Diferentes movimientos sociales, políticos y gremiales participaron en las protestas nacionales del pasado 25 de junio. (Foto: Fabián Hernández)
El hartazgo por la corrupción fue la principal consigna coreada frente a la Asamblea Legislativa.
Un coro de voces indignadas tomó las calles mediante marchas y bloqueos en más de 20 localidades de todo el país, durante la jornada de huelga e indignación convocada por diferentes organizaciones sindicales, políticas y sociales, el pasado 25 de junio.
La convocatoria al movimiento y la participación en él fue tan diversa, como la cantidad de reivindicaciones sociales esgrimidas, las cuales incluyeron temas como el rechazo a la reforma procesal laboral, el hartazgo con el sistema de concesiones tras los escándalos relacionados con las carreteras a Caldera y San Ramón, la amenaza y asesinato de ambientalistas, indignación ante la iniciativa de construir una refinería con participación china, el cierre de los Equipos Básicos de Atención Integral en Salud (EBAIS) o el préstamo con el Banco Mundial para financiar el Fondo Especial para el Financiamiento de la Educación Superior Estatal (FEES).
Según informó Beatriz Ferreto, presidenta de la Asociación de Profesores de Segunda Enseñanza (APSE) se dieron bloqueos en la ruta 32 a Limón, en Paquera, el puente sobre el río Pirro en la entrada a Heredia, el peaje a Naranjo, San Ramón, Liberia, Coto Brus, el Pacífico Sur y el Aeropuerto Juan Santamaría.
Estudiantes universitarios bloquearon la Carretera de Circunvalación a la altura de la Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica (UCR) desde las 9 a.m. y se mantenían en el sitio al cierre de esta edición.
Alrededor de a las 9:30 a.m. la columna de manifestantes de la UCR partió del pretil de la Escuela de Estudios Generales. Liderados por el Sindicato de Empleados de la Universidad (SINDEU), participaron grupos de partidos políticos como el Frente Amplio, el Partido de los Trabajadores o el Nuevo Partido Socialista, además de la Federación de Estudiantes (FEUCR).
Entre funcionarios universitarios, estudiantes, sindicalistas y militantes de diversos partidos políticos de izquierda, se conformó una columna de unas 500 personas que llegaron hasta la Asamblea Legislativa. Desde temprano un grupo importante de personas marchó desde la ciudadela La Carpio y llegó hasta el Hospital México, donde buena parte del personal del hospital se unió al movimiento.
En el camino corearon consignas que buscaban situar el movimiento en un contexto más internacional, por lo que proclamaban: “como en Brasil, como en Turquía, abajo el gobierno de porquería”. Sin embargo, el coro más repetido y con más ahínco fue “no más corrupción”.
DIVERSIDAD DE TEMAS
Mauro Contreras, subsecretario general Sindicato Nacional de Trabajadores del Banco Popular, expresó que su preocupación principal es “la corrupción y el tráfico de influencias”, pues “todos los días vemos un escándalo nuevo”. A esto sumó la defensa al derecho a huelga, ya que “es la última opción que tienen los trabajadores para hacer valer sus derechos”.
Por otra parte, Ferreto mencionó la ausencia en el movimiento de la Asociación de Empleados Públicos y Privados (ANEP) e informó que el Magisterio Nacional calculó su participación en unas 75.000 personas en todo el país.
Sobre la diversidad de temas que convocaron a la gente a salir a la calle, dijo que Costa Rica vive un momento “muy interesante, porque nos permite unirnos en un llamado nacional como en la lucha contra el TLC y pedirle al Gobierno rectificar”.
Para Patricia Mora, candidata a diputada por San José por el Frente Amplio, el movimiento fue una demostración nacional “de repudio al camino en el que este Gobierno necio insiste en llevarnos”.
“Podemos lograr una enorme unidad popular progresista antineoliberal, que detenga la contrarreforma social que se da en el país”, afirmó.
La ambientalista Lala Garita, voluntaria de la Asociación Preservacionista de Flora y Fauna Silvestre (APREFLOFLAS), aseveró que marchaba por la indignación que le provoca la corrupción que hoy en día “es mas descarada, es como una burla”.
Al cierre de esta edición, por medio del Twitter el ministro de Presidencia, Carlos Ricardo Benavides, advirtió que “no podemos permitir huelgas indiscriminadas en ningún servicio, que le perjudique la vida a los costarricenses”.
