Matices más que diferencias de fondo es lo que han mostrado la precandidata y los dos precandidatos que disputarán el próximo domingo 7 de junio la convención del Partido Liberación Nacional (PLN), según algunos analistas.
Pero esta opinión no es compartida por quienes consideran que la campaña interna ha sacado a relucir fuertes choques y fracturas ideológicas que podrían empinar el camino de la reunificación del partido oficialista luego de estas elecciones primarias.
El analista y politólogo de la Universidad Nacional José Carlos Chinchilla Coto, es de los que suscriben este punto de vista, pues considera que en la campaña se ha visto una fisura dentro de lo que ha sido el PLN.
Se han dado dos planteamientos centrales representados por la exvicepresidenta Laura Chinchilla y el alcalde de San José Johnny Araya, que han sido muy confrontativos, y es difícil no pensar que al ganador le va a costar recomponer la unidad del partido luego de la convención, opinó.
“Creo que van a tener que emplear mucha energía, tiempo y recursos para dar la idea de un Liberación unido. Sobre todo después de lo que se ha dicho en esta campaña interna entre ambos contendientes, que ha sido sumamente duro”, subrayó en relación con las alusiones que se han cruzado en la propaganda los aspirantes en torno a la honestidad y fallas en el desempeño de cargos públicos en el pasado.
Según el sociólogo y analista Manuel Rojas, en los debates realizados por televisión se han notado ciertas diferencias entre los precandidatos, pese a que éstos han evitado allí atacarse en forma frontal, y a que el formato de esos programas no favorece una discusión a fondo.
En el debate de Canal 6, por ejemplo, “sí notaba uno algunas diferencias interesantes entre la posición de doña Laura y la posición de don Johnny; don Johnny intentado zafarse un poco el Gobierno, haciendo alguna crítica velada al neoliberalismo y a la dirección económica seguida por el Gobierno, pero no pudiendo desembarazarse totalmente de eso”, comentó.
El politólogo Francisco Barahona cree, sin embargo, que no hay grandes diferencias entre los precandidatos, “lo que es normal en un partido político que giró a la derecha.”
A su juicio en el PLN no ha habido realmente un debate sino a lo más un “conversatorio” entre tendencias que van del centro a la derecha. En ese sentido la que está más a la derecha y es más conservadora es doña Laura, en concordancia con la bandera que asumieron los hermanos Arias en toda esta administración, expresó.
De la misma manera, añadió, no se dio un real debate dentro del proceso interno del Partido Acción Ciudadana. El partido opositor eligió el domingo pasado como candidato a su líder histórico y dos veces candidato presidencial Ottón Solís, quien obtuvo el 71% de votos en la convención, sobre un 19% de la exdiputada Epsy Campbel y 9% del empresario Román Macaya.
El domingo también tuvo lugar un debate entre los precandidatos liberacionistas, trasmitido por Canal 7, donde el intercambio de propuestas y críticas fue más intenso que en otras ocasiones, coincidieron varios analistas.
No obstante, según Barahona, no hay motivo para pensar que el PLN vaya a salir dividido de la convención del próximo domingo. “Ellos tienen un común denominador que es estar en el partido, no hay asuntos de fondo para salirse del partido desde el punto de vista ideológico, y los tres se han comprometido a apoyar al candidato o la candidata que gane; además supongo que también estarán interesados en hacer cola dentro del paraguas electoral en que se ha convertido el PLN”, consideró.
Tesis que rima con lo dicho por Johnny Araya, quien al ser consultado si a consecuencia de la confrontación entre su tendencia y la de Laura Chinchilla el partido podría salir dividido, aseguró que no veía ese escenario.
“Me parece que ha habido confrontación porque efectivamente hay diferencias importantes entre el proyecto de doña Laura y el proyecto mío, y dependiendo del modelo de país que los liberacionistas quieran y las características del partido que quieran tener, pues así va a pesar la decisión hacia uno u otra.
Pero por encima de esas confrontaciones, que sin duda muestran una visión distinta del país, del partido y de la sociedad, creo que Liberación Nacional estará unido después del 7 de junio”, manifestó Araya.
Por su parte Laura Chinchilla, ante la pregunta de que si ella fuera la ganadora, estaría dispuesta a nombrar a Araya o a Berrocal como sus vicepresidentes, dijo que “es temprano para asignarles a ellos un papel en mi gobierno; por supuesto que las puertas están abiertas para ambos, pero ya vendrá el momento para ver cuáles serán las aspiraciones que ellos tendrían.”
A su vez Berrocal manifestó, al preguntársele si descartaba a Chinchilla y Araya como posibles vicepresidentes en una eventual fórmula presidencial suya: “No. Creo que todas las opciones están abiertas y si la Casa Presidencial dejara de intervenir en el proceso y doña Laura tuviera la firmeza de poner fronteras con la Casa Presidencial, estoy convencido que entre doña Laura, don Johnny y Fernando Berrocal encontraríamos grandes espacios de coincidencia y de convergencia política para construir un movimiento juntos.”
NORMALIDAD
Para Francisco Barahona, la actual convención ha sido un proceso normal en el PLN, semejante a los que ha habido en el pasado en ese partido, aunque hay que recordar que hace cuatro años no se presentó esa posibilidad porque estaba Oscar Arias como candidato único.
Lo interesante es que antes no se había presentado una discusión tan fuerte en relación con el uso de “muletas” o “herederos o herederas” de un gobierno concreto, como está ocurriendo ahora. “Esa podría ser la característica más interesante. Tenemos a doña Laura Chinchilla que es la heredera directa apoyada por los hermanos Arias y obviamente por este Gobierno, y tenemos por otro lado a don Johnny que, aunque apostó a Oscar Arias como alcalde de San José, mantiene independencia, e inclusive una oposición que ha venido aumentando en su fuerza.
Además ha venido planteando algunos elementos interesantes desde el punto de vista político, yo diría más amplios que doña Laura.
Por ejemplo, lo de la posible convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, que es un tema que no está dentro del marco de doña Laura, a pesar de que el mismo Rodrigo Arias lo había planteado hace unas semanas”, apuntó.
Respecto al tercer candidato, Fernando Berrocal, señaló que es un hombre con una gran experiencia, pero en la coyuntura política no tiene mayor significado.
Según analistas como José Carlos Chinchilla, puede ser que la cercanía con el Gobierno le haya dado réditos a Laura Chinchilla y le haya ayudado a marcar un cambio en la percepción del electorado liberacionista. A su juicio, también pudo haberla favorecido la salida del abogado Juan Diego Castro atacándola, pues a alguna gente le puede parecer una política demasiado ruda por parte de Johnny Araya.
Entre los decididos a votar el domingo Chinchilla contaría con el 45% en la intención de voto, 11 puntos por encima de Araya, mientras que Berrocal aparece con un 2%, de acuerdo con una encuesta publicada por el diario La Nación la semana pasada y que causó gran revuelo entre las tendencias. Estos resultados fueron similares a otra encuesta aparecida en el diario Al Día, pero fueron contradichos por una tercera en el Diario Extra.
Mientras los aires de triunfo se apoderaron de la tendencia de Chinchilla, la de Araya cuestionó la credibilidad de los datos al señalar que no ha sucedido ningún hecho tan importante como para que se haya podido dar un cambio tan brusco a favor de Chincilla, quien en enero iba 11 puntos por debajo de Araya.
De acuerdo con la encuesta de La Nación, el 26% de los electores manifiesta intención de votar el domingo, lo que representa unas 700.000 personas, datos que parecen contradictorios con lo que podría esperarse, ya que esa es más o menos la votación que logra el partido en las elecciones generales y difícilmente se dé en una convención interna.
En última convención participaron 300.000 personas. Además el dato parece contradictorio con otro que da la encuesta, en el sentido de que aumentó el número de personas que dicen no tener partido político y que alcanza al 54%.