Como una oportunidad que enriq uece el panorama político del país, valoraron analistas la crisis institucional por el rompimiento del quórum que impidió nombrar nuevo directorio en la Asamblea Legislativa, el pasado 1 de mayo.
El pulso entre el gobernante Partido L iberación Nacional (PLN) y la alianza de cinco partidos opositores por el control del directorio legislativo, complica aún más la relación del gobierno de Laura Chinchilla con el Congreso y los partidos de oposición, y podría propiciar una alianza opositora para las elecciones del 2014, según el análisis de especialistas consultados por este Semanario.
Para el exdiputado José Miguel Corrales, la elección del di rectorio legislativo ofreció una oportunidad extraordinaria a la presidenta Laura Chinchilla para negociar con la oposición y allegar el apoyo que le falta a su Gobierno, pero la desaprovechó (ver nota “Crisis mostró falta de liderazgo, tanto en el Legislativo como en el Ejecutivo”).
Mientras tanto, Federico Malavassi, exdiputado del Movimiento Libertario (ML), cree que “la crisis es una como una oportunidad política, para que tant o el pueblo costarricense como la misma Asamblea Legislativa, pongan atención sobre lo importante que es el Poder Legislativo”.
Dijo que ve lo sucedido el 1 de mayo como una oportunidad, y en ese sentido le pareció interesante ver en la mañana cómo el desfile de los trabajadores puso atención a lo que estaba pasando adentro de
la Asamblea Legislativa.
Malavassi mencionó como un hecho jurídico relevante la ruptura del quórum en el plenario, pues al querer el PLN aplicar una norma del reglamento para validar una votación, cuando el hecho relevante es la ruptura del quórum, se cae en una serie de situaciones complicadas. Es interesante ver que si Liberación Nacional quería socavar el bloque de oposición, más bien está logrando aglutinarlo, comentó.
Otro elemento que apuntó es que con el intento de Liberación Nacional por mantenerse en el directorio, la Presidenta de la República termina pagando los platos rotos. “Ella no es inocente en el asunto, porque ha estado terciando en la discusión, amenazando con vetar proyectos de ley, de modo que ella mete su cucharón y sale de alguna manera pringada, porque le echan a perder la fiesta democrática, no puede pronunciar su discurso, no se luce frente al cuerpo diplomático y se provoca una crisis”.
Todo esto enriquece el panorama políti co, porque podríamo s estar viendo la génesis de una coalición opositora que se va a presentar en el 2014, y podría ser que en su apego al poder, el PLN esté fortaleciendo esa coalición. Desde el punto de vista democrático eso es vitalidad, remarcó.
En relación con el cambio de procedimiento en la votación que intentó el oficialismo – ocasionando la ruptura del quórum por parte del bloque de oposición-, Malavassi consideró que con las protestas de Liberación Nacional de que lo que quería era defender el voto secreto de los diputados, en realidad lo que se quiere es cubrir algo inconfesable: una compra o un intento de compra de algún diputado. De ahí el secretismo y el querer variar la forma en que tradicionalmente se han hecho las elecciones en la Asamblea Legislativa, reprochó.
“Eso es lo que ha ocurrido en el fondo y es lo que todo el mundo ha percibido, que ahí hay un intento de matráfula. Afortunadamente, Luis Gerardo Villanueva rechaza su elección (como presidente de la Asamblea) -que al principio había aceptado-, pero que era una presidencia espuria”.
Comentó que tradicionalmente en este país las votaciones del primero de mayo se hacen con papeletas desde las curules de los diputados (y no depositándola en una urna como se pretendió esta vez), y los partidos a veces se las agencian para establecer algún control.
¿Por qué Liberación quiso cambiar el procedimiento? Es porque se pretendió cubrir a alguien a quien querían extorsionar, amenazándolo con quitarle una línea de buses o algo por estilo, o porque chantajeaban a alguien ofreciéndole alguna partida específica u otra cosa, dijo Malavassi.
Desde la perspectiva de Montserrat Sagot, socióloga y académica de la Universidad de Costa Rica, lo sucedido el 1 de mayo refleja una situación del país que va mucho más allá de la propia Asamblea Legislativa.
Observó que la sociedad costarricense ya dejó de ser aquella sociedad idílica donde todos eran “igualiticos”, donde el poder se trasladaba de un grupo a otro y más o menos había mecanismos para resolver los conflictos dentro de un sistema político tradicional.
Lo que aflora en este incidente es que la sociedad costarric ense e s una sociedad fragmentada, y ya no es únicamente la división que se detectó cuando se dio la lucha contra el Tratado de Libre Comercio (TLC), sino que aquí se nota una fragmentación y luchas interclasistas. Por ejemplo, la separación que se da entre el ML y el Liberación Nacional, la separación entre los partidos que representan a los sectores políticos tradicionales. “Entonces, lo que está aflorando en ese incidente inédito es una nueva Costa Rica tremendamente fraccionada, pero sin que aflore todavía una perspectiva de nueva de sociedad que está en disputa”, detalló.
Según Sagot, el PLN “está teniendo un serio problema para verse como un partido en el juego democrático. Creo que Liberación ha acumulado demasiado poder y demasiadas ambiciones, y ya no sabe jugar el juego democrático, y cuando las cosas no salen de acuerdo a sus reglas, intenta cambiarlas mediante estratagemas”.
Piensa que el grupo opositor hizo lo que debía hacer con la ruptura del quórum, porque los que no tenían garantías para emitir su propio voto, eran los de la alianza opositora.
Por su parte, el sociólogo y analista político José Carlos Chinchilla es del criterio que tras los incidentes del 1 de mayo en el parlamento, los que detentaban el poder lo querían mantener a cualquier co sto, y eso es dramático para una democracia.
“Lo que ocurrió cuando Villanueva aceptó que con 26 votos fuera nombrado presidente, no resistía ningún análisis legal y menos de legitimidad. Eso para mí significa una cuestión casi cínica, porque no puede ser presidente de una Asamblea Legislativa con 26 votos; eso expresa una ansiedad de poder terrible”, expresó Chinchilla refiriéndose a la actuación del diputado, antes de que desistiera al día siguiente de su postulación a la reelección.
COACCIÓN
Respecto al argumento de la fracción oficialista de que lo que s e pretendía con el cambio del procedimiento de votación era resguardar el voto secreto, Chinchilla dijo que el voto sí debe ser secreto y hay que garantizarlo.
Sin embargo agregó, también hay que tener en cuenta que la gente de oposición que eventualmente apoyaría la fórmula oficialista, no es gente que está ejerciendo su voto sin coacción. El voto secreto es para que la gente no tenga coacción. Pero aquí si alguno de los que han firmado que van a votar por la oposición vota por Liberación, no vota por un asunto de convicción, sino de coacción, acotó.
Según Chinchilla, no hizo bien el bloque de oposición al vigilar a sus votantes a la hora de votar, aunque se sabe que esa decisión la tomaron porque los otros coaccionaron de alguna manera para que alguno quebrara el voto, a pesar de que había firmado un acta donde decía que estaba con el bloque opositor. “Tan mal hacen unos como los otros. Pero lo peor fue el acto de imposición de un presidente de la Asamblea sin el quórum, porque eso es atentatorio”.
Chinchilla advirtió que “pareciera que nos están probando a los y las costarricenses para ver si aguantamos ese tipo de cosas, y ver si no reaccionamos, porque eso se puede dar en regímenes donde hay autoritarismo, o donde se están instaurando condiciones para regímenes autoritarios”.
Al ahondar sobre los hechos del 1 de mayo, aseveró que con lo ocurrido “también se expresa la desvalorización que le hacen a la Presidencia de la República. De alguna manera esto afecta a la administración Chinchilla; es la primera vez que el presidente no puede hacer una presentación pública de su trabajo, y eso desmejora su imagen. Además, evidencia la real incidencia que tiene sobre su propio partido en la Asamblea Legislativa, y eso expresa una debilidad para la gobernabilidad”.
Es de la opinión que con su actitud, “el PLN le dio la espalda a la Presidenta, porque el PLN tenía que haber negociado, para que ella pudiera llegar a dar su discurso, y después se arreglaba las cosas de otra manera. Pusieron por delante sus intereses a los del Gobierno, cuando ellos llegan allí porque la Presidenta y su partido los pone ahí. Creo que doña Laura está en graves aprietos, a pesar de que ella incidió para que Villanueva diera marcha atrás en su nombramiento”.
Por otro lado, estima que lo acontecido contribuye a fortalecer la alianza opositora, por lo menos en lo inmediato. “Lo he venido diciendo: quien ha construido la oposición ha sido la fracción de Liberación y los hermanos Arias. Y es que aquí no ha habido oposición; al final del período electoral, los partidos de oposición le dijeron a doña Laura ´queremos trabajar con usted. Vamos a apoyarla´. Pero pasó que en el primer año el mismo Liberación empezó a generar la oposición y su propio fraccionamiento, y cuando la oposición ve que la fracción oficialista se está dividiendo dice: aprovechemos y armémonos nosotros”, indicó Chinchilla.
Para el analista, es muy claro que hay un fraccionamiento muy grande y una débil capacidad de direccionar los procesos de la Asamblea desde el Poder Ejecutivo. Además muestra un fracaso del nuevo ministro de la Presidencia, que tenía que haber estado ahí con la fracción de alguna manera conectado, asesorando y exigiéndoles a los diputados que negociaran, es decir, hacer lo que siempre se ha hecho en la Asamblea, que la gente vote desde sus curules.
“Esto es el corolario de una suma de errores que ha venido generando y aceptando la administración de Laura Chinchilla. Creo que ella se enfrenta a una situación muy difícil, porque prácticamente está gobernando sola. Más bien enfrentándose al partido y ahora a una oposición acrisolada en esta coyuntura”, señaló.
José Miguel Corrales:
Crisis mostró falta de liderazgo, tanto en el Legislativo como en el Ejecutivo
El exdiputado y excandidato presidencial José Miguel Corrales valoró los incidentes del 1 de mayo en la Asamblea Legislativa como una demostración de la falta de liderazgo político, y una oportunidad perdida por la presidenta Laura Chinchilla, de negociar el apoyo de la oposición para su Gobierno.
¿Cómo valora lo sucedido el 1 de mayo en la Asamblea Legislativa?
-Desde que hay elección en el directorio siempre hubo lucha; si un partido tiene la mayoría es en el partido que se da la lucha. Si ninguno de los partidos tiene mayoría y hay alianzas, siempre está el problema de que alguno se vuelque. Son “los mayos negros” que se presentan.
Pero esta vez fue más serio, porque la Asamblea quedó acéfala, sin nuevo directorio…
-Me parece que con lo que sucedió el 1 de mayo, lo que se demuestra con toda claridad es la crisis del sistema. Una falta de liderazgo muy señalada, tanto del poder Legislativo como del Poder Ejecutivo.
El carácter de doña Laura y del ministro de la Presidencia (Carlos Ricardo Benavides) como que no lo siente uno. Entonces, la Asamblea Legislativa quedó acéfala, y si además se toma en cuenta que la fracción de Liberación Nacional internamente está dividida, la situación es más difícil. No es lo mismo tener una fracción de 24 diputados completamente unida, que tener a 13 por un lado y a 11 por otro.
¿En qué sentido faltó liderazgo del Ejecutivo?
-Me parece que este era un momento propicio para que doña Laura aprovechara y dijera “yo necesito que la institucionalidad del país funcione, que mi Gobierno arranque”, me reúno con los 31 diputados de oposición y les digo señores, necesito que ustedes me aprueben estos proyectos fundamentales y ustedes digan que necesitan.
O si tengo 13 diputados (de la fracción oficialista) fieles, me reúno con los jefes de fracción o con los presidentes de los partidos y les digo “aquí no se trata de Laura, es el país el que está en juego. Estos proyectos son los proyectos básicos, apruébenlos y ustedes digan en qué puedo ayudar, para que ustedes en sus comunidades puedan adelantar algunos de los trabajos que les urgen”. Nadie con más autoridad para negociar con la oposición que la Presidente de la República. Eso es normal, eso es democracia, pero no lo hacen.
¿Y ahora qué se puede esperar que suceda para salir de la crisis en el Congreso?
– La Sala Constitucional ha dicho que cuando en la Asamblea Legislativa el ordenamiento jurídico se sobrepasó por algún motivo, la Asamblea tiene las facultades par resolver sobre la marcha el problema. Eso es materia exclusiva de la misma Asamblea; los mismos diputados son los llamados a arreglar “la torta” inmediatamente. Esa es la salida.