Investigadores sociales recomiendan alternativa para variar anualidades de UCR

Instituto cuestiona que no se ajusten otros gastos universitarios, o al menos se analicen.

El Instituto de Investigaciones Sociales (ISS) de la Universidad de Costa Rica cuestiona la manera en que las autoridades proponen ajustar las anualidades de los trabajadores y ofrecieron una alternativa que busca el equilibrio de la entidad y de los salarios en el tiempo, frente al temor de que la entidad entre a un déficit operativo.

Asimismo, sus investigadores consideran que centrarse únicamente en el tema de salarios y anualidades no es correcto, pues existen otros gastos institucionales que podrían ser analizados y discutidos para hacer más sostenible el presupuesto universitario.

Sin embargo, insisten en que actualmente el modelo mercantilizado de universidad es el que impera en la UCR.

UNIVERSIDAD conversó con Carmen Caamaño, directora del ISS, quien explicó que al conocer la decisión del Consejo Universitario de analizar el tema de la reducción de las anualidades, frente a la presión y ataques de ciertos sectores políticos contra las universidades estatales, en el Instituto tomaron la iniciativa de analizar lo que estaba sucediendo en materia de salarios, para lo cual realizaron dos mesas redondas.

Luego de profundizar en la temática quedó claro que el tema de los salarios es puntual en lo referido al financiamiento de las universidades; sin embargo, el tema va más allá y es necesario tomar en cuenta la revisión de otros aspectos, relacionados con las finanzas en general, que pasa por los ingresos y egresos.

“La primera señal de alerta que dimos fue que no se puede únicamente hablar de salarios y anualidades, pues se obvia la necesidad de una profundización mayor, que pase por las diferentes formas de pago y las condiciones de trabajo que existen para diferentes funcionarios, pues es injusto partir de que se rebajará al 3% la anualidad para todo el mundo, cuando no todos tienen las mismas condiciones laborales”, indicó Caamaño.

Para los investigadores del ISS, es necesario analizar la composición de la masa laboral, que es comprensible desde las generalidades; además, desde su punto de vista no todos los recortes son necesarios, equitativos, justos o funcionales, para subsanar el problema financiero a futuro.

De acuerdo con Caamaño, los salarios más altos están concentrados en las personas que tienen más de 20 años de trabajar en la Universidad, con categoría de catedráticos, puestos docentes-administrativos y que en algunos casos hacen venta de servicios.

“Esas personas serían las que entran en el modelo que denuncia Otto Guevara, y a partir de ellas dice que los salarios de la UCR en general son muy altos. No podemos partir de bajar a un 3% la anualidad a todo el mundo, aduciendo que todos los trabajadores ganan demasiado. Ante esto nosotros planteamos una propuesta”, indicó la directora del ISS.

La propuesta de reducción de las anualidades planteadas por autoridades de la UCR se concentra en que al momento de ingreso el trabajador tendrá un 5,5% de anualidades, hasta los cinco años, y luego de ese tiempo el porcentaje bajará al 3%.

Mientras tanto, la propuesta del ISS establece una reducción escalonada, que no genere un impacto tan fuerte a los trabajadores, en la gran diversidad de condiciones laborales que existen (jornadas parciales, interinatos y contratos definidos).

La iniciativa establece que a los cinco años el porcentaje de anualidad sea del 5,5%, después de los 10 años un 5%, luego de los 15 años un 4,5%, a los 20 años de servicio un 4%, a los 25 un 3,5% y a partir de los 30 años un 3%.

“Sería interesante discutir esta propuesta junto con la que hace la Rectoría, y ver en qué sentido se atienden las diferencias del personal en la Universidad; habría que hacer más estudios y plantear una alternativa que no solo se concentre en anualidades, sino también que entre de lleno en ver el destino de otros gastos”, enfatizó Caamaño.

Gastos a revisión

La investigación desarrollada por el ISS hace señalamientos sobre una serie de partidas sin destino específico, que aconsejan deben ser revisadas, explicadas y determinar si frente a la situación financiera de la UCR son indispensables.

Un ejemplo de ello son los gastos para destinos específicos sin asignación presupuestaria, que llegaron a los ₡17.000 millones en el 2015, que según Caamaño, le explicaron que una buena parte se utilizó para pagar salarios.

“Hay otros gastos, por ejemplo ₡200 millones para pagar el Club de Futbol; eso hay que analizarlo, pues se supone que esta es una Fundación que no pertenece a la Universidad. No estamos diciendo que se dé un mal uso a los recursos, pero sí que debería existir más transparencia en cuanto a esos otros gastos: a qué se destinan y por qué, y que se salgan un poco de la reducción en términos de salarios”, planteó.

Por otra parte, también le preocupa que esos egresos, que están definidos como gastos sin asignación presupuestaria, se estén dirigiendo a programas que no precisamente van de la mano con el modelo ideal de universidad pública, dedicada a facilitar el conocimiento y para las grandes mayorías.

Desde su punto de vista, hay una serie de iniciativas que promocionan más un modelo de mercantilización de la UCR, como el pago de servicios profesionales y consultorías, el financiamiento de iniciativas como Proinnova y Auge, que incentiva el emprendimiento y fortalecimiento de empresas, que en su mayoría no están vinculadas con el quehacer universitario.

“Proinnova y Auge son instancias que están dedicadas a generar posibilidades para empresas; aunque parte de sus recursos vienen de fondos externos, son utilizados y manejados con infraestructura y gastos administrativos de la UCR. Además, consideramos que no hay un verdadero escrutinio del tipo de empresas que se están impulsando, no pasan por el comité ético-científico de la Universidad. Otro ejemplo es el uso de las casetillas de guardas para vender café, que funcionan bajo la lógica privada de generar ganancias, pero con recursos universitarios”, argumentó.

Como parte de la propuesta del ISS, se incluye la revisión de estos gastos y partidas del presupuesto, además de un enfoque diferente en la reducción del porcentaje a las anualidades.

Elementos de una realidad

-La planilla de la UCR es de 9.234 trabajadores a junio de 2015.

-2.812 personas ganan menos de ₡500.000 base por mes.

-1.497 ganan menos de ¢250.000 base por mes.

-3.369 personas están nombradas menos de ¾ de tiempo, un 37% del total.

-1.852 personas tienen un ¼ de tiempo o menos (20% del total).

-5.399 personas tienen 10 años o menos de trabajar en la institución.

-3.375 tiene menos de 5 años.

-La UCR presenta un proceso constante de contratación y despido (o no renovación de contratos), por lo que no suman anualidades.

-En materia salarial, el sector administrativo concentra los salarios en rangos que oscilan entre ¢750.000 y ¢1.250.000 por mes. Solo 69 funcionarios administrativos superan el rango de salarios mayores a ¢3 millones.

-En el caso de docentes, la situación salarial es radicalmente heterogénea. Un 26,1% recibe un salario de ¢250.000 o menos por mes; y un 45,6% reciben un salario de ¢500.000 o menos por mes.

-Solo un 38% del total de los nombramientos docentes son tiempo completo. El 57% está contratado menos de ¾ de tiempo y un 33% está nombrado ¼ de tiempo o menos.

Fuente: Instituto de Investigaciones Sociales.

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