“Costa Rica requiere una reforma tributaria profunda”

Costa Rica requiere de una reforma tributaria profunda, la cual debería incluir un recorte del gasto público en programas estatales que los costarricenses no

Investigación de Luis Loría revela ineficiencias e injusticias en sistema tributario.

Costa Rica requiere de una reforma tributaria profunda, la cual debería incluir un recorte del gasto público en programas estatales que los costarricenses no demandan. Esta es una de las principales conclusiones del economista Luis Loría, autor del estudio “La reforma tributaria pendiente en Costa Rica: consideraciones para el diseño de un sistema tributario”.

Loría, presidente de la empresa Strategic Advantage Consulting Group (Grupo de Consultorías en Ventajas Estratégicas), publicó esta investigación el pasado 18 de marzo, en la cual analiza la situación tributaria de Costa Rica.
El documento, de 44 páginas, afirma que si bien desde los an?os noventa se ha insistido en la necesidad de esta reforma, aún no se ha logrado ejecutar.

El autor, quien también ha laborado en el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad de Costa Rica, asegura que “a pesar de que  algunas veces se han impulsado reformas ambiciosas, los resultados siempre han sido el fracaso o, en el mejor  de los casos, cambios marginales (no necesariamente mejoras) a impuestos existentes”.

“A  trave?s del tiempo, se han esgrimido los ma?s diversos argumentos para justificar las reformas, obedeciendo, en  la  mayori?a de  los  casos, a  problemas  coyunturales y a prioridades de corto plazo del gobierno de turno”, añade.
Como resultado, “el sistema tributario  vigente  incorpora  las  cicatrices de  experimentos  fallidos e iniciativas parcialmente implementadas que se acumulan y se hacen evidentes en una serie de ineficiencias e injusticias”.

Consultado sobre por qué si se conoce la necesidad de una reforma tributaria ésta no ha podido implementarse, Loría dijo a UNIVERSIDAD que las reformas partieron siempre del supuesto de que es deseable incrementar los ingresos tributarios pero, en todos los casos, “enfrentaron un inmediato rechazo y se consideraron políticamente inviables, por lo que finalmente fueron abandonadas”.

“En el estudio se argumenta que la sociedad costarricense no existe como un grupo organizado que demanda el tipo de bienes y servicios que a los gobiernos de turno, muchas veces partiendo de discursos populistas, les interesa ofrecer”, explicó el investigador.

Esto implicaría que “los ciudadanos consideran que ya pagan más impuestos de lo que deberían al Estado y que, tal como se refleja en el estudio de campo, dos terceras partes de quienes respondieron nuestra encuesta consideraron que el sistema tributario vigente es cleptocrático (beneficia a élites políticas y empresariales en lugar de a quienes menos tienen) y un 80% consideró que, en caso de que aumenten los ingresos tributarios, el gobierno no los utilizaría de manera eficiente
La investigación aplicó un “Sondeo de Opinio?n sobre el Sistema Tributario Costarricense”, el cual consultó telefónicamente a 1.536 personas mayores de 18 años entre el 7 de mayo y el 7 de junio del 2008 (Ver recuadro “Números que hablan”).

El autor cita al Ministro de Hacienda, Guillermo Zúñiga, quien afirmó en agosto del 2008 que en Costa Rica sí es necesaria una reforma tributaria pues “si queremos ma?s dinero para colocar  en temas clave como infraestructura, tecnologi?as de la informacio?n, educacio?n o en otras  a?reas sociales, lo?gicamente necesitamos recursos nuevos”.

A juicio de Loría, la opinio?n del ministro Zúñiga contrasta con los resultados de la encuesta de opinio?n del estudio, pues al preguntar a los entrevistados que? propuesta les resultari?a  interesante en materia tributaria, con miras a las elecciones de 2010, cerca de la mitad, un 49% optó por mantener  los  impuestos, un 40% se inclinó por una reduccio?n de tributos y solo cerca de un 8% prefirió la opcio?n de aumentar los impuestos.

TRES PASOS PRIORITARIOS

De acuerdo con Luis Loría, tomando en cuenta aspectos históricos, políticos, sociales y culturales, y luego de observar las principales tendencias internacionales, “Costa Rica requiere una reforma tributaria profunda que parta, en primera instancia, de un recorte significativo del gasto público”.

“Se hablaría de la eliminación de un gran número de programas estatales que los costarricenses realmente no demandan y que simplemente se mantienen en el sistema porque fueron creados por alguna ocurrencia populista de un político particular en algún momento de nuestra historia”, destacó el autor.

En ese sentido, se buscaría eliminar todo aquel gasto creado por la Constitución o por las leyes que no cuenta con una clara fuente de financiamiento.

También, priorizar, con base en una serie de criterios predeterminados y transparentes, cuáles de los programas de gobierno que pesan sobre el presupuesto público maximizan la rentabilidad económica y social de esa inversión.

En segunda instancia, “se requiere de una transformación profunda del sistema tributario para reducir las elevadas tasas impositivas que desincentivan el desarrollo de actividades productivas en Costa Rica”, agregó Loría, para quien “las tasas vigentes pueden ser, en algunos casos, consideradas como confiscatorias”.

En la misma dirección, “se deben eliminar impuestos menores de baja recaudación, establecer esquemas que no castiguen a empresas por desarrollar una actividad particular o que le cobren tasas mayores a quienes más tienen”, añadió.
Esto implicaría, entre otras medidas, definir la tasa máxima para el impuesto sobre la renta corporativa en un 10%.

Además, permitir deducciones adicionales a ese nivel por generación de empleo, innovación, capacitación del recurso humano, creación de nuevas empresas, establecer operaciones en zonas de menor desarrollo relativo y pequeñas y medianas empresas.
El autor también propone pasar del impuesto sobre las ventas actual a un impuesto sobre el valor agregado del 10% y que se amplíe la base para incorporar a los servicios profesionales.

Además, Loría plantea eliminar impuestos y aranceles que encarecen las actividades de importación y exportación de bienes y servicios así como definir una tasa única del 10% para los impuestos selectivos de consumo.
“En otras palabras, el sistema tributario descansaría sobre tres impuestos con una tasa máxima del 10%. Estos serían: renta, valor agregado y selectivos de consumo”, detalló el investigador.

El tercer paso consiste en un presupuesto plurianual que parta de una base-cero.
“El presupuesto no se elaboraría con base en lo que se gastó el año anterior más un porcentaje X”, lo cual “contribuiría a imprimir transparencia en el sistema, eliminaría los ‘colchones’, cuentas para gastos discresionales y otros males que actualmente se reflejan en un abultado presupuesto”, puntualizó el autor.


Números que hablan

En el “Sondeo de Opinió?n sobre el Sistema Tributario Costarricense”, ante la pregunta ¿Quiénes se benefician ma?s del sistema actual de impuestos? tres cuartas partes de los entrevistados  (76,7%) opinó? que son las élites (45,3% los que ma?s tienen, 27, 6% las grandes empresas  y 3,8% esas dos opciones).

Mientras tanto, sólo un 13,9% considera que con el sistema actual de impuestos todos se benefician por igual y un 4,6% que opina que los beneficiados son los que menos tienen.

Cuando se consulto? acerca de las preferencias con respecto al taman?o del Estado y su  intervención en la economía, una clara mayoría escogió un Estado mediano, 43,9%, un 23,3% optó por un Estado grande y un 23% por uno pequeño.
Al pensar en el pago de impuestos, un 72,8% de los encuestados considero? “justo” que personas con ingresos ma?s elevados paguen una tasa mayor.

En otras  palabras, casi tres cuartas partes de los encuestados considero? justo un sistema tributario  progresivo, en el cual el tipo impositivo medio al que se enfrenta una persona aumente a medida que lo hace la renta.

En contraste, cerca de una quinta parte de los encuestados, un 17,8%, opino? que lo justo seri?a que todas las personas paguen la misma tasa, sin importar su nivel de ingreso.

Finalmente, un 80% de las  personas encuestadas consideran que, en caso de que aumenten las recaudaciones de  impuestos,  el  Gobierno  no  invertira?  los  recursos  adecuadamente.

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