En Costa Rica no bajarán los precios de combustibles para los próximos años.
Cuando llega a la estación de gasolina ¿siente que su bolsillo le pesa tanto como un barril de petróleo? ¿Le parece tan oscuro pagar los aumentos como el crudo que da origen a los demás artículos que hacen rodar los autos?
Pues no es una situación extraña y sí pesada para los consumidores, especialmente con los dos últimos aumentos establecidos por la Autoridad Reguladora de Servicios Públicos (ARESEP) a petición de la Refinadora Costarricense de Petróleo (RECOPE).
La situación no tiene nada contenta a la población costarricense, algunas personas dicen que guardaron sus carros en las cocheras para viajar en autobús o a quienes les urgía un taxi se organizan de manera diferente para hacerlo en transporte público.
Estos acontecimientos tienen una inmediata respuesta: las principales compañías mundiales no invirtieron nada en la infraestructura y el funcionamiento de las refinerías, lo cual incide automáticamente en los precios.
Costa Rica no fue la excepción y aunque en el gobierno de José María Figueres (1994-1998) se inició un proyecto para modernizar RECOPE, incluida la refinadora, fue algo que en el camino quedó a medio hacer.
ATRASO QUE REPERCUTE
Patricia Camacho, experta en comercio internacional de esa entidad, asegura que desde 1998 y hasta los primeros 10 meses del 2000, RECOPE no invirtió en la parte de refinación.
«A partir del 2000 comenzamos a importar crudo para la fase de prueba, en octubre o noviembre del 2001».
Según la oficina de prensa de esa institución, el crudo importado que se refina llega a un 25%, aunque la idea es llegar a un 40% cuando comience una segunda fase de crecimiento.
De acuerdo con dicha oficina, se aprobó un préstamo para esta expansión y se busca construir otro poliducto al ya existente cuyo costo sería de $120 millones (unos ¢58.377,60).
Lo que se pretende es estar preparados para la demanda de combustible que necesitará el país dentro de 25 años.
Como parte de esta situación es innegable, de acuerdo con las personas consultadas, que la existencia de plantas hidroeléctricas en el país abarata costos y precios; de lo contrario, estos últimos serían mucho más altos. (Cuadro aparte: «Indudable ventaja»).
Por otra parte, durante más de cuatro años ningún país, incluido Estados Unidos -principal importador de petróleo en el mundo-, invirtió un solo dólar en las refinadoras con las consecuencias evidentes.
«Las refinerías están trabajando en un 80% en el mundo casi al tope, por no haberse realizado la refinación antes», destacó Camacho.
Adolfo Lobo, Director del Departamento de Energía en la Autoridad Reguladora de Servicios Públicos (ARESEP), asegura que RECOPE no invirtió «en nada en refinación para no vernos comprometidos ahora».
«Cuando hablamos de la refinación a gran escala -destacó- tenemos que citar a la costa del Golfo de México, del Mar del Norte, del Sudeste Asiático y del Oriente Medio».
Dijo que tener una refinería local no amortiguaría jamás lo que se vive en el país.
Aseguró que apenas el 25% de lo que se importa se está refinando. «Lo que importamos de crudo llega al 30%», aseguró.
TAREA PENDIENTE
Dadas las proyecciones de los expertos que aseguran que los precios del petróleo no bajarán en los próximos años, es como decir a las familias «que sus ingresos se van a mantener más o menos, pero los combustibles seguirán subiendo, lo cual implica un empobrecimiento creciente del país», afirmó Adolfo Lobo.
Los incrementos en los precios de los combustibles son antojadizos, dependen de las multinacionales y de los países dueños de los principales pozos petroleros, comenzando por Arabia Saudita, los países del sudeste asiático, lo producido en las costas del Golfo de México, Venezuela y en menor escala en Estados Unidos.
Esta alianza entre multinacionales y las naciones petroleras pertenecientes a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) es, antojadizamente, lo que hace fluctuar hacia arriba los precios de los barriles del crudo.
También las guerras y las catástrofes naturales tienen que ver con dichos aumentos.
El Huracán Katrina, que afectó recientemente a Nueva Orleáns y Alabama (Estados Unidos) hizo que de un día para otro el precio del petróleo se disparara. «De un solo brinco subió $30», informó Camacho.
También ejemplificó con un caso nacional en el que «pagamos el año pasado por un cargamento de gasolina $7 millones, este año vamos por $12 millones y llegaremos a los $24 millones», según proyecciones hechas.
«El crudo seguirá por encima de $50 y algunos dicen que llegará a los $80. Aún así, Costa Rica es más barato que el resto de Centroamérica. Por ejemplo, en Panamá se paga $4 (¢1.950).
Así de sensible es este mercado que lo manejan «los grandes consumidores como Estados Unidos, China y los miembros de la OPEP», a criterio de Lobo.
Además, la época del «petróleo barato» se dio cuando se mantuvo una estabilidad -el crudo estaba entre $10 y $12 el barril-, pero nadie decidió invertir en refinadoras. En esto coinciden Lobo, Patricia Camacho; Óscar Acuña, integrante de la Comisión de Energía del Partido Acción Ciudadana (PAC) y el ex-Regulador de Servicios Públicos, Leonel Fonseca.
Luego volvieron a subir cuando se dio la invasión de Irak a Kuwait, con una etapa de estabilización dentro de los nuevos precios y se volvieron a «disparar» cuando se dio la invasión de Estados Unidos a Irak.
Al consultar a los funcionarios de la Refinadora por qué si tuvo excedentes cercanos a los ¢20 mil millones el año pasado siguen subiendo los precios, explicaron que los excedentes no corresponden a las ventas.
«Desgraciadamente ha sido la inversión la que se ha atrasado. Antes de la fórmula aplicada por la ARESEP, existía el `coctel´, que mantenía las alzas en los combustibles de una forma que no se sentía. Pero a ARESEP no le pareció esa manera de cálculo, de modo que cambiamos a la actual fórmula», aseveró Patricia Camacho.
Esta última es estrictamente matemática, en la que se toman en cuenta los precios internacionales y la devaluación.
VERSIONES ENCONTRADAS
Uno de los argumentos que más ha estado en boca de los parlamentarios y funcionarios de gobierno en las últimas administraciones, es que a Costa Rica le saldría más barato importar el crudo ya refinado, que refinar una parte aquí.
Patricia Camacho, de RECOPE, asegura que esto no es exacto, porque la institución asume muchos de los altibajos de los precios internacionales para mantener estables los que se cobran en el país.
Además, para que aumente la refinación local se debe terminar el plan de desarrollo de la entidad que comenzó en el gobierno de José María Figueres.
«Todas las refinadoras compran el barril de crudo en $50 y lo venden, convertido en gasolina, a $120. Si aquí tuviéramos la capacidad total de refinación, ahorraríamos en $3 el barril».
Para Adolfo Lobo, de ARESEP, traer combustibles refinados depende más de una decisión política que técnica.
«Sí es un asunto socioeconómico. Desde el punto de vista de los precios no habría gran diferencia si se hiciera o no, excepto que la refinadora se ampliara hasta que se llegue a dar un ahorro. El problema es que estamos en un punto muerto», aseguró.
El experto dijo que para que este beneficio se diera, debería pasarse de 35.000 barriles diarios a 125.000.
En el caso de Brasil, desde hace 40 años, se creó un nuevo combustible que trabaja a base de gasohol, con la ventaja de que esta nación tiene la capacidad de construir sus propias flotillas de buses y automóviles con los motores adecuados para ese tipo de combustible.
En Costa Rica se trató de trabajar con gasohol, pero los resultados no fueron satisfactorios como se esperaba, ya que el público comenzó a quejarse de que los motores de los vehículos se dañaban.
Pero los funcionarios de RECOPE y ARESEP aseguran que fue una prueba improvisada, sin haberse hecho estudios científicos antes de que el plan se pusiera en ejecución.
TODOS SE APROVECHAN
Lo impensable también ocurre con el petróleo. China, un país comunista, compró la multinacional Exxon, de origen estadounidense. Es un paso muy estratégico, según los expertos entrevistados.
Dentro de 10 años, a criterio de Lobo, ellos estarán suficientemente abastecido para competir fuertemente con Estados Unidos, lo cual se perfila desde ya con todo tipo de mercadería, especialmente en lo que se refiere a textiles.
También en el país algunos especuladores venden supuestamente combustible subsidiado por el Estado a precios regulares.
Así lo denunció Leonel Buján, Director Ejecutivo de la Asociación Costarricense de Vendedores de Combustibles, quien asegura tener dos sospechas: una de que expendedores oficiales podrían estarle vendiendo a otros la gasolina para revenderla, o bien otro tipo de personas que recojan combustible subsidiado -como a los pescadores- para revenderla también.
La situación fue denunciada ante la Defensoría de los Habitantes para que haga un estudio del caso, ya que no existen pruebas aún.
INDUDABLE VENTAJA
Tanto los representantes de la Refinadora Costarricense de Petróleo (RECOPE) y de la Autoridad Reguladora de Servicios Públicos (ARESEP) aseguran que el potencial hidroeléctrico que el país ha explotado sirve como un amortiguador gigantesco de los precios de los combustibles.
Esto permite tener energía eléctrica o de otro tipo sin necesidad de consumir el petróleo y sus derivados.
Adolfo Lobo, Director del Departamento de Energía en la Autoridad Reguladora de Servicios Públicos (ARESEP), expresó que a ARESEP le preocupa que proyectos como Boruca, que tiene el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), que tienen un impacto ambiental mínimo, son cuestionados por grupos ambientalistas que están presionando para que otra infraestructura no se ejecute.
«De esta manera, se atrasaría el Plan Nacional de Desarrollo aunque se cuenten con estudios serios de la afectación que se le pueda hacer ambientalmente a la zona, que es mínima, pero los proyectos son muy necesarios para prepararnos para futuras situaciones peores que las que vivimos con el petróleo», manifestó.
Dijo que si no lo hacemos «tendremos que importar hidrocarburos de los más contaminantes para el aire. Entonces a la larga resulta que la situación empeoraría».
Otro plan del ICE es construir una planta de generación térmica que estaría en Moín. Si esto no se hace, se debe seguir utilizando bases con carburantes como el búnker para generar energía, lo cual sí es realmente un elemento muy contaminador para el ambiente.