El debilitamiento del bipartidismo en las elecciones del 2002 ha favorecido que estos casos puedan ser conocidos e investigados a fondo.
Fernando Cruz, exfiscal general: «Hemos tenido un proceso muy transparente con base en la oralidad y la inmediación».
Tras los casos de corrupción que han sacudido al país en las últimas semanas es necesario analizar tanto la situación actual y por qué llegamos ahí, pero también es indispensable pensar en el futuro, en el desenlace de los hechos.
El recién nombrado magistrado de la Sala Constitucional, Fernando Cruz, conversó con UNIVERSIDAD sobre el proceso que llevó a las autoridades a encarcelar a dos expresidentes de la República, así como los retos que esto plantea al Poder Judicial, obligado ahora más que nunca a responder a los principios de objetividad, imparcialidad y de brindar justicia pronta y cumplida.
A continuación un extracto de la entrevista con el magistrado Cruz, en la que se reservó valoraciones personales acerca de los hechos y las actuaciones de la Fiscalía General, en virtud de su puesto en la Sala IV:
¿Cuál es su análisis sobre la situación que vive el país tomando en cuenta los hechos ocurridos recientemente, que nunca habían sido vistos en la historia de Costa Rica?
– Estos hechos sin duda han puesto a prueba las previsiones del Código Procesal Penal, pero la investigación de la Fiscalía ha tenido mucha agilidad y ha aprovechado las instancias disponibles ahora, como utilizar el recurso del testigo de la corona.
Sin duda el debilitamiento del bipartidismo en las elecciones del 2002 ha favorecido que estos casos puedan ser conocidos e investigados a fondo.
El sistema político puede ser un telón de estímulo o de impunidad, pero ahora ha permitido mayor soltura, pues una composición multipartidista , sin un centro de poder aplastante, deja espacio para investigar actos de corrupción de este tipo. De otra manera no se podría hacer.
Costa Rica pasa evidentemente por una situación de crisis, pero también de oportunidad y de fortalecimiento de las instituciones.
¿Cuál es el mayor reto que tiene ahora el Poder Judicial?
– Cumplir debidamente con todas las etapas del proceso, es decir concluir exitosamente la investigación, la acusación y el debate; pero el mayor reto sin duda es que los jueces encargados de los casos puedan sobreponerse a la presión de la prensa y de la opinión pública, que ya hicieron su propio juicio.
Es indispensable que este juicio paralelo no se refleje en el proceso, y que los juicios sean objetivos e imparciales.
Este juicio paralelo es una amenaza, es fundamental que los actores puedan superar la visión de la prensa y de la gente para poder aplicar la justicia correctamente.
La ventaja es que en nuestro país los jueces tienen que fundamentar sus sentencias; la situación sería más peligrosa si tuviéramos un sistema de jurado.
¿Con su experiencia como Fiscal General, cómo califica el trabajo desempeñado hasta ahora por la Fiscalía en estos casos?
– Es muy difícil opinar sobre estos casos, pues la opinión pública y la prensa han hecho ya un juicio paralelo al de los estrados judiciales, aunque la investigación no ha concluido.
Las decisiones de la Fiscalía han sido polémicas, pero hay que estar claros en que en estos casos nunca se le puede quedar bien a todos y a veces hay que hacer cosas diferentes a la unanimidad, pues las situaciones son muy complejas.
En este tipo de actos no hay aplicaciones de arquetipos clásicos: hay divergencias entre qué es criminal y qué no, y siempre habrá opiniones muy encontradas.
El proceso depende mucho de quién sea el Fiscal General, inevitablemente este le imprime mucha personalidad a las investigaciones.
¿Es adecuado basar la estrategia de acusación en declaraciones de un testigo corona, como al parecer está sucediendo?
– Desde el punto de vista doctrinal para armar un caso ninguna fiscalía debe basar su caso en el testimonio de una persona. La regla general recomienda utilizar el testigo de la corona como una referencia, pero no puede ser la única. Sin embargo hay casos muy variables, la Fiscalía arma su caso sin depender de una regla a rajatabla, todo es muy variable.
El reto es tratar de respaldar el testimonio de ese arrepentido con otras pruebas.
¿Cree que hasta ahora los casos están bien sustentados para elevarlos a juicio con todos los elementos necesarios?
– No me puedo pronunciar sobre esto; no puedo anticipar juicio sobre si los casos son sólidos, pero lo cierto acá es que hemos tenido un proceso muy transparente con base en la oralidad y la inmediación.
Diferente sería si utilizáramos el modelo anterior. El sistema escrito permitía mucho más ocultamiento de las cosas.
También hemos visto mucha agilidad en la investigación que antes, cuando yo era Fiscal, no había. Por ejemplo, mandar a un investigador anteriormente fuera de Costa Rica era un gran problema, y ahora es definitivamente una necesidad.
Investigar casos de corrupción es muy difícil porque tienen un gran rebote político, cosa que no ocurre con otros delitos.
¿La prensa sin duda ha tenido un lugar protagónico en estos casos, pero es recomendable que se mantenga tan cerca de las investigaciones?
– Un gran factor positivo de estos tiempos, que ha hecho posible que las cosas se den como se han dado, es la mayor denuncia de la prensa, pero eso no significa que no exista peligro, porque los medios tienen su propia agenda de investigación, y esta concentración de poder podría llegar a definir lo que se investiga en los estrados judiciales.
Para mi lo mejor es la diversificación de temas, que haya medios minoritarios que no sigan la línea ortodoxa para que haya varios frentes abiertos y toda la presión y opinión pública no se concentren en un solo caso como ha ocurrido ahora.
¿Quién es Fernando Cruz?
El nuevo magistrado de la Sala Constitucional fue elegido para el puesto el pasado 14 de octubre, y asumió su cargo el 19.
Es un abogado especialista en derecho penal y ciencias políticas.
Tiene 55 años, y 32 de trabajar en el Poder Judicial, donde fungió como Fiscal General entre 1983 y 1986.