerdos comerciales, como las inspecciones de cumplimiento de la legislación laboral y los sistemas de calidad y control de medicinas.
* Ciencia y tecnología: El país necesita invertir más en investigación y desarrollo de la ciencia, así como de la tecnología, que son inferiores a los de las economías más dinámicas del mundo, mientras que la participación del sector productivo es baja.
* Caminos rurales: Con el fin de contribuir a la competitividad de la economía rural, el programa financiará obras de rehabilitación en caminos rurales para que sean transitables todo el año.
Se plantea que bajo un esquema participativo de planificación, ejecución y seguimiento, se mejorará la superficie de unos 2.000 kilómetros de caminos y se construirán sistemas de drenaje para 1.500 kilómetros.
El proyecto permitiría a Costa Rica acelerar la recuperación de sus redes de caminos rurales, contribuyendo a reducir los costos del transporte para la población y las empresas de campo.