Horacio Quesada (Jacó, Pacífico Central)
Lo que pedimos (las mipymes turísticas) es un amparo, después que fuimos inducidos a un financiamiento y caímos en una trampa, porque nos hicieron demostrar la capacidad de pago bajo ciertas condiciones financieras y de camino nos las cambiaron.
Hay un montón de gente quebrada, empresas que han pasado de manos o han sido rematadas por el banco, que ha recogido empresas por un precio y las ha vendido por la mitad de ese precio a otras personas, dándoles préstamos en mejores condiciones que las que tenía el que estaba, y que habría podido salir adelante si se le hubieran dado esas nuevas condiciones. Lo que pedimos es que se haga justicia; no ha habido mala administración; lo que ha habido es un gran esfuerzo de estas empresas familiares por sobrevivir.
José Ángel Soro (La Fortuna de San Carlos)
En el período precrisis, antes del 2008, el Instituto Costarricense de Turismo proyectaba un crecimiento y decía que había que crear más de 12.000 habitaciones. De eso hay documentación oficial. En el caso de La Fortuna, los empresarios tenían 2.400 habitaciones y se les dijo que había que hacer 2.500 más, lo cual se cumplió, y en eso los bancos participaron activamente.
No puedo olvidar el día en que el gerente del Banco Nacional de entonces, don William Hayden, anunciaba en un hotel de La Fortuna que quería pasar el 40% de la cartera a turismo. Nos decía: señores, los empresarios se ponen el techo, ustedes son los que se limitan. Entonces en ese momento las mipymes vimos la oportunidad de crecer y las empresas se lanzaron a esa aventura, confiadas en esa responsabilidad compartida con el Estado y los bancos. Lo que no se esperó es que viniera un periodo de crisis tan profundo, con una baja en la ocupación, cambios de las tasas de interés, el tipo de cambio del dólar pasó de ¢590 a menos ¢535, los costos operativos aumentaron, y aquí es donde nos dejan solos o al menos nos debilitan los respaldos que nos daban, y el empresario entró en un proceso de pérdida de capacidad de pago y del patrimonio.
Algunas empresas le pagan a los bancos, pero no le pagan a la Caja Costarricense de Seguro Social, a Tributación, las municipalidades o a las cooperativas. Hay un deterioro de la infraestructura, ya no se pinta ni se cambian las toallas como antes y hay una pérdida de competitividad; esa es la realidad. Muchas personas tuvieron que sacar a los niños de la escuela, después de perder el empleo. En La Fortuna, la deserción escolar del 2010 al 2011 pasó de 2,5% al 12,4%; lo dicen los periódicos. Tampoco se puede ocultar que como resultado de esta situación se da desintegración familiar, descomposición social, aumento de robos, y un desplazamiento del empresario nacional.
A la vez, de un total de 469 patronos, 262 están morosos (56%) y 519 trabajadores independientes también están morosos, lo que quiere decir que ya no son solo los patronos. Aquí hay algo más profundo que debe llamar la atención.
Turismo en Costa Rica*
Costa Rica destaca como uno de los principales destinos turísticos de América Latina. Con cerca de 4.9 millones de habitantes, el país recibe 2.4 millones de turistas al año, que dejan ingresos de $2000 millones (¢1.086.000 millones).
De un total de 2509 empresas de hospedaje, 2394 establecimientos (95% del total) tienen menos de 50 habitaciones, 78 tienen de 51 a 100, y 56 poseen más de 100.
Costa Rica es uno de los países de la región donde el turista deja más: el promedio de estadía es de 12 noches y el gasto $135 por persona al día.
Del 2008 al 2009, con la crisis económica mundial, el ingreso de turistas bajó un 17%; luego, ha estado aumentando, pero la cantidad de divisas ha disminuido, lo que indica que la gente sigue viajando, pero ya no gasta tanto como antes.
En este período, la cantidad de habitaciones ha aumentado, y alcanzan a 46.000 actualmente, pero el número de establecimientos de hospedaje han disminuido, lo que significa una concentración de la oferta.
*Fuente: Datos suministrados por el ministro de Turismo, Wilhem von Breymann.