El debate sobre el acuerdo de libre comercio entre Centroamérica y la Unión Europea (UE), que está en vías de aprobación en la Asamblea Legislativa, ha puesto sobre el tablero cuestionamientos por el “éxito” que alega el país en materia de apertura comercial y auge de las exportaciones.
Diputados como Luis Fishman (Partido Unidad Social Cristiana) se ha preguntado durante la discusión del “Acuerdo de Asociación con la UE” −por cuya aprobación presionan los sectores exportadores y el Gobierno− ¿por qué los beneficios de la apertura comercial no llegan a los más pobres ni a todas las regiones del país, contrario a lo que se esperaba cuando se iniciaban los tratados de libre comercio (TLC) a principios de los años 90?
Al contrario, la pobreza se mantiene, la desigualdad y las brechas sociales y entre regiones aumentan. Y cuando uno ve qué es lo que realmente estamos exportando, cuáles son las compañías y las empresas que se benefician con las exportaciones, y cuando vemos que en las zonas más lejanas −como la Región Brunca− está concentrado el 35 % de la pobreza, y en la región caribeña hay un 28% de pobreza, y que de allí provienen las mayores exportaciones de banano y piña, entonces hay que preguntarse ¿qué está fallando?, según el legislador.
¿Qué ha hecho el Estado costarricense para mejorar los índices de educación y de productividad, para encadenar los procesos de producción de los agricultores de Talamanca o de Upala, de Guatuso o de Los Chiles, para que realmente puedan ser actores, y no simplemente espectadores de lo que está sucediendo en otras áreas del país?, preguntó Fishman.
Cabe anotar que Costa Rica tiene números rojos con un creciente déficit en la balanza comercial en la mayor parte de los nueve tratados de libre comercio que tiene vigentes (Canadá, México, China, Chile, Corea, Panamá, República Dominicana, la Comunidad del Caribe –Caricom−, y Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana). A estos se sumarán los TLC con Singapur y Perú, recientemente aprobados por la Asamblea Legislativa, y el que se acaba de negociar con Colombia.
La Cámara de Industrias se ha manifestado en contra de firmar nuevos TLC sin que el país esté debidamente preparado, pues considera que hay una serie de cuellos de botella no resueltos, que limitan la competitividad de la industria local para poder competir con la producción foránea. No obstante, considera que la UE es un socio con el que se ha hecho una buena negociación, por lo que no se opone al acuerdo, según explicó en una rueda de prensa Juan Ramón Rivera, presidente de la organización.
FAVORECIDOS
Mientras tanto, el exdiputado Ronald Solís −quien es exportador− es del criterio que los TLC “han sido un fracaso como mercado”, y las que se favorecen son las grandes corporaciones, que encabezan los más importantes renglones de exportación.
Como ejemplo mencionó que el 90 % de las exportaciones a China son de dos o tres transnacionales. En el caso del TLC con Colombia, se ha dicho que los follajes se van a ver beneficiados, pero eso no representa nada. Lo que más se beneficia es el rubro de las llantas, que son de una transnacional, y a cambio llegarán productos que van a terminar de quebrar a productores nacionales, aseguró.
Solís estima que no hay suficiente apoyo para el productor local, para que este pueda aprovechar las oportunidades prometidas. La agenda complementaria de proyectos que se ofreció para aprobar el TLC con Estados Unidos no se cumplió, y todo se redujo a la prometida banca de desarrollo, que “no ha servido”.
La prensa y el Gobierno no han hecho más que resaltar las exportaciones de Costa Rica, pero las importaciones están creciendo porcentualmente más que las exportaciones, y el año pasado el déficit de la balanza comercial fue de más de ¢ 6000 millones, pero eso no se lo dicen a la gente, criticó.
Según Mónica Segnini, presidenta de la Cámara de Exportadores de Costa Rica (Cadexco), los TLC son un elemento importante que permiten introducir un producto a menor precio en los mercados, y como tales son una oportunidad a los que como exportadores no les pueden decir que no, pero deben ir acompañados de políticas públicas y variables adicionales, que no se han dado en la medida necesaria.
“Cuando me dicen que por qué ese éxito (exportador) y por qué hay un 20 % de pobreza, yo siempre digo que eso no es culpa del sector exportador; es culpa de la falta de políticas públicas”, acotó.
Lo que sucede es que las políticas de redistribución de esas ganancias no están adecuadas, y ahí es donde se podría empezar a hablar de una reforma fiscal y redistribuir bien esos ingresos, del apoyo en educación en zonas rurales, apoyo en ciencia y tecnología y tener mejores laboratorios para certificar y apoyar a las pymes en encadenamientos productivos. Eso se hace, pero no lo suficiente, y no con la intensidad con que se promueve −por ejemplo− la atracción de inversión extranjera, detalló Segnini.
Un acuerdo comercial es un texto jurídico que trae obligaciones y derechos, y perjudica o beneficia en la medida que haya políticas públicas adecuadas. Siempre va a haber empresas que se benefician, pero el país quiere que sea la mayor cantidad de empresas, que nazcan nuevas empresas y promuevan la inversión local, porque se benefician de esos acuerdos, comentó la empresaria.
LO QUE NO SE DICE
Los TLC se enmarcan “en una estrategia económica fallida”, sostuvo desde otra perspectiva el analista Luis Paulino Vargas, economista de la Universidad Estatal a Distancia (UNED).
Cuando se firma un TLC, a la gente se le dice por la prensa que con estos acuerdos aumentan las exportaciones, se atraen inversiones y se crean empleos. Sin embargo, no se dice que las importaciones están creciendo en mayor medida que las exportaciones, y que el incremento de las importaciones tiene la correlación negativa de la pérdida de empleos en la producción local, un balance que no se hace, según analizó el economista en su blog.
En ese sentido, comentó que a lo largo de los años se observa que −en relación con la mayoría de las naciones con las que Costa Rica tiene TLC vigentes− el crecimiento de las exportaciones hacia esos países es menor que el incremento de las importaciones desde esos países, según las estadísticas extraídas de la página en Internet del Ministerio de Comercio Exterior.
Esto se refleja en una ampliación del déficit correspondiente, asimetría que tiende a agravarse en los años posteriores al 2006. Chile es el único caso en que no se observa un agravamiento del déficit en los años posteriores a 2006. En los casos de Panamá, República Dominicana y el Caricom −con los que el balance comercial de Costa Rica es positivo−, se nota que este tiende a declinar.
Solís concluye que los tratados establecidos con economías grandes y fuertes, han tenido resultados desastrosos para Costa Rica y más desastrosos cuanto mayor y poderosa es la economía con la que se estableció el tratado.
Se trata de una estrategia económica fallida, que se sostiene solo gracias a los intereses económicos involucrados, y al poder de la ideología que esos mismos intereses han promovido en complicidad con los gobiernos y la prensa. Y son datos que advierten acerca de las razones económicas que subyacen a los graves problemas de empleo que vive el país, la imposibilidad de reducir la pobreza y la tendencia al agravamiento de las desigualdades sociales, sostiene el economista.