El nuevo jerarca quiere iniciar el cambio desde adentro: motivando a sus trabajadores a pensar que el Sinart puede levantarse. (Foto: Katya Alvarado)
German Vargas señala una foto en su oficina: el Rey de España saluda a algún jerarca en la inauguración del Canal 13, era el año 1978. Detrás de ellos se ve una móvil del canal: “Yo estaba ahí adentro dirigiendo”, cuenta.
El nuevo director del Sistema Nacional de Radio y Televisión (Sinart) es un viejo conocido de esta institución. Vargas recuerda la primera transmisión que hicieron del traspaso de poderes del presidente Rodrigo Carazo, así como diferentes episodios de la historia del canal, algunos vividos más de cerca que otros.Llegó convocado por el nuevo gobierno hace aproximadamente un mes; sin embargo, le gusta hacer énfasis en que no conocía previamente ni al presidente, Luis Guillermo Solís, ni a su ministro de la Presidencia, Melvin Jiménez. “Yo solo mandé el currículum (…) Eso me da fortaleza: no estoy aquí por un regalo político sino porque se consideró que tenía los mejores atestados”, aseguró.
EL CANAL ANDABA A CIEGAS
Vargas no duda en ser crítico de lo que anteriores administraciones han hecho con el Sinart, compuesto por el Canal 13, Radio Nacional y la Revista Contrapunto.
Del 100% de la audiencia nacional, Canal 13 capta actualmente un aproximado de 3 puntos de rating. Esta cifra se vuelve más preocupante cuando se pondera con otros conglomerados de medios nacionales que captan más de 50 puntos.
El nuevo jerarca alega que los anteriores presidentes no se han preocupado por estas cifras y que muchos productores ni siquiera tienen idea de quiénes ven sus programas.
“Estamos basados en el mismo principio del servicio público. Por ejemplo, los buses, los taxis, ¿cuál es su negocio? La gente, la audiencia. Igual nosotros. Entonces digamos que tenemos cuatro carritos: la Radio Nacional, el Canal, la plataforma web y la revista Contrapunto. Y yo les dije a los trabajadores de aquí: tenemos que llenar el carro de gente”, explicó.
En un medio donde el rosario y el sorteo de la lotería duplican la audiencia del noticiario, Vargas considera que el problema ha sido la falta de planificación a la hora de producir.
“El sistema de programación del canal es ahora completamente incoherente. Usted ahora puede ver programas infantiles, mezclados con aeróbicos de señoras, los viejitos metidos en franjas de niños, hay un caos a nivel de programación, no hay una lógica”, recalcó Vargas.
Por esto, bajo el mando de Vargas, el canal está realizando un estudio que podría parecer básico: identificar su audiencia para planear la programación con base en esta.
UN CÍRCULO VICIOSO: LA FALTA DE RECURSOS
Un elemento esencial a la hora de disponerse a trabajar es el recurso económico. Al respecto, Vargas reconoce que la situación de la institución no es la más optimista.
En el 2003, una ley le dio al sistema el carácter de sociedad anónima y con ello le quitó el 100% de subvención por parte del Estado, disminuyéndola a un 30%. Para cubrir el otro 70%, el canal tendría que competir por pauta, con la ventaja de que se planteaba que las demás instituciones públicas dedicaran un 10% de sus recursos en publicidad para pasarlos por el canal estatal.
“(La ley) nos mete en el mercado de la competencia comercial. Es una cantidad que podría ser considerable, anda por los 2000 millones de colones. Si se ganara esa plata funcionaría muy bien. Pero la ley no obliga a las instituciones a aportar ese 10%”, explicó Vargas.
Según el nuevo jerarca, el “pecado más grande” que cometieron otras administraciones fue alquilar espacios como medida contra la falta de ingresos. “Cuando se alquila un espacio, el problema que hay es que perdés el control del contenido”, argumenta.
Aunque admite que no puede prescindir de los ingresos que generan esos alquileres, quiere plantear nuevas condiciones: “Estamos tratando de renegociar los contratos con productores independientes. Les planteo ahora el control del contenido, tenemos que negociar de manera que obedezcan a los contenidos corporativos del Sinart”.
En este contexto, el jerarca narra una especie de círculo vicioso: ante la falta de ingresos por pauta, la institución no tiene suficiente dinero; la falta de dinero impide que se puedan llevar a cabo nuevas producciones y amarra al canal al alquiler de programas como opción para recaudar; ante la falta de producciones de calidad nadie quiere pautar en el canal. Es de nunca acabar.
EL CAMBIO DESDE ADENTRO
Los retos de Vargas van desde los cambios en la programación, el trato con los anunciantes y el orden de la planilla de los funcionarios del Sinart que –según dice− no aguanta una contratación más.
Con respecto a esto, el jerarca está considerando un sistema que incomoda a algunos de los trabajadores: “es uno que implementaron la BBC y Radio y Televisión Española (RTVE), que es coger productores buenos que estaban en planilla y liquidarlos y decirles: ‘sálgase a hacer el programa y yo se lo compro. Se lo compro como productor independiente’”, explicó.
De hecho, Vargas quiere implementar un modelo en el que, una vez que decidan la línea de programación que debe tener el canal, se puedan sacar los proyectos a concurso. Por ejemplo: si deciden que quieren un programa infantil, se dará la opción de que productores nacionales independientes presenten sus propuestas para que el Canal compre la opción más adecuada y al mejor precio.
Al salir de la entrevista, German Vargas comenta: “Yo vine a ver este lugar cuando don Fernando Volio me dijo: Vamos a ver este lote para Canal 13”. No es de extrañar el empeño que tiene en resucitarlo y convertirlo, según sus palabras, en la imagen internacional de Costa Rica.