Vecinos de La Carpio aseguran que el relleno sanitario está agotado y que 40 toneladas diarias de Pérez Zeledón solo aumentarían el caos. (Foto: Katya Alvarado)

El anuncio de la eventual llegada de 40 toneladas diarias de basura procedente del cantón de Pérez Zeledón puso en estado de alerta a un grupo de habitantes de la ciudadela La Carpio, quienes aseguran que el relleno sanitario operado por la empresa Berthier Ebi de Costa Rica ya agotó su vida útil y más basura empeoraría la calidad de vida de la comunidad.

“Como habitantes de La Carpio estamos cansados de esos vecinos que nos ven como el lugar de desechos, tanto sólidos como líquidos; aquí  no se respeta la dignidad humana;  tenemos un relleno sanitario colapsado, un basurero clandestino a cielo abierto; nos dicen que nos van a poner una planta de tratamiento de aguas negras”, lamentó Ester Martínez, presidenta de la Asociación de Desarrollo Integral.

El Concejo Municipal de Pérez Zeledón acordó el 13 de febrero adjudicar a la empresa Ebi,  la licitación pública para el servicio de traslado y tratamiento de desechos sólidos del cantón.

En dicho cartel, la empresa −de capital canadiense− contempló dentro de la oferta inicial los rellenos sanitarios en la finca El Huaso, en Aserrí,  y La Carpio o Parque Tecnológico Uruka, y “subsidiariamente” los rellenos sanitarios Los Pinos en Cartago y Orotina.

Juan Vicente Durán, gerente general de Ebi, desmintió los rumores de la llegada de los desechos a La Carpio y aseguró que el destino de los mismos será más bien el Parque de Tecnología Ambiental Aczarri en Aserrí.

“A  La Carpio no va a ir por la incomodidad del transporte a San José, aunque legalmente sí  podemos hacerlo. Ofrecimos varias alternativas, por aquello de un cierre de carreteras o alguna cosa para que la basura no quede en la calle”, manifestó.

“¿Qué importa que venga de Pérez Zeledón, por qué no la Carpio o Aserrí, si son los únicos rellenos técnicamente preparados para poder recibir basura, construidos con toda la tecnología moderna?”, preguntó Durán.

“Que el gerente de Ebi diga que presenta varias opciones para llevar la basura, es simplemente que se está curando en salud”, dijo Martínez.

“A la Uruca llegan diariamente 1.200 toneladas de basura de las municipalidades de Escazú, Tibás, Alajuela, San José, Belén y Puriscal, mientras que Aserrí recibe ya 1.500 toneladas de Montes de Oca, Goicoechea, Moravia, Aserrí, Desamparados, Alajuelita y Acosta; en otras palabras, cuando el relleno de La Carpio cierre definitivamente en cualquier momento, los desechos que antes entraban acá se irán a Aserrí sobrepasando la capacidad de este. ¿Cómo va a poder manejar los que no son de la GAM?”, cuestionó.

SIN PERMISOS

La presidenta de la Asociación de Desarrollo asegura que para satisfacer la demanda, la empresa Ebi está ampliando las instalaciones del relleno, utilizando una finca adjunta que, según opina, no forma parte del terreno que  tiene los permisos para operar como  relleno sanitario y que solo los tiene para explotación minera.

Martínez critica una resolución de la Setena (No 2628-2012) en la que se “validan” las  tres fincas para el relleno y que la conocida con el plano SJ-91958-93 (con un área de 3.96 hectáreas) “ya no forma parte ni del EsIA ni de la viabilidad  ambiental”.

En un recurso de revisión presentado ante el ministro de Ambiente −René Castro− en marzo del 2013, Martínez expone que Ebi en la oferta está indicando que la finca tiene 21 hectáreas, cuando lo que tiene permitido son dos fincas que suman 17,5 hectáreas.

“Esa finca que Ebi ofrece y que según su entender extiende la vida útil del relleno de La Carpio 6 años más, está siendo ocupada en la actualidad por otro proyecto, un tajo que opera una sociedad anónima de nombre Dama y Alfil”, detalló.

“Setena incurrió en  error de hecho, al no observar que otra empresa tenía concesión minera; al arrendar Ebi a otra empresa para hacer una actividad distinta al manejo de desechos sólidos, renunció a ese terreno para ese efecto”, advirtió.

Por su parte, Durán sostiene que cuenta con todos los permisos y que el argumento expuesto por Martínez es “absolutamente falso”. “El terreno mide 21 hectáreas, pero al relleno se dedican 17,5; lo demás son retiros y áreas de protección. Toda la finca se ha utilizado para tajo, usted no puede tirar la basura encima de la piedra, tiene que sacarla”, agregó.

“Todo esto es parte de una mala intención; yo cuento con todos los permisos, tanto del Ministerio de Salud, como del Colegio de Ingenieros y la Setena, para hacer las dos cosas”, afirmó Durán.

Un criterio del ingeniero Pablo Bermúdez, del Departamento de Evaluación Ambiental de la Setena −del 17 de enero−, establece que aunque la finca de 3,9 hectáreas cuenta con viabilidad ambiental para tajo, “al proponer implementar en esta área una actividad diferente”, la línea base debe redefinirse y debe realizarse un nuevo Estudio de Impacto Ambiental (EsIA).

Vecino incómodo y maloliente

Como un vecino incómodo y maloliente, el relleno sanitario de La Carpio no solo afecta a los ciudadanos de una de las barriadas más pobre y poblada de la capital −con 52.000 habitantes−, sino que afecta a otros barrios más afortunados, como residencial Cariari y Los Arcos, ubicados al norte del río Virilla. Incluso, dentro del perímetro se encuentra un hospital nacional.

“Mire, imagínese lo que son más de 100 camiones diarios de basura pasar cada día de lunes a sábado, por el frente de la única y muy estrecha calle principal de la comunidad a cada momento, botando lixiviados en la calle, y despidiendo mal olor”, exclamó Ester Martínez, presidenta de la Asociación de Desarrollo Integral de esta comunidad.

“Ya tenemos bastantes problemas aquí con las aguas negras, con las filas interminables de camiones, de chiquitos escarbando la basura, y en invierno en el relleno sale un olor penetrante y nauseabundo”, agregó.

Una queja similar externó Álvaro Camacho, vecino de Residencial Cariari, colindante con la finca del relleno de La Carpio.

“Tengo casi 11 años de vivir aquí; vieras los olores que sufrimos, sobre todo en época lluviosa; esto es más un botadero que un relleno y el Ministerio de Ambiente y el de Salud le han dado largas. El Gobierno debe tomar una posición más drástica y buscar soluciones y no debe ni siquiera pensarse en ampliarlo más”, reclamó Camacho.

Basura incómoda

El conflicto de la basura en Pérez Zeledón, al igual que en otros cantones del país, no es nuevo.

Desde hace más de un año, la Municipalidad argumenta que el traslado de los desechos del cantón hasta Miramar de Puntarenas le cuesta al menos ¢12 millones por mes.

“El problema de la basura en Pérez Zeledón es una crisis que está presente desde el 2003”, recordó la regidora Kemly Jiménez.

Ella cree que detrás del acuerdo firmado con Ebi hay un contexto político. A su parecer, el problema persiste a pesar de que se “prometió” resolverlo en el marco del plebiscito revocatorio del mandato del anterior alcalde, Luis Mendieta.

“El 17 de diciembre dos personas salieron en los medios de comunicación a externar que tenían el problema de la basura resuelto y que por ello tenía que haber un cambio, pero dos  años después es más grave”, denunció.

Juan Vicente Durán, de la empresa Berthier Ebi, explicó que ganaron a derecho la licitación para resolver el problema de la basura del cantón sureño.

“Ellos están pensando en construir un relleno, pero nosotros ofrecemos una solución. Recuerde que no es fácil disponer de los $ 10 millones que se requieren para construir un relleno sanitario, con las condiciones adecuadas”.