La realidad es que los partidos son entes, vivos con divergencias y diferencias, y está bueno que así sea siempre que haya algo común, como principios comunes y una idea de país.RODOLFO PIZA, Secretario general del PUSC
Dice Rodolfo Piza que ahora dedica medio tiempo a su bufete y otro medio a la política: seis y seis horas, según su horario laboral. Apenas para recibir una visita de inspectores del Ministerio de Trabajo. Desde julio del 2014 –cinco meses después de perder las elecciones por la Presidencia– lidera el Partido Unidad Social (PUSC) Cristiana como su Secretario General.
Hace dos años usted perdió unas elecciones internas, ahora es una figura fundamental para la renovación del partido. ¿Qué pasó en el PUSC que permitió este cambio?
Tuve la suerte de tener 36.000 votos, no tuve la suerte de contar con la mayoría y di el apoyo al ganador. Luego la renuncia de él, y tras haber aceptado ser candidato a la vicepresidencia, sentí que no podía dejar el barco en ese momento. Tomé la campaña en condiciones económicas muy complejas, prácticamente pudimos hacer publicidad en enero. A mí ahora me toca asumir la secretaría general del partido y mi objetivo central es acompañar la renovación del partido hacia el congreso ideológico. Ya después, que el partido tenga su propia vida.
¿Cómo se renueva un partido costarricense en el siglo XXI?
Sin renunciar a los principios –la mejor manera de renovarse es volver a los principios–, es mirar al futuro. El partido, por algún motivo, pasó mirando al pasado por mucho tiempo y no es que sea ilegítimo, pero no procede. Un partido debe ver hacia el futuro, siempre. Lo que ocurrió, las cosas buenas, los errores, sirven de experiencia para construir.
El partido que ahora lo recibe a usted como secretario general es diferente a aquel de la convención.
Es un partido en cambio, pero ya en la convención había un cambio significativo. De nuevas formas de elegir diputados, nuevas formas de organizarnos, del estatuto. Había un esfuerzo de un grupo de jóvenes que había venido renovando el partido, yo había estado afuera. Me parece que ellos hicieron un partido importante que debe continuarse.
A finales del año pasado comenzaron a verse roces en la fracción. Usted señaló que algunos diputados no debieron apoyar el presupuesto y Humberto Vargas habló de que cierta parte del partido excluía al calderonismo. ¿Hay un temor de que la fracción se resquebraje?
Yo espero que no, lo que pasa es que los procesos pueden llevar a ese tipo de decisiones; de parte mía haré todo lo posible para que eso no sea así, pero no puedo garantizar que no sea así. La realidad es que los partidos son entes, vivos, con divergencias y diferencias, y está bueno que así sea siempre que haya algo común, como principios comunes y una idea de país. Pero hay muchos caminos que llevan a Roma.
Hablando de otros caminos, hace poco se fundó el Partido Republicano Socialcristiano. ¿Cómo afecta su creación a la fracción y al partido?
Al partido creo que poco, los que se fueron ya se habían ido, incluso ellos habían dado su apoyo a otro partido y la gran mayoría de los socialcristianos se mantienen en la Unidad.
¿A la fracción?
No creo que le afecte específicamente eso. Lo que le afecta son las formas de ver el mundo, no siempre coinciden, somos seres humanos y probablemente hay algunos más cercanos a unas tesis y a otras.
El PUSC perdió fuerza tras los escándalos de corrupción. Algunas de esas figuras cuestionadas están inactivas y ahora otros están en el Partido Republicano. ¿Le sirve al PUSC la creación del nuevo partido?
No, yo no lo veo así. Es un derecho de ellos crear el partido y en la Unidad tiene que estar la gente que crea en los valores, en los principios éticos y en la visión de futuro. Es importante que así sea. Por supuesto que son bienvenidos todos los que compartan esas tesis y si no se comparten todos tienen derecho a formar su casa.
En enero del 2014, usted le dijo a AmeliaRueda.com que los calderonistas decentes se mantienen en el PUSC. ¿Hasta qué punto se puede sostener eso un año después?
La grandísima mayoría de los calderonistas siguen en el PUSC.
¿Y cómo se define hoy en día el calderonismo?
Bueno, yo no veo el calderonismo, yo veo a la Unidad. Se ha conformado de un montón de fuerzas, desde que nació fue una coalición que venía de la democracia cristiana, del partido Renovación Democrática de Rodrigo Carazo, venía del calderonismo, venía del ulatismo y esas fuerzas históricas dan lugar a un partido que empieza como coalición y después como Partido Unidad Social Cristiana.
El Dr. Hernández suena como candidato para el Partido Republicano. ¿Cómo se puede distanciar la Unidad de él y que en el 2018 los electores no confundan o entremezclen?
Yo creo que los electores no van a entremezclar, sino que elegirán a quien quieran y no solo entre estos dos, sino entre todos. Dependerá de la relación y de la empatía de los costarricenses con el partido y con un pensamiento los que obtendrán la victoria en las municipalidades y en las nacionales. De eso depende, no depende de una historia ni de una figura. Nadie es dueño de un partido y nunca lo debe ser. Los líderes se siguen en la medida que se compartan esos valores, en la medida que no se compartan cambian los liderazgos.
Hablando de liderazgos, en su Facebook usted tiene más de 40 seguidores, el PUSC tiene 1.300; su sitio web sigue activo pero el del partido está caído. ¿Está la casa ordenada?
El partido está iniciando su proceso de sitio. Hoy por hoy hay que tomar en cuenta que las personas no se adhieren a instituciones o partidos, sino a personas. Es una condición natural. En los años 80-90, el 80% de la población adhería uno de los dos grandes partidos. Hoy los costarricenses prefieren votar en función de las personas que van liderando el proceso electoral.
Cita destacada:
La realidad es que los partidos son entes, vivos con divergencias y diferencias, y está bueno que así sea siempre que haya algo común, como principios comunes y una idea de país.