Decaen condiciones de empleo, pese a crecimiento económico

Menos oportunidades laborales para los jóvenes, utilización de mano de obra menos calificada, menores ingresos promedio reales, incremento de contratación de mano de obra

Menos oportunidades laborales para los jóvenes, utilización de mano de obra menos calificada, menores ingresos promedio reales, incremento de contratación de mano de obra sin seguro social, y aumento creciente en el número de personas pensionadas, son algunas de las tendencias que se perciben en el campo laboral del país, para el corto y mediano plazo.

Dichas tendencias son vistas con preocupación por el economista Helio Fallas, exministro de Planificación y de Vivienda, tras analizar los resultados de la “Encuesta continua de empleo” del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) del 2010 al 2012, estudio que se realiza desde el 2010 con datos obtenidos trimestralmente en un total de 9.024 hogares.

Los datos de la encuesta ponen en evidencia que la promesa que planteó el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos −aprobado en el 2007, durante el gobierno de Óscar Arias−, de “mejores condiciones de vida” para todos, “resultó en un fiasco y quizás un engaño, como pocas veces se ha visto en toda la historia económica del país”, lamentó Fallas.

“El candidato del Partido Liberación Nacional (Johnny Araya) ha admitido que seguirá con el modelo actual que ese partido ha apoyado, con algunas pequeñas modificaciones, lo que vislumbra una historia con más sacrificios para las clases más desfavorecidas del país”, señaló el analista, tras anotar la necesidad de rectificar el modelo actual de desarrollo (ver recuadro “Hora de rectificar”).

Aunque se generaron nuevos puestos de trabajo, el desempleo abierto sigue en alrededor del 10 % (afecta a unas 219.000 personas) y aumentó el subempleo, según los datos del INEC acumulados al IV trimestre del 2012.

Es una tasa de desempleo alta, que se mantiene a pesar de que en el 2012 el país tuvo un crecimiento de la economía del 5 %, por lo que surgen interrogantes sobre las perspectivas de empleo para el presente año, cuando las proyecciones de crecimiento son menores. Así lo han señalado economistas que advierten la necesidad de explicar por qué el desempleo sigue alto en Costa Rica −a pesar de que la economía crece−, mientras en el resto de países latinoamericanos tiende a bajar a tasas de alrededor del 6%.

No obstante, para el II trimestre de este año la expectativa de los empresarios es mantener una estabilidad en el número de empleos, opinión que comparten más del 55 % de los empleadores privados en todos los sectores de la producción y los servicios, según la XIII Encuesta Trimestral sobre Opinión de Empresarios (ETOE), del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE) de la Universidad de Costa Rica, dada a conocer la semana pasada.

De acuerdo con los datos de la encuesta del INEC, en el periodo del 2010 al 2012 la población del país pasó de 4.580.168 personas a 4.687.895, lo que significa un aumento de 107.727 personas  (2.7 %). Por grupos de edad, la población de 0 a los 14 años aumentó en 25.113 personas, situación que contrasta con el aumento del grupo de edad de 45 a 59 años, que fue de 33.211, y especialmente de las personas mayores del grupo de 60 años y más, que aumentó en 101.007 (20.7 %). Mientras tanto, el grupo de edad de 15 a 24 años más bien tuvo una reducción de 51.159 personas (casi el 6 %), indicó Fallas a partir del estudio del INEC.

El grupo de 60 años y más lo constituyeron 589.842 personas, lo que significa una participación de 12.6 % del total de la población, dos puntos más que hace dos años.

Esto refleja los cambios en la pirámide población que empiezan a darse, y hace prever una situación delicada en el sistema de protección social del país en los próximos años, puesto que más personas mayores de 60 años demandarán recursos de poblaciones de personas trabajadoras que vienen reduciéndose, advirtió Fallas.

MERCADO LABORAL

La fuerza de trabajo pasó de 2.082.951 personas en el IV trimestre del 2010 a 2.194.291 en el IV trimestre del 2012, lo que significa un aumento de 111.340 personas (5.3 %). De esa población, la ocupada pasó de 1.892.879 a 1.980.190, respectivamente, lo que representa un incremento de 87.311 (4.6 %); y la desempleada pasó de 190.072 a 214.101, es decir 24.029 más (12.6 %).

Hubo aumento de empleos especialmente en las ramas del Transporte y Almacenamiento y Comunicación y Otros Servicios, mientras que “Agricultura e Industria”, que han sido sectores muy importantes en la generación de fuentes de trabajo, redujeron empleo.

Por otra parte, la población incorporada al mundo del trabajo en el periodo 2010-2012 se concentró más en los grupos de edades mayores, es decir, de 45 a 59 años y de 60 años o más. Los dos últimos grupos representan el 63.1 % del total de “personas agregadas” a la población ocupada en ese periodo. En cambio, los jóvenes de 15 a 34 años apenas representaron unas 19.000 personas (22 %).

Otro dato llamativo en el análisis de Fallas, es que de las 77.600 personas que se incorporaron al trabajo entre el cuarto trimestre del 2011 y el cuarto del 2012, el 95 % no tuvo seguro social. Eso significó un aumento del 13 % en el grupo de personas que no tuvo seguro del trabajo en ese periodo; mientras tanto, la proporción de la fuerza laboral fija que no tiene seguro es de 32 %.

Estas cifras plantean interrogantes en relación con el impacto que tal situación estaría teniendo en las debilitadas finanzas de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y en el futuro del pago de las pensiones, dado que los nuevos trabajadores no estarían cotizando.

Pareciera que a los empleadores les resulta más beneficioso incorporar personal con edades mayores a los 45 años, pero sin el pago del seguro social.

Además, algunas empresas no reportan a sus trabajadores a la CCSS con los salarios que realmente reciben, sino que una parte los depositan en el extranjero, algo que al parecer ha venido creciendo en los últimos años, pero no se tiene una cuantificación, detalló Fallas.

Otro fenómeno que debe admitirse según el economista, y que las autoridades no reconocen, es que la producción en el 2012 se vino en picada durante el transcurso del año y que los empleos de calidad generados fueron muy pocos y concentrados en el área metropolitana.

Por otra parte, el aumento en el número de ocupados en el periodo 2010-2012,  mayoritariamente fue de personas que tenían solo primaria, con secundaria incompleta y  universitarios sin títulos. En efecto, los empleos para personas con educación baja y media tendieron a aumentar, mientras que los ocupados con primaria incompleta o menos disminuyeron (35.959 menos en el periodo). Respecto a las personas con título profesional, hubo un aumento de 6.142 empleos en el saldo neto del periodo, pero en el 2012 hubo una pérdida de 8.002 empleos en este grupo.

Esto significa que la población trabajadora absorbida por “el mercado” se orienta a la contratación de personal menos calificado y sin seguro social, y que incluso una parte del personal con título universitario se está sustituyendo por uno con menos calificaciones. ¿Es esto eficiencia, o es sacrificar profesionales y productividad para bajar costos?, reprochó Fallas.

En relación con la evolución del indicador de los “ingresos mensuales promedio en el empleo principal”, la tendencia que se percibe a partir del primer trimestre del 2012 es a una reducción en términos de colones constantes. Si se compara el cuarto trimestre del  2012 con el tercero del 2010, se observa un crecimiento nominal, que en términos anuales representa un aumento del 0.5 %,  lo cual obviamente no cubre los aumentos por costo de vida, apuntó entre otros datos preocupantes el analista.

RIESGO

Según Fernando Rodríguez, economista del Programa de estudios fiscales de la Universidad Nacional, un desempleo de 10 % es muy alto para un país donde la tasa histórica ha rondado el 5 %. En lugar de estar discutiendo cuál es el dato exacto (como han hecho figuras del Gobierno), se debería estar pensando cómo atacar el problema, y ver qué va a pasar este año, en el que parece que habrá un menor crecimiento de la economía, externó.

Si la economía no ha estado tan mal, y el año pasado creció un 5 %, y el desempleo sigue siendo alto, entonces va a ser más complicado reducirlo, cree Rodríguez. Siente temor de que el alto desempleo se vuelva crónico, porque eso hace vulnerable a los países en tiempos de crisis, como le sucede a España, que partió con un 9 % al inicio de la crisis y ahora anda en más de 20 %.

En su opinión, lo que está haciendo el Banco Central en política monetaria va a tener una serie de efectos adversos, porque va a haber menos crecimiento en las actividades económicas, y por consiguiente menos empleo. Sumado a esto, habrá menos recaudación de impuestos.

“Si hay menos gente trabajando, habrá menos consumiendo y por supuesto menos recaudación de impuestos y de cotizaciones en la CCSS. Estamos hablando de que necesitamos que la Caja recupere la base de recaudación, pero cuando hay más gente desempleada la base para aportar  disminuye”, hizo ver Rodríguez.

 


 

Retos con el desempleo

El ministro de Planificación, Roberto Gallardo, dijo que la economía está generando los empleos necesarios como para que vaya disminuyendo la tasa de desempleo, pero hay un aumento en la gente que anda buscando trabajo y es lo que no permite que baje la tasa de desempleo.

“En números absolutos nunca había habido tanta gente con trabajo en Costa Rica. Hay un desempleo que sin duda es alto, pero de 18 meses para acá ha bajado 1.1 %. Sigue siendo alto, y seguimos teniendo retos en este campo, pero además la tasa de desempleo se mantiene más o menos estable, porque hay más gente buscando trabajo. Es lo que se llama la tasa de participación. Esta tasa ha venido creciendo en niveles más altos que el crecimiento de la población. Eso significa que ante la expectativa económica positiva, más gente sale a buscar trabajo, cuando se da cuenta que su familiar o su vecino encontró trabajo. Es gente que tal vez no estaba buscando trabajo y que de pronto dice, ante esta situación, voy a buscar trabajo”, argumentó Gallardo.

En cuando al subempleo, sostiene que este se podría explicar por el aumento en la gran cantidad de mujeres que se suman a la fuerza de trabajo, y por el aumento del empleo en el sector comercio, que a veces contrata en jornadas parciales. “En los cruces de datos que pudimos hacer nosotros, efectivamente nos dieron como para que ese aumento del subempleo se entienda a partir de esos fenómenos”, expresó.

¿Y las expectativas ante una reducción del crecimiento de la actividad económica que se prevé? “Aquí hay dos índices que podemos utilizar –respondió−, y es no solo el crecimiento de alrededor del 4.5 % −que no es malo−, sino además la expectativa de contratación de las encuestas que se hacen a los empresarios, y el porcentaje de las empresas que dicen que piensan contratar más personal, y es el mismo que el del año pasado. Desde esa perspectiva, tenemos tranquilidad de que una gran cantidad de gente nuevamente va a encontrar trabajo”, afirmó Gallardo.

 


 

Hora de rectificar

Desde la perspectiva del economista Helio Fallas, “es hora de que se revise y se rectifique profundamente el modelo actual de desarrollo, donde confluyen intereses muy fuertes de algunas empresas extranjeras y de algunos empresarios costarricenses”.

Recordó que los sectores sociales que están detrás de esos intereses tienen acceso a las decisiones de los gobiernos, que a su vez imponen decisiones que les benefician y que, además, en algunos casos, tienen un costo fiscal importante para el país.

En los distintos gobiernos se ha dicho que la creación de empleos sería aportada por los sectores nacionales y extranjeros ligados al comercio exterior. No obstante, la realidad es otra, como lo comprueban los datos aportados en la encuesta de empleo y otros más directamente relacionados con la actividad exportadora, añadió.

En ese contexto es imperativo reconfigurar el modelo actual, para que refleje mejor los intereses de las mayorías del país. Esto necesariamente pasa por redefinir los apoyos del Estado a los productores nacionales, las políticas educativas y de formación técnica, los aportes de las universidades públicas al proceso productivo del país, la implementación de políticas para favorecer el emprendedurismo, y reformas a los programas sociales, entre otras políticas que se requiere transformar, puntualizó Fallas.


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