Leonardo Boff: “Es bueno tener un papa que ponga en apuros al Opus Dei”. (Foto: Katya Alvarado)
La noción de que los gestos de humildad del nuevo papa Francisco implican un cambio profundo en la manera cómo de ahora en adelante se comportará el Vaticano, fue la principal idea que transmitió el exsacerdote y teólogo brasileño de la liberación Leonardo Boff, durante su conferencia el pasado 5 de abril, en el auditorio de la Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica (UCR).
La visita de Boff al país consistió en una semana llena de actividades y fue gestionada por el Doctorado en Educación con Especialidad en Mediación Pedagógica de la Universidad La Salle y la Carta Internacional de la Tierra. La gestión de la conferencia titulada “Relación Iglesia-Sociedad en América Latina a la luz del Papa Francisco” estuvo a cargo de la Vicerrectoría de Docencia de la UCR.
La introducción de la conferencia estuvo a cargo del vicerrector de Docencia de la UCR, Bernal Herrera, quien −entre otros detalles− recordó que en 1985 Boff fue condenado a un año de silencio por la Congregación de la Doctrina de la Fe. Asimismo, resaltó sus doctorados en política y teología, y la larga lista de universidades en las que ha trabajado o colaborado.
Herrera también mencionó que a lo largo de la semana, Boff en sus diferentes presentaciones en Costa Rica abordó temas como la teología de la liberación, la ética planetaria y los desafíos actuales de la educación.
“Hay que terminar con el carnaval de Río que se hace en Roma, cuando desfilan los cardenales con pompa copiada de los príncipes renacentistas”, expresó Boff, pues ello es “expresión de la Iglesia que se entendía con los círculos de poder; ahora es otro tiempo, más cercano de Jesús; hay que pasar del palacio al pesebre de Belén”.
Según dijo, esa conversión debe “dejar el centro y marchar hacia la periferia”, de manera que la Iglesia “dé coraje a los pobres para que se organicen”.
Durante su conferencia, Boff manifestó que el ejemplo de humildad y sencillez del Papa será un reto para que muchos sacerdotes y obispos sean más humildes. Al respecto recordó que la base social de los dos papas anteriores “eran grupos conservadores con mucho dinero, pero sin respuesta a los problemas de la actualidad”. En su opinión, “es bueno tener un Papa que ponga en apuros al Opus Dei”.
Piensa que el mundo ha cambiado desde el Concilio Vaticano II de 1965, y “estamos en una fase planetaria que no estaba en la consciencia de los obispos de entonces”. Por ello, espera que Francisco convoque a un Concilio Vaticano III, “ya no sólo de obispos sino de la cristiandad, que incluya a diferentes iglesias y personas civiles, incluso ateos, pues con profunda ética se deben definir los cambios del cristianismo del siglo XXI; aún no lo hemos imaginado”.
Expreso además que con el nuevo Papa se inaugura una nueva dinastía de papas del Tercer Mundo. Jorge Mario Bergoglio adoptó el nombre Francisco en medio de amenazas sobre la tierra y la vida, en un contexto en el que “faltan líderes que convoquen la conciencia colectiva; él lo puede ser sin ser autoritario, pero con una profunda espiritualidad”, expuso.
“EL GRAN POBRE ES LA MADRE TIERRA”
El teólogo brasileño externó su convencimiento de que el nuevo Papa debe poner a la Iglesia al servicio de la humanidad y de los pobres. En este sentido, Francisco ha hecho saber que “la pobreza no se atiende con filantropía, sino con justicia social y que a los pobres se les debe involucrar en las soluciones”.
Boff aprovechó para reiterar que “la marca registrada de la teología de la liberación es la opción por los pobres y contra la injusticia, y ese discurso siempre fue de él (Jorge Mario Bergoglio, ahora conocido como papa Francisco).
“El gran pobre es la madre tierra devastada y explotada, y todos esos discursos están en “Francisco”, que más que un nombre es un proyecto”.
Sin embargo, el brasileño abordó con realismo los problemas actuales de la Iglesia y sobre la designación de Bergoglio como papa cree que la situación interna de la Iglesia estaba tan deteriorada y los cardenales europeos tan avergonzados, que buscaron a alguien que estuviera fuera del círculo de poder.
Para Boff, la Iglesia “no fue atacada desde afuera, sino desde adentro” y como ejemplo citó “la organización articulada de obispos pedófilos” y “los crímenes del Banco Vaticano”. Por eso espera que el Papa tendrá “coraje y fuerza interior para hacer las intervenciones necesarias”.
“La Iglesia está en ruinas y debe asumir el papel de reconstruirla. Si hubiera sido yo, me habría llamado Pedro II y último”, bromeó.
Al final de su alocución, Boff fue homenajeado por representantes de la Federación de Estudiantes de la UCR (FEUCR), quienes le regalaron un ejemplar de “Mamita Yunai”, de Carlos Luis Fallas, y una camiseta de ese órgano federativo.
“El Papa presidirá desde la caridad”
Gracias a la colaboración de la Vicerrectoría de Docencia, luego de una entrevista en el Canal 15 que finalizó muy cerca de las 10 a.m. −cuando estaba programada su conferencia−, UNIVERSIDAD tuvo la oportunidad de hacerle algunas preguntas a Leonardo Boff durante su recorrido en automóvil hacia el auditorio de la Facultad de Derecho.
Más allá de los gestos mediáticos del nuevo Papa, ¿qué tipo de decisiones concretas en términos de doctrina de la fe y de política internacional debemos esperar de él, para determinar si en verdad apunta hacia una Iglesia que defienda a los pobres y oprimidos?
-Hay dos ejes que serán importantes. La cuestión de los pobres que están aumentando en el mundo por el hambre, escasez de agua y demás, es un tema que está en su corazón y él ha hecho una opción por los pobres. En segundo lugar, está el tema de la naturaleza, pues él sabe que hay una amenaza terrible sobre los sistemas vivos, sobre el sistema Tierra. Él puede ser una autoridad para convocar a las consciencias y asumir la responsabilidad del futuro de la civilización, que puede ser destruida y de la Tierra que puede ser devastada. Creo que asumirá ese liderazgo.
¿Con el papa Francisco cambiará la Iglesia algunas de sus posiciones arcaicas, como el papel de la mujer a lo interno, los derechos reproductivos o de las minorías sexuales?
-Creo que él será más tradicional. Como doctrina, no pienso que vaya a cambiar mucho, pero sí permitirá más discusión, porque antes no había. Lo fuerte de él será la parte pastoral, la incidencia sobre la sociedad; cambiará a sacerdotes, cardenales y obispos, para que tengan una actitud mucho más sencilla, pobre y cercana al pueblo, que dejen de ser príncipes de la Iglesia para que sean pastores. Esa será la gran novedad. No me importaría que él tenga sus opiniones, pero que acepte discusión y que en un marco democrático permita que otras opiniones emerjan y que del intercambio se tenga una línea que pueda ser asumida; es decir, que la Iglesia no tenga la pretensión de ser la única que dirá cuál es el camino, pues esa no es su función y hacerlo sería ubicarla fuera del diálogo general de la sociedad.
Ahora que un jesuita es Papa y tomando en cuenta que en los últimos años el Opus Dei había cobrado mucho poder, ¿es previsible que se dé una contienda política entre esas dos facciones a lo interno del Vaticano?
-Creo que no, porque los jesuitas han cambiado su misión fundamental. Antes era formar a las élites desde la perspectiva que la sociedad no se puede construir sin élites muy bien formadas, pero tras el Concilio Vaticano II su misión viró hacia la justicia social mundial; por eso se meten en las favelas y se vinculan a causas más democráticas. No creo que haya disputa, pero el Opus Dei tendrá muchas dificultades, porque es una institución que busca mucho el poder y el dinero, y con este papa esos temas no son fundamentales. Ellos tendrán que redefinirse y uno puede imaginarse que se estarán sintiendo muy mal.
Si la Iglesia es una monarquía absolutista, ¿qué tan fuertes y radicales son los cambios que se deben hacer para que sea más democrática?
-Hay disposiciones institucionales que mantienen una posición de cristiandad medieval y el derecho canónico se quedará ahí, pero no se usará ese tipo de poder, simplemente porque es ridículo, es excesivo y no tiene nada de evangélico. El Papa subrayará lo que ha dicho desde el principio: que va a presidir desde la caridad. Roma antes presumía del derecho de asumir poder sobre las demás religiones; ahora se trata de la caridad, la cooperación y la solidaridad, y así anula el carácter monárquico y absolutista del derecho canónico.