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Experto trabaja en producir nueva uva tica

Virgilio Vidor ha dedicado casi toda su vida a producir híbridos de uva para crear una variedad 100% tica y de excelente calidad.

Si bien la producción de uva es una actividad reciente en Costa Rica, Virgilio Vidor ha dedicado casi toda su vida a producir híbridos de esta fruta en su jardín-laboratorio, con el objetivo de crear una variedad de excelente calidad y que sea 100% tica, y a juzgar por su producto se puede decir que realmente lo está logrando.

La uva que produce en su jardín no solo es deliciosa, con un toque tropical que pocas tienen, sino que también le ha permitido utilizarla para hacer su propio vino, el cual también es de un excelente sabor.

En el año 1972, Vidor llegó a Costa Rica proveniente de Italia y desde entonces ha trabajado en desarrollar cultivos de uva de forma experimental. Incluso durante un tiempo trabajó en un convenio con la Estación Experimental Agrícola Fabio Baudrit –de la Universidad de Costa Rica, en Alajuela−, mediante el cual se produjeron uvas tipo Isabella, de muy buena calidad.

El esfuerzo ha valido la pena, pues en la actualidad cuenta con unos 500 híbridos de unas 200 variedades distintas, con los cuales está experimentando. Claro que el proceso para obtener un híbrido exitoso es largo, dado que para obtener un primer resultado por estaca ocupa de tres a cuatro años y normalmente es necesario desarrollar varias fases.

“El trabajo que he realizado estos años no es por negocio; es un proyecto de investigación y desarrollo; me gustaría dejar un legado, una herencia cultural. La novedad es que estoy haciendo una uva en el trópico”, contó Vidor a UNIVERSIDAD.

Según explicó el experto, en el trópico es difícil producir una uva de forma natural, aunque bajo ambientes controlados y con mucho dinero es posible alcanzar un buen producto. Sin embargo, él se esfuerza por lograr una uva que cualquier costarricense pueda sembrar, ya sea para consumo personal, local o como un potencial negocio.

Vidor ha realizado mezclas de uvas europeas con la uva tica silvestre −que por lo general es muy ácida− y con estos cruces pretende obtener una uva de la misma calidad de la importada, pero que resista a las enfermedades del ambiente y que se pueda cultivar con facilidad en el país.

Para ello, ha desarrollado híbridos consecutivos y con el paso del tiempo ha mejorado el producto, hasta alcanzar una deliciosa uva, que para Vidor es una excelente opción de uva tica, de raíz fuerte, con una planta de muy buena calidad y que produce grandes racimos.

El trabajo que he realizado estos años no es por negocio; es un proyecto de investigación y desarrollo; me gustaría dejar un legado, una herencia cultural. La novedad es que estoy haciendo una uva en el trópicoVirgilio Vidor

En esta tarea ha conseguido cruces prometedores y algunos de ellos ya se encuentran en su etapa final, lo que permitiría contar con una uva tica, sin necesidad de repetir errores del pasado.

“Estoy en proceso de patentar esta uva, aunque primero debo realizar un ensayo del ciclo vegetativo, hacer las descripciones morfológicas y otros procesos que se requieren. La uva es un buen negocio y el hecho de encontrar una variedad competitiva y que resista puede ayudar a muchas personas a impulsar su propio cultivo”, detalló Vidor.

También ha logrado cultivar otros tipos de uvas, como la amarilla, que es una mezcla entre la vinífera europea y la norteamericana de clima húmedo, de las cuales ha obtenido abundantes racimos del fruto. Esta es una uva  de mesa, con sabor a frutos tropicales y que produce un vino blanco muy fino.

Variedades de uvas producidas por el especialista.
Variedades de uvas producidas por el especialista.

De igual manera, tiene una selección de Isabella, que produce en grandes cantidades y que es muy buena para comer y hacer jugos, entre otros.

Agricultura urbana

El experto está convencido de que el futuro de las sociedades está en que desarrollen la agricultura urbana, que en los hogares las familias produzcan sus propias huertas, con alimentos de consumo, entre los que podrían darse las uvas.

En su criterio, no en vano la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) declaró el año pasado como el año de la agricultura familiar en la lucha contra el hambre, pues existe una necesidad no solo de comer, sino de producir para ganar dinero o realizar intercambios.

“Para mí el futuro es llevar el campo a la ciudad; siempre se ha dicho, pero es necesario vincular la producción local y familiar, con formas de cultivo más limpias y orgánicas, de manera que los productos serán cada vez más demandados. Además, desde el punto de vista social y de la seguridad se ha demostrado que la siembra en el patio de los hogares reduce el estrés y crea una mayor cohesión social”, argumentó.

Desde Italia a Costa Rica

Virgilio Vidor siempre ha sido soñador y aventurero. Así lo demostró cuando, junto a su hermano, convenció a sus padres de salir de Italia y lanzarse en un viaje para toda la vida.

En 1972 llegó a Costa Rica y se instaló en el Pacífico norte de Costa Rica, en playa Panamá. Allí, fieles a su cultura iniciaron un jardín laboratorio para cultivar uva, una producción que en esa época era muy difícil de encontrar en este país.

Cumpliendo con todos los permisos del Ministerio de Agricultura, sembraron las primeras diez variedades con un gran entusiasmo; algunas sirvieron y otras no. Al poco tiempo, el gobierno costarricense se interesó en la iniciativa y junto a la Agencia Internacional para el Desarrollo (AID) −de Estados Unidos−  iniciaron un proyecto de investigación en Guanacaste para producir uva.

Durante tres años el proyecto se llevó a cabo con mucho éxito y luego terminó. Sin embargo, Vidor continuó con su producción y con la búsqueda de una cepa que fuera propia de Costa Rica.

De esta forma, ha alternado durante todos estos años su trabajo como consultor de desarrollo local y rural en diferentes países de la región centroamericana, y su proyecto de investigación −del cual ha obtenido importantes resultados− está a punto de patentar un nuevo tipo de uva.

Su casa es un hermoso jardín que ha albergado a todas las variedades e híbridos de uvas que ha hecho a lo largo del tiempo, tanto las que resultaron exitosas, como los que al final, no fueron tan fuertes.

“La uva es mi pasión y quiero dejar mi granito de arena en el mundo, en Costa Rica, dejando patentado y listo para la producción en diversas zonas, una cepa que sea 100% tica, y lo estoy logrando”, aseveró Vidor.

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