Economistas: No es que la economía mejore, sino que marcha “menos peor”

Contrariamente al optimismo que pregonó en días pasados el presidente ejecutivo del Banco Central, Francisco Gutiérrez, varios economistas consultados por UNIVERSIDAD se  mostraron en

Varios economistas mostraron escepticismo en que el país mejore pronto su economía, tal como cree el Presidente Ejecutivo del Banco Central.

Contrariamente al optimismo que pregonó en días pasados el presidente ejecutivo del Banco Central, Francisco Gutiérrez, varios economistas consultados por UNIVERSIDAD se  mostraron en desacuerdo en torno a que la economía costarricense comienza a mostrar indicios de mejoría y que la desaparición de la crisis se encuentre a la vuelta de la esquina.

Para estos analistas, la relativa estabilidad de algunos indicadores macroeconómicos –como la reducción de la inflación– se debe a los efectos de la recesión y no a un mejoramiento de las condiciones económicas y a las medidas gubernamentales.
Ellos describieron la situación de una manera más gráfica y sintética: la economía nacional no es que esté mejorando, está empeorando con menor rapidez.

Según los economistas Leiner Vargas, Henry Mora y Luis Paulino Vargas, el desempleo se incrementará durante este segundo semestre del año y la crisis seguirá golpeando las finanzas.

Estas previsiones coinciden con el anuncio que hizo el Fondo Monetario Internacional (FMI) el pasado 8 de julio en Washington –Estados Unidos-, de que si bien el declive de la economía mundial se ve aminorado, las actividades comerciales que la pueden hacer subir aún son débiles y es de esperar que crezca el desempleo.

A pesar que el FMI estima que las condiciones financieras han mejorado más allá de lo previsto, este centra sus esperanzas en que las grandes economías se recuperen ligeramente para finales del próximo año.  También insiste en la necesidad de que los Estados no abandonen la fuerte inyección de recursos públicos y el aporte de créditos  por parte de los bancos centrales.
 
Mientras tanto, en una entrevista que publicó el diario La Nación el 6 de julio, el presidente del Banco Central, Francisco Gutiérrez, dijo que “seguimos en una economía en recesión, con desempleo, y esa parte es preocupante.  Pero, hacia delante uno ve que se está nivelando la caída y hay algunas señalitas pequeñas de recuperación como una mayor estabilidad de precios y una mayor estabilidad cambiaria”.

De igual manera, Gutiérrez comentó que “uno podría pensar que el segundo semestre empiece a mostrar un nivel de actividad mayor que el primer semestre, aún y cuando la tasa de crecimiento de la producción del segundo semestre va a ser negativa y posiblemente la del tercer semestre”.

Por el panorama económico que percibe, el funcionario piensa que “se nos están asentando las aguas. Los temas de preocupación fuerte que teníamos en la parte cambiaria están disminuyendo y los enormes riesgos que habían sobre el sistema financiero desaparecieron”.

EFECTOS DE LA RECESIÓN

Al referirse a la evolución de la economía en los últimos meses, el economista de la Universidad Nacional (UNA), Leiner Vargas, afirmó que, a pesar de que en los últimos meses la caída ha sido menos pronunciada, la economía prosigue en una tendencia hacia la baja y “todavía no tocamos fondo en la crisis mundial”.

Lo grave de esta situación –agregó– es que existe la dificultad de no saber dónde está el fondo y si bien la velocidad del descenso se ha frenado, “seguimos perdiendo empleo y con producción negativa en una serie de sectores claves de la economía.

Entonces las afirmaciones del Presidente del Banco Central sobre la estabilidad de precios, la estabilidad externa y la relativa menor presión financiera –que provoca una estabilidad en las tasas de interés– son más el resultado de la recesión que de las medidas económicas implementadas”.

En su opinión, se equivoca Francisco Gutiérrez al citar entonces como efectos positivos de la crisis la menor inflación, la menor presión monetaria y la situación cambiaria un poco más estable, dado que todo esto es más bien producto de la economía en recesión.

Vargas más bien mira con preocupación la situación a mediano plazo, una vez que la economía mundial se recupere y vuelva a crecer. Teme que las presiones inflacionarias y cambiarias, y el déficit en la cuenta externa, vuelvan a crecer.  Por lo tanto, “los fundamentos de largo plazo de crecimiento y de estabilidad macroeconómica tampoco estén asegurados una vez que pase lo peor de la crisis”.

Para el segundo semestre del 2009, el economista prevé una mayor estabilidad en los precios y una inflación muy baja. Pero, esto no lo ve como un producto de la política monetaria y económica en general del Gobierno, sino que es esencialmente el resultado de la menor demanda agregada interna como externa.

La evolución internacional de los precios de productos agrícolas e hidrocarburos, podría generar en este semestre una desaceleración de la inflación mundial, lo cual repercutirá a la vez en una inflación local más baja y generará a la vez, una menor presión en la devaluación de la moneda y cierta estabilidad en el mercado monetario, explicó.

Frente a estos factores, la gran pregunta que se plantea Vargas es: “¿Cuando recuperemos la economía de la recesión, vamos a volver a tener inflaciones altas, expectativas de devaluación altas y presión sobre las tasas de interés. O, vamos a ser capaces de corregir esa inestabilidad macroeconómica que hemos sufrido en los últimos años?”

Insistió en que poco favor hace el jerarca del Banco Central al decir que el país va a tener a corto plazo una macroeconomía estable, si esta es producto de un decrecimiento económico que al final del 2009 podría ser mayor del 2.5%.

Respecto del criterio de Gutiérrez de que el impacto de la crisis ha sido menos brutal de lo que se esperaba, Vargas estima que el golpe ha recaído especialmente sobre los sectores trabajadores y no se dice que hay una tasa de desempleo mucho más alta, que habrá una tasa de pobreza mucho mayor, y que las familias tiene como diez meses de sufrir una reducción de sus ingresos personales.

“La crisis pudo haber sido peor para los banqueros y para el sistema financiero, pero está siendo muy fuerte para las personas. Esperaría que le preguntáramos a una persona que haya perdido su empleo en los seis últimos meses, si efectivamente siente que la crisis no ha tenido tanto impacto” (…). Cuando la crisis no recae sobre las espaldas del Presidente del Banco Central, por supuesto que el análisis es que ésta es mucho más favorable”, increpó.

Si se analiza esta etapa frente a otras y en particular a la ocurrida a principios de la década de los 80, ha sido más benévola en términos macroeconómicos, añadió.

No descarta que todavía en el primer trimestre del 2010 se mantenga el descenso de la economía, situación que en mucho va a depender de cómo se comporte en Costa Rica la llegada de turistas “y si por la víspera se saca el día, el consumo de los norteamericanos –que son los principales visitantes– va a ser menor”.

El economista de la UNA cuestionó el “resultado contradictorio” en materia cambiaria, que mostró la semana pasada el precio del colón frente al dólar, al subir este último más de ¢6, “en un momento en el que uno esperaría que el tipo de cambio tienda a apreciarse y no a depreciarse”.

A su parecer, “eso demuestra que los actores del mercado cambiario costarricense son muy pocos y que hay círculos especulativos que operan en este mercado, y que el sistema que usamos no es el más adecuado para una economía tan pequeña, y con poca posibilidad de generar competencia real en este mercado”.

En un contexto de crisis, la variabilidad cambiaria provoca más “ruido” o incertidumbre, sobre todo cuando no está motivada por los fundamentos del sistema económico, sino por las acciones especulativas, acotó.

¿OPTIMISMO?

Por su parte, el economista y decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNA, Henry Mora, toma el cuadro que pinta Francisco Gutiérrez sobre la economía nacional, como un deseo de inyectarle optimismo a la población y a los inversionistas.
 
Desde su punto de vista como académico, considera que ciertamente hay variables que analizadas desde la óptica de la estabilidad macroeconómica indican una mejoría, como lo son la inflación, el mercado cambiario y el déficit en la balanza de pagos, las cuales eran motivo de preocupación al terminar el 2008.

Sin embargo, al igual que Leiner Vargas y Luis Paulino Vargas, Mora cree que el mejoramiento de resultados en estos dos rubros es producido por la recesión que vive el país y no por la aplicación de una política económica, por lo que tampoco es para alegrarse mucho.

En cuanto a  la producción nacional, el economista parte de que no hay razones para pensar que la recesión tocó fondo y calcula que tanto la economía de Estados Unidos y de Europa continuará recesiva lo que resta del año y probablemente en los primeros meses del próximo.

Respecto de los sectores económicos que dan servicios y que han sostenido un poco la economía, destacó que “en realidad el único que da muestras de tasas de crecimiento mayor es el sector financiero, posiblemente por cierto repunte –no significativo, pero repunte al fin- del crédito en los últimos meses”.

El resto de servicios: transportes, comunicaciones, servicios de empresas, personales, de educación, salud y otros, se mantienen creciendo, pero poco.

Mora sí discrepa enfáticamente del vaticinio del Presidente del Banco Central, de que la economía costarricense se va a recuperar durante el segundo semestre de este año. “No veo señales para esto. Todo lo contrario, pues todo parece indicar que la parte más severa del impacto en el desempleo se va a ver en el segundo semestre, particularmente de aquí a setiembre u octubre”.

Sí se podría decir hasta cierto punto –expuso-, que la recesión ha dejado de profundizarse en cuanto a la producción se refiere, aunque el desempleo crecerá.

Al precisar acerca del alivio que registra el mercado cambiario, explicó que esto en gran medida obedece a la fuerte reducción de las importaciones, lo cual incide en una menor demanda y presión para adquirir dólares, que al final se traduce en una menor devaluación de la moneda local.

Mora recordó que la depreciación del colón traía un ritmo alto –del 13%- y ahora bajó a un 10% u 11%, sin que aún esto se materialice en una disminución de las tasas de interés para los créditos, factor que sí podría repercutir en una reactivación más rápida de la economía nacional.

Agregó que el régimen cambiario de bandas no ha dado el resultado que se prometió. “Un régimen de bandas tiene sentido cuando más o menos el mercado estabiliza el tipo de cambio alrededor del centro de la banda, obviamente con fluctuaciones hacia abajo o hacia arriba; eso es normal. Pero, cuando el tipo de cambio se pega ya sea a la banda inferior o superior –como ha pasado recientemente-, eso es en la práctica un régimen de minidevaluaciones camuflado”.

Para Mora, no es incorrecto que Francisco Gutiérrez diga que la crisis no ha sido tan brutal como se esperaba, si lo ve en términos de desempleo. “Sin embargo, el Producto Interno Bruto (PIB) cayó casi un 5% en el primer trimestre. Esa reducción es una de las más altas en América Latina para un trimestre. Lo que pasa es que el impacto en el empleo todavía no se ha mostrado en toda su magnitud”.

Añadió que los sectores que han servido de colchón para que el desempleo no aumente significativamente o brutalmente -para usar el término del titular del Banco Central-, se están retrayendo y por eso es de esperar más desempleo y pobreza en lo que resta del año.

Un aspecto que sí dijo compartir con Gutiérrez, es que desaparecieron los enormes riesgos financieros que se preveían, aunque a su parecer nunca fueron tan peligrosos, ya que “el sistema financiero costarricense –al igual que el resto de América Latina- está muy desconectado del internacional, y sobre todo de la burbuja financiera que se creó en Estados Unidos y en Europa”.

DETERIORO SIGUE

Por otro lado, para el economista Luis Paulino Vargas, sin diferir de sus colegas Mora y Vargas, la inflación en el país ha disminuido en un contexto mundial de recesión y lo que se debate es más bien el riesgo de entrar en una etapa de deflación, que consiste en una baja generalizada de los precios de los bienes y servicios; todos los sectores prefieren retener su dinero y se genera un círculo vicioso que es peor que la inflación.

En referencia a las versiones de que la situación económica está mejorando, Vargas criticó que los analistas privados repiten lo que se dice en Estados Unidos, de que hay señales de mejoría.

“Lo que pasa es que ese discurso es muy engañoso, muy ambiguo, porque lo que se dice no es que la economía esté mejorando, sino que está empeorando menos rápidamente. El proceso de caída continúa, solo que están diciendo que está cayendo menos violentamente”.

En otros países como acá, están de acuerdo con que el problema del desempleo se va a seguir incrementando por mucho meses más y algunos dicen que incluso durante todo el 2010 y más allá. “De manera que hablar de recuperación económica en este contexto, es como forzar bastante los conceptos”, puntualizó.

De acuerdo con Vargas, no obstante que la influencia negativa externa pueda ser menos fuerte que la recibida meses atrás, el desempleo y posiblemente el exceso de endeudamiento acumulado para consumo, vivienda, y en tarjetas de crédito, va a golpear más la economía del país en los próximos meses y prolongar el deterioro.

A su parecer, no se descarta que próximamente el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) pierda velocidad en su caída; pero, “me temo que las cifras negativas podrían prolongare por bastantes meses, porque en realidad no hay perspectivas de que las exportaciones ni el turismo puedan recuperarse pronto, ya que en el mejor de los casos los países ricos van a tener procesos de recuperación muy lentos y débiles, siendo optimistas a finales de este año o inicios del otro”.

Por todo lo anterior, reprochó Vargas, es que me parece que hay un exceso de optimismo por parte del Banco Central, aparte de que esta entidad está agravando la situación con su política monetaria, con sus tasas de interés y la limitación al crédito. Este es un factor que “termina de asfixiar la economía”.

El economista detalló que si se comparan las tasas de inflación, con las de intereses de los créditos, el margen entre una y otra es muy grande, lo cual tiene un efecto recesivo muy fuerte sobre la economía.
Fustigó que en este contexto, el Gobierno continúa sin políticas coherentes e integrales para estimular la creación de empleo, y cuando mucho, ha tomado algunas medidas paliativas de alcance limitado, como obligar a los bancos públicos a bajar las tasas de interés en dos puntos.

 


Así lo dijeron

Leiner Vargas:  “A pesar de que en los últimos meses la caída ha sido menos pronunciada, la economía prosigue en una tendencia hacia la baja. Todavía no tocamos fondo en la crisis mundial”.

Henry Mora: “Todo parece indicar que la parte más severa del impacto en el desempleo se va a ver en el segundo semestre, particularmente de aquí a setiembre u octubre”.

Luis Paulino Vargas: “Hablar de recuperación económica en este contexto, es como forzar bastante los conceptos. el Gobierno continúa sin políticas coherentes e integrales para estimular la creación de empleo. ”

 

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