Analistas critican que país siga apostando a la apertura y a la liberalización.
Mientras las naciones desarrolladas retoman medidas proteccionistas y el papel interventor del Estado para enfrentar la crisis financiera internacional, Costa Rica pareciera navegar “contra marea”, pues continúa apostando a la apertura y a la liberalización de los mercados.
Analistas consultados por UNIVERSIDAD afirman que la posición del país parece ir en contra del sentido común, pues si bien hace dos años muchos veían los Tratados de Libre Comercio (TLC) como la “panacea” para países exportadores, lo cierto es que con la crisis global esta tesis se hizo añicos.
Para muestra, un botón: 50 líderes demócratas de la Cámara de Representantes de 24 estados afectados por los efectos de la globalización, enviaron una carta al presidente estadounidense, Barak Obama, en la que solicitaron renegociar el TLC con México y Canadá, así como el de Centroamérica y República Dominicana en beneficio de los trabajadores y consumidores de EE.UU.
Esta solicitud se hace a un flamante presidente que ha lanzado un plan de rescate económico que contempla medidas proteccionistas tan impensables como subsidios para desempleados, aumento de la inversión pública y nacionalización de bancos privados como el otrora poderoso Citigroup.
En Europa, las medidas anunciadas hasta el momento por los gobiernos de la Unión Europea superan en más del triple los $700.000 millones del plan diseñado por Estados Unidos.
La pregunta que surge es: ¿por qué si este tipo de medidas habían sido satanizadas por organismos como el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización Mundial de Comercio (OMC) ahora son aplicadas sin pudor por países poderosos? y ¿Qué ha hecho Costa Rica en este contexto?
NI MERCEDES, NI BMW
En el 2007, el presidente Óscar Arias dijo en un acto público que los beneficios del TLC con Estados Unidos serían tan buenos que los que viajaban al trabajo en bicicleta, con el TLC lo harían en una motocicleta BMW, y los que manejaban un Hyundai, tendrían un auto Mercedes Benz.
Dos años después, sin Mercedes ni BMW, la realidad es otra: el monto exportado por Costa Rica en enero de 2009 es menor en un 17% respecto de enero del año anterior y un 32% menor respecto de abril de 2008.
Además, todos los días se registran anuncios de empresas que despiden personal como parte de las medidas para enfrentar la crisis.
Y entonces, ¿dónde quedaron los supuestos beneficios de los TLC, la desregulación y la liberalización de los mercados?
Si bien en Costa Rica se anunció un “Plan escudo” para paliar la crisis, algunos economistas estiman que no es suficiente para enfrentar la situación global que apunta a una recesión.
Además, otros analistas critican que Costa Rica siga apostando a un modelo obsoleto de libre mercado inspirado en los TLC y el libre flujo de capitales, mientras los países poderosos apuestan al proteccionismo y la intervención estatal (Ver recuadro “Países poderosos adoptarán medidas proteccionistas contrarias a los TLC”).
Curiosamente, según reveló una reciente encuesta de la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones de la Empresa Privada (UCCAEP), los TLC que Costa Rica negocia actualmente con China y Singapur resultan “menos atractivos” para los sectores productivos nacionales, que el TLC con Estados Unidos.
“AQUÍ SE SIGUE COMO SI NADA”
El sociólogo José Luis Vega Carballo dijo A UNIVERSIDAD que aunque “la crisis financiera se ha extendido para convertirse en una crisis económica devastadora”, aquí en Costa Rica “se sigue como si nada de eso ocurriera y se apuesta a mecanismos que están afectados profundamente por ese derrumbe”.
El analista destacó que “se insiste en las medidas que fueron favorables precisamente al derrumbe, medidas que lo provocaron tanto dentro como fuera de este país, por los excesos de la llamada liberalización de los mercados, especialmente de los mercados financieros”.
En Costa Rica “se destruyeron los instrumentos de defensa y protección elementales que se manejaban desde que comenzaron las crisis cíclicas del sistema capitalista a principios del siglo XIX”, agregó.
Vega dijo que los TLC como el de Estados Unidos y los que se plantean con la Unión Europea, China y Singapur, donde el país tiene que desregularse, exponerse y abrirse más allá de lo exigido por los acuerdos de la OMC, lo que hacen es “aumentar los canales a través de los cuales se van a comunicar más rápido los efectos externos de la crisis y a multiplicar los efectos internos”.
El sociólogo recordó que “los instrumentos de intervención que tenía el gobierno y el Banco Central antes de la primera administración Arias (1986-1990) fueron desmantelados”.
“Se nos sumergió sin salvavidas en el mar de la globalización, en el cual estamos ahogándonos en este momento y dejándonos muy incapacitados, muy maltrechos para poder salir a flote”, sentenció.
En su opinión, “lo que hace el Gobierno es muy procíclico, (crisis cíclicas) muy a favor del hundimiento, aunque se quiere aparentar lo contrario”.
Según Vega, con los TLC “no hay posibilidad legal de usar instrumentos de política fiscal, como el aumento de impuestos a las exportaciones, y mucho menos para que el Estado se haga cargo de sectores enteros de la economía y los estimule o sostenga como sucede en Estados Unidos con el sector automovilístico”.
“A los Estados Unidos les importa un comino violar cuantos acuerdos internacionales de comercio y finanzas hayan firmado, porque no son tratados para ellos, como sí lo son para nosotros”, señaló.
Vega dijo que “si en determinado momento, para salvar sus intereses, Estados Unidos tiene que violar el TLC, lo hará de la manera más impune en el proceso de la crisis”.
El sociólogo prevé que “la aplicación del TLC con sus leyes de implementación vendrá a ser un acelerador más del hundimiento de la economía nacional, después de 20 años de apertura y extrema dependencia de los mercados externos”.
Por su parte, Roxana Morales, del Observatorio de la Coyuntura de la Universidad Nacional (UNA), recordó que “en periodos de crisis las economías se cierran” por lo cual, para una economía como la de Costa Rica “además de los tratados internacionales es necesaria una política de seguridad alimentaria y energética”.
“Muchos han apostado porque el Estado tome otra vez las riendas de la economía”, dijo Morales, quien abogó por una “política interna que permita crear condiciones de competitividad para que las pequeñas y medianas empresas de Costa Rica puedan competir con las empresas internacionales”.
Luis Guillermo Solís:
“Países poderosos adoptarán medidas proteccionistas”
A solicitud de UNIVERSIDAD, el analista internacional Luis Guillermo Solís, quien reside en Panamá, reflexionó sobre la realidad del comercio mundial y unas de sus principales conclusiones es que los países poderosos adoptarán medidas proteccionistas aunque éstas sean contrarias a los Tratados de Libre Comercio.
¿A qué se debe que países como Estados Unidos retomen medidas proteccionistas que habían sido criticadas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional?
-Evidentemente el «proteccionismo» aludido es la inevitable reacción a un fenómeno que no puede ser resuelto por las fuerzas del mercado ni por las empresas privadas sin una fuerte intervención del Estado.
El tema es que quienes preconizaron siempre la desregulación y la «apertura» decidieron ignorar un factor clarísimo para los historiadores económicos desde muchas décadas anteriores a (el economista británico John Maynard) Keynes: sin un Estado capaz de equilibrar la voracidad del mercado, éste terminaría como la serpiente, «comiéndose su propia cola».
Creo que la experiencia de Occidente demostró que la «mano invisible», sin Estado que la metiera en cintura, terminaría siendo una «mano peluda» capaz de destruir la libre competencia, misma sin la cual el mercado capitalista no puede funcionar.
El «proteccionismo», anatema del libre cambio y del libre comercio, no es sino un recurso que se vuelve imprescindible en momentos como el actual, cuando los intereses privados se han colocado por encima del «bien común».
El problema esencial, obviamente, no es moral sino económico: sin consumidores y sin ciudadanos, el capitalismo se desfonda.
De allí la necesidad de la intervención estatal, la cual debe invocarse para devolverle solvencia, seguridad y elasticidad al sistema económico.
En este contexto, ¿cómo se ubican los tratados de libre comercio?
-Pareciera obvio que los países más grandes y poderosos, tratarán de blindarse frente a la crisis aún si ello significa la adopción de políticas proteccionistas que resulten contrarias a la letra y espíritu de los TLC.
Buscarán formas de disimular esa circunstancia, pero lo harán en aras de dar seguridad a sus empresas y mano de obra.
En ese sentido, lo que podría ocurrir es que los socios comerciales más débiles, una vez más, se queden «sin el santo y sin la limosna»: es decir, que se vean obligados a cumplir con las obligaciones estipuladas en los tratados, pero no tengan la capacidad para defenderse del proteccionismo de los socios más potentes.