Con tres meses al mando, el presidente Luis Guillermo Solís y la gestión de su gobierno tienen un clima favorable, una imagen positiva y gozan todavía de la confianza de la mayoría de los costarricenses, que aún dan tiempo para observar acciones concretas.
El mandatario, quien el pasado 6 de abril ganó la elección en segunda ronda con 1,3 millones de votos (77,8%), sigue y la gestión de su gobierno es calificada como buena o muy buena por el 39,2% de las personas encuestadas, o como mala o muy mala por el 19,8%
Así lo refleja la nueva encuesta sociopolítica realizada del 15 de julio al 4 de agosto por el Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica, para el Semanario UNIVERSIDAD (ver ficha técnica). El estudio, aplicado por consultas telefónicas a 748 adultos costarricenses de todo el país, tiene un margen de error de 3,5 puntos porcentuales.
Sin embargo, el respaldo al gobernante parece tener límites en el escepticismo de la ciudadanía acerca de la situación política general del país y en el persistente pesimismo acerca de la economía nacional, aspectos que eventualmente podrían minar el apoyo a la administración Solís, si no son atendidos pronto.
El presidente Solís inspira confianza principalmente entre quienes votaron por él. El 20,3% de los entrevistados opina que Solís tiene muchas posibilidades de cumplir sus promesas, aunque según el 48% de la muestra solo tiene “algunas” posibilidades y “pocas”, para el 23,9% de los consultados.
La Asamblea Legislativa es considerada como el principal obstáculo para el cumplimiento de las promesas de campaña, según el 30,9% de los encuestados; el 35% no sabe decir cuál ha sido la decisión más acertada del gobernante hasta ahora y el 41,6% no sabe cuál ha sido la decisión menos acertada.
No obstante, la gestión y resolución de la huelga de educadores es la más citada entre los aciertos (6,4%), seguido por su acercamiento a la gente (4,7%), mientras que el apoyo a personas sexualmente diversas y el haber izado la bandera de la diversidad sexual es para muchos la peor acción del presidente Solís (12%).
El rumbo del país y la gestión del Gobierno se vislumbran de manera más positiva que en mediciones anteriores, pero no así la situación económica general, que mantiene sus niveles negativos habituales. Coincidentemente, los problemas que más afectan a las personas son el costo de la vida, la situación económica, la desigualdad y el desempleo.
En la valoración de figuras políticas relevantes, el mejor evaluado es el presidente Solís, mientras que la peor termina siendo la exdefensora de los habitantes Ofelia Taitelbaum.
RUMBO
La encuesta del CIEP preguntó a las personas entrevistadas: “¿Usted considera que el rumbo del país es…?”. Ante esa consulta, el 33,1% respondió “bueno” o “muy bueno” y 37,6% dijo “malo” o “muy malo”; otros (21,9%) piensan y es “regular”.
Respecto de anteriores encuestas, se evidencia una importante disminución de la opinión negativa acerca del rumbo nacional, que se había mantenido alrededor del 60% durante 2013 e inicios de 2014 para respuestas de “malo” y “muy malo”. En cambio, las opiniones positivas acerca del buen rumbo crecieron significativamente desde enero, cuando estaban en apenas 17,3%. En este aspecto, la respuesta (ns/nr) se incrementó en esta encuesta en 6 puntos porcentuales respecto de la previa, de enero del 2013.
Mientras tanto, a la pregunta de ¿cómo calificaría usted la gestión del Gobierno actual?, las opiniones se dividen entre un 39,2% de valoración positiva (35,7% que la califica como buena, y 3,5% como muy buena), frente a un 19,5% que la encuentra regular, y 19,8% que la valora como “mala” o “muy mala” (para el 16,2% es mala, y para el 3,6% es muy mala.
Resulta notable que ante esta pregunta, quienes no responden o dicen no saber crecieron del 2,7% en enero pasado a 21,5% en julio, un dato que puede ser interpretado como el “beneficio de la duda” que una cantidad importante de costarricenses sigue dando a la administración Solís.
En términos comparativos, la opinión sobre la gestión gubernamental mejoró significativamente, pasando el porcentaje de buena gestión alrededor del 13% en 2013 e inicios de 2014, hasta un 35,7% en el presente. Las opiniones sobre muy mala gestión disminuyeron dramáticamente en 28 puntos porcentuales desde su momento más alto en noviembre 2013, mientras que las opiniones regulares se mantienen en niveles similares.
La tendencia en las mediciones se confirma con la calificación retrospectiva de la gestión del Gobierno: un 40,1% admite que la gestión del Gobierno actual es mejor que hace un año, mientras que un 34,9% cree que es igual y un 17,9% peor (resalta un 17,9% que no responde o dice no saber).
Hacia el futuro, las valoraciones son también positivas sobre el gobierno: un 59,2% cree que la gestión será mejor dentro de un año; un 19,7%, igual; 9,6%, peor y 11,5% no sabe/no responde.
En cuanto a la situación política general del país, esta es vista como mala o muy mala por el 46,7% de los encuestados; por un 32,4%, buena; muy buena por el 29,1; regular para el 16%.
La situación política actual es igual que hace un año para un 47,1%, mejor para un 31% y peor para un 11,1%. Los datos evidencian que, aunque la mayor parte considera que la gestión gubernamental ha mejorado, en general la situación política nacional es negativa.
Por su parte, al igual que ocurre con la economía, se considera que dentro de un año la situación política será mejor que ahora (para el 44%), aunque otros también creen que será igual (31,7%) o peor (12,3%), por lo que hay cierto nivel de expectativas optimistas sobre el futuro.
PREOCUPACION ECONÓMICA
A pesar de que la opinión sobre la gestión del Gobierno mejoró, la situación económica del país se percibe similar respecto a encuestas previas. En julio de 2014, el 60,9% cree que la situación económica es mala o muy mala (un 41,4% mala y 19,5%, muy mala), el 18% opina que es regular, un 17,5% que es buena y solo el 1,2% considera que es muy buena.
Desde abril de 2013, la valoración negativa acerca de la economía se ha mantenido estancada alrededor del 60%; aunque disminuyó en enero 2014 (54,4%), en julio retomó los valores de 2013. Los datos son coincidentes con las respuestas que da la gente cuando se le pregunta por los principales problemas del país, la mayoría menciona dificultades de tipo económico como el desempleo y el costo de la vida.
Acorde con la evolución temporal, un 49,1% cree que la situación económica no ha cambiado en un año, aunque para el 33,7% ahora es peor y solo un 14% considera que ha mejorado en el último año.
A pesar de lo afianzada de la opinión negativa sobre la economía, para un 45,2% en un año estará mejor; no obstante, un 26,1% cree que será igual y un 20,5%, peor. El 8,3% no brindó una respuesta al respecto. Quiere decir que la valoración pesimista del presente contrasta con cierto optimismo sobre el comportamiento futuro de la economía.
Con expectativas de que el Presidente cumpla
“¿Cuánta confianza le inspira el presidente Luis Guillermo Solís?”, la respuesta es benevolente para el mandatario de parte de una mayoría de costarricenses en espera de realizaciones del gobernante, que lleva tres meses en la silla presidencial: un 34,4% tiene “alguna confianza”, 33,6% “mucha”, 23% “poca” y 6,3% “ninguna” confianza. Un 2,8% no sabe o no respondió.
Acerca de las posibilidades que se le ven al Presidente para cumplir sus promesas de campaña, la mayoría de respuestas le dan “algunas” posibilidades (48,1%). Son pocas para un 23,9% y muchas para el 20,3%, mientras que un grupo menor de personas cree que no tiene ninguna posibilidad de cumplirlas (4,3%).
Al analizar las posibilidades atribuidas de cumplir las promesas de campaña según el nivel de confianza que se tiene en el Presidente, se encuentra que cuanto mayor sea la confianza mayor es el rango de posibilidades que se atribuyen. Así, entre quienes tienen mucha confianza, un 38,7% cree que las posibilidades de cumplir son muchas y un 51,2% cree que algunas; entre los que no tienen ninguna confianza, un 38,6% cree que las posibilidades de cumplir son pocas y un 47,7%, nulas.
OBSTÁCULOS
“¿Cuál es el mayor obstáculo que tiene el Presidente para cumplir sus promesas de campaña?” La Asamblea Legislativa resultó ser la más mencionada (30,9%). Respuesta que se podría vincular con la oposición, también mencionada como obstáculo por un 5,9%, junto con los desacuerdos políticos (1,9%), todo lo cual tiene que ver con obstáculos estratégicos y acuerdos con otros actores políticos.
Otros se refieren al legado de gobiernos anteriores (5,6%), a la economía (5,3%), a los pocos recursos y el déficit fiscal (3,3%), a la situación general del país (2,8%), a las trabas y leyes vigentes (2,5%), a la burocracia (2,4%) y al tiempo del mandato (1,1%). En otras palabras, se hace referencia a las restricciones institucionales, históricas y normativas que constriñen las acciones del Presidente.
También, se ve como dificultad la forma de ser y de actuar del propio Solís (5,3%), su equipo de trabajo (3,5%) y su falta de experiencia o de conocimiento (3,5%).
Para las personas encuestadas, decidir cuál ha sido la decisión más acertada del presidente Solís resultó difícil, como lo muestra la alta no respuesta (35,4%) o el haber indicado que no había ninguna decisión acertada (19%). Varias personas expresaron que el periodo transcurrido es muy breve para poder ser evaluado.
Entre quienes sí identificaron una decisión, la más frecuente fue la gestión y resolución de la huelga de educadores (6,4%). Otros valoran positivamente la imagen y el acercamiento con la gente (4,7%) y su apoyo a la Selección Nacional de Fútbol durante el Mundial (1,7%).
Al contrario, lo que más reprueban algunos es el apoyo a personas sexualmente diversas y al hecho de haber izado la bandera de la diversidad sexual (12%). Otros consideran negativo el aumento en los combustibles, electricidad y otros bienes y servicios (8,6%). El incumplimiento de promesas y la inacción son criticados por un 7,2%, así como la gestión general es mal vista por un 5,7%.
A las personas entrevistadas se les leyó el siguiente enunciado: “En la última elección cambió el partido en el Gobierno.” Luego se les preguntaba: “¿Qué espera usted de este cambio?” Lo más común es: esperar que el país mejore en general (44,3%), esperar un mejor gobierno (11,5%), menos corrupción (7,5%) y mejorías económicas (4%).
A su vez, un 7,5% no espera ningún cambio, un 0,9% cree que en general va a ser peor y un 9,8% no respondió la pregunta.
Los principales problemas
En la encuesta del CIEP se preguntó a las personas de manera abierta cuál consideran que es el principal problema del país. Los problemas identificados con más frecuencia son los relacionados con el costo de vida, la situación económica y la desigualdad (24,7%), desempleo (16,4%), corrupción (14%) e inseguridad y delincuencia (10,2%).
Se observa que el ámbito económico es lo que más preocupa, pues al sumar costo de vida, desempleo y pobreza se alcanza un 46,8%.
Otros problemas se refieren a la dimensión política, aunque con menor frecuencia que la económica, pero está presente en cualquier forma: corrupción, mala gestión del Gobierno, los políticos y la clase política, ingobernabilidad y falta de acuerdos, la deuda pública y el déficit fiscal, el sector público y la burocracia, y la falta de planificación y visión (un total de 28,8%).
En la categoría “otros” se agrupan diversos temas como problemas ambientales, la educación y la situación de la Caja Costarricense del Seguro Social.
Cuando se pregunta cuál es el problema que personalmente más le afecta, las respuestas coinciden en señalar el costo de vida, la situación económica y desigualdad como lo más preocupante (37,2%), seguido por el desempleo (17,6%). En el campo económico se menciona también el precio de la gasolina (2,3%) y la pobreza (2,1%). Los problemas políticos en lo personal tienen una menor incidencia, aunque algunos citaron la corrupción (1,7%), la burocracia y el exceso de trámites (1,1%), la mala gestión del Gobierno (0,7%) y la ingobernabilidad y falta de acuerdos (0,5%).
Conocidos y desconocidos ilustres
Diversas personalidades de la política nacional fueron calificadas en la encuesta del CIEP con notas de 0 a 10. Algunos resultaron ser poco conocidos por lo que las respuestas sobre ellos fueron bajas.
El presidente Luis Guillermo Solís resultó ser el mejor evaluado (7,25) con alta tasa de respuesta y baja variabilidad (desviación estándar de 2,06).
Sus vicepresidentes son calificados menos favorablemente (Helio Fallas con 6,02 y Ana Helena Chacón con 5,79) y con altos porcentajes de no respuesta (61,2% y 69,4%, respectivamente).
Algunos excandidatos presidenciales también fueron evaluados: Rodolfo Piza con 6,03, Ottón Solís con 5,92, José María Villalta con 5,04 y Otto Guevara con 4,81. Los expresidentes liberacionistas Óscar Arias y Laura Chinchilla recibieron notas de 5,98 y 5,04 en ese orden.
Otras figuras relevantes de la política actual resultan ampliamente desconocidas como el presidente de la Asamblea Legislativa, Henry Mora, para quien un 68,9% no brindó respuesta; al ministro de la Presidencia, Melvin Jiménez, un 76,5% no lo calificó.
La figura peor calificada fue la exdefensora de los habitantes Ofelia Taitelbaum, con un 3,77 de nota promedio.
Ficha técnica
Encuesta realizada por el Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica del 15 de julio al 4 de agosto.
Muestra: 748 entrevistas telefónicas a personas mayores de 18 años.
Margen de error de la muestra: ±3,58 puntos porcentuales, con una confianza del 95%.
Los hogares contactados fueron seleccionados mediante listas de números aleatorios según tres regiones del país: metropolitana, resto del Valle Central y resto del país.
La encuesta se realizó a hogares con teléfono fijo, lo cual corresponde aproximadamente al 57% de los hogares de Costa Rica, según la Encuesta de Hogares de 2012, efectuada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). Esto significa que toda generalización que se haga con base en estos datos debe referirse estrictamente a la población costarricense con teléfono residencial y no la población en su totalidad.
Responsables: Marisol Fournier (psicóloga social) y los politólogos Montserrat Alvarado y Adrián Pignataro (coordinador).