María Luisa Ávila, ministra de Salud: Apoyaré cualquier proyecto de fecundación in vitro que proteja la salud

En medio del debate social y legislativo que suscita la inminente reactivación de la fecundación in vitro en Costa Rica, once años después de

En medio del debate social y legislativo que suscita la inminente reactivación de la fecundación in vitro en Costa Rica, once años después de que la Sala Constitucional la prohibió, y en busca de evitar un juicio ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la ministra de Salud, María Luisa Ávila, aseguró que el proyecto de ley impulsado por el Gobierno tiene algunos vacíos imprescindibles de llenar.

En una entrevista con UNIVERSIDAD, la jerarca detalló sobre algunos aspectos polémicos de la iniciativa, así como otros con los que está totalmente de acuerdo. Incluso, aseguró que estaría anuente a apoyar otra propuesta, si protege la salud de las personas y va paralela con los avances de la ciencia. Este es un extracto de la conversación.

 

 -El proyecto de ley que presentó el Gobierno ha sido criticado por varios sectores ¿Qué cambios según su criterio se le deben hacer en la discusión legislativa para proteger los derechos de las mujeres?

 -Primero es importante aclarar que ese proyecto de ley fue presentado por Cancillería y no por el Ministerio de Salud. Yo le hice algunas observaciones; sin embargo, a lo que se concluyó es que era importante que al proyecto se fuera así, que se abriera el espacio de discusión dentro de la Asamblea Legislativa, lo cual me parece lo más sano, porque ahí se está dando el discurso de muchas ideologías y personas con criterios diferentes. En lo personal, y lo digo como médica, me parece que no es conveniente implantar todos los óvulos fecundados, porque eso generaría embarazos múltiples que tienen varias complicaciones: una de las principales es que lo convierte en un embarazo de alto riesgo, poniendo en peligro la salud de la madre y los niños, y segundo, que dependiendo del número de óvulos que se vayan a implantar, tenemos el riesgo de que se produzca un aborto, que los productos se malogren o bien que se tengan partos prematuros.

Sí se deberían congelar óvulos fecundados, porque no necesariamente el hecho de que se implanten dos, significa que el embarazo va a llegar al término, puede pasar lo que sucede con embarazos naturales, donde se puede sufrir un aborto espontáneo, y si no se dejaron óvulos congelados para implantar en una segunda oportunidad, pues la mujer tendría que volver a pasar por todos los tratamientos que implica prepararla para la extracción de óvulos y la fertilización.

 -¿Qué opina de la posibilidad de eliminación de embriones, por ejemplo en el caso de que puedan sufrir una malformación?

 -Esto es un tema muy controversial, porque lo mismo pasaría si un embarazo natural viene con una malformación; si vamos a permitir un aborto en ese caso, el tema es difícil. Ideológicamente, no estoy de acuerdo en destruir embriones, porque en cierta manera es una vida potencial, entonces es un tema que como sociedad tenemos que discutir, porque eventualmente si es una malformación que es incompatible con la vida pues no vamos a tomar un óvulo fertilizado que ya sabemos que va a nacer y se va a morir; pero de nuevo, es una discusión que precisamente como sociedad nosotros tenemos que dar. Por principio médico, por mi formación médica, que tratamos de luchar por la vida hasta sus últimas consecuencias, sí tengo mis problemas personales, ideológicos y filosóficos con respecto a destruir embriones; sin embargo, tampoco soy una persona cerrada que pretende que prevalezca mi criterio.

Si es una mujer que está malogrando embarazos porque tiene alguna enfermedad congénita o metabólica, evidentemente esta señora, aunque sea un derecho, no sería tributaria a que se le haga una fertilización in vitro si todos los óvulos que ella va a lograr fecundar van a tener ese problema; por eso es que uno de los puntos es que una pareja debe ser ampliamente estudiada para darle la mejor recomendación genética, porque hay gente que no va a poder lograr un embarazo por diferentes razones, hay que darles consejería. Y no creo que el país esté preparado para que a esta mujer que tenga un problema se le implante el óvulo fecundado de otra mujer; en Costa Rica todavía no estamos preparados para una discusión de este tipo, generaría muchísima controversia, seguimos siendo un país de personas tradicionales, aunque me parece que un óvulo fecundado para una mujer que no pueda tener un hijo propio y que le implanten uno de otra no está mal, es como la primera forma de adopción, incluso que va más allá de adoptar un niño, ya que también lo gestó dentro de su vientre.

 -¿Cree que a este proyecto le faltó aclarar ciertos puntos, por ejemplo este de la donación de óvulos fecundados o embriones, que no se contempla?

 -Me parece que sí tiene vacíos que deben ser llenados con el concurso de todas las fracciones de la Asamblea Legislativa, lo de la cantidad de óvulos a implantar, lo de congelar óvulos para un segundo proceso, esos son temas que un proyecto de ley debería incluir.

La Caja (Costarricense de Seguro Social) tiene que prepararse, hacer una fecundación in vitro no es tan fácil como decirlo; tiene que tener los especialistas, equipos, protocolos, medicamentos y seguimiento. Antes de que aquí se prohibiera, se hacía en clínicas privadas, entonces está la posibilidad de que no sea necesariamente que se le ordene a la Caja, porque aunque se le ordene, ¿cuánto tiempo le va a tomar estar lista para volver a tener la técnica dentro de sus procedimientos? Muchos de los especialistas en el tema es gente que,  tras prohibirse el procedimiento, trabaja a nivel privado y no institucional. Si se permite, diría que la gente podría optar a facilidades privadas, dado la urgencia. Pienso que la Caja tiene que brindarla como parte de la oferta de servicios.

 -¿Está de acuerdo con el artículo que exige exámenes psicológicos a las parejas?

 -Sí, porque muchas veces cuando alguien está obsesionado por lograr algo, la pobre criatura que de eso resulte podría volverse el parachoques de una serie de frustraciones, de anhelos no cumplidos, y ya está en la literatura médica totalmente descrito el síndrome del niño sobreprotegido. Es muy importante hacer una valoración psicológica y psiquiátrica de las personas, sin que sea peyorativo. Nadie ve peyorativo ir todos los años al ginecólogo, nadie debería ver peyorativo ir todos los años a que le chequeen su salud mental, debería ser parte del examen físico y psicológico que todos nos hagamos; así es que me parece muy conveniente que se haga una buena valoración psicológica de estas personas para detectar cualquier problema, no para impedirle que tengan el bebé, sino para darle un debido asesoramiento durante todo el periodo de fertilización y cuando ya tenga a su bebé en la familia.

 -En menos de un mes la comisión que se formó en la Asamblea Legislativa redactará un nuevo proyecto. Si este es más adecuado que el del Gobierno y deja menos vacíos ¿usted lo apoyaría?

 -Estoy dispuesta a apoyar cualquier proyecto que proteja en primer término la salud y que sea congruente con la ciencia y tecnología moderna, independientemente de quien lo presente; incluso estaba analizando la posibilidad de que el Ministerio de Salud como ente rector prepare un proyecto que pueda ser de consenso y que también sea discutido. Estamos en discusión de que si lo preparamos o esperamos, porque tampoco se trata de sacar proyectos por sacarlos, si hay alguno que sea mejor, simple y sencillamente se le harán las observaciones, porque el tema es básico, Costa Rica tiene que aprobar la fecundación in vitro a través de una ley para regular y que no se cometan arbitrariedades o se utilicen embriones para experimentación ni irrespeto a la vida humana.

 -En este país, donde la Iglesia Católica tiene una gran influencia e incluso el Papa lo exhorta a no aprobar la técnica, ¿qué injerencia para usted debe tener en esta discusión, hasta dónde deben llegar las autoridades de la Iglesia Católica?

 -Tomando en consideración que Costa Rica no es un Estado laico, sino clerical, y que la religión católica es la oficial del Estado, hay que pedirle opinión a la Iglesia Católica como cualquier otro grupo, y deben ser escuchados y sus comentarios tomados en consideración. Sin embargo, tampoco es que se tiene que hacer solo lo que la Iglesia diga, porque no se trata de eso, pero como cualquier grupo, tomando en consideración que Costa Rica es una sociedad inclusiva, me parece conveniente que siempre se manifiesten, que oigamos sus opiniones, las analicemos y que todas aquellas que coincidan con lo que el país quiere en el tema de fecundación in vitro sean tomadas en cuenta.

 -¿En qué podrían coincidir, sabiendo de antemano que la Iglesia Católica va a decir que la fecundación in vitro no se debe aprobar?

 -Hay puntos en los que coincidimos, por ejemplo en el respeto a la vida y a la dignidad humana, son temas que ni se discuten, tampoco estamos de acuerdo en desechar embriones, la Iglesia Católica tampoco está de acuerdo.

¿En qué podemos no coincidir? En que todos los óvulos sean implantados al mismo tiempo, lo cual incluso va en contra de la vida de la mujer y de los futuros bebés, y también en el tema de congelar embriones, porque aquí no se trata de destruirlos, se trata de preservarlos para poderlos implantar en un segundo embarazo de esta pareja.

 -¿Qué expectativa tiene usted en el tema, tomando en cuenta que las parejas que demandaron al Estado ya se están preparando para un eventual juicio ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos?

 -Esperaría que pueda aprobarse, porque es una cuestión de derechos humanos, el derecho que tiene una pareja, una mujer de poder acceder a la tecnología moderna para lograr un objetivo que en este caso es tener un hijo. No lo considero un problema de salud pública porque evidentemente no lo es, es un tema más individual que colectivo, es de un grupo de personas, no por eso debe ser menos importante, y sobre todo por ser un tema de derechos y protección a la mujer que quiere someterse a un proceso de fecundación in vitro, pero también de derechos de los eventuales seres humanos que con esta técnica se van a desarrollar.

 -¿Qué les diría usted a los diputados y diputadas que integran la Comisión Especial para debatir el tema? Porque hay varias personas que están en contra y totalmente conservadoras en este tema y de plano se oponen al método.

 -Les diría que uno nunca debe llevar sus conceptos personales a una decisión que es de un grupo; no deben prevalecer los intereses o creencias sobre el tema de la ciencia, derechos humanos y la necesidad emocional que tienen las parejas de tener hijos. Si la técnica se ha permitido desarrollar y si queremos buscarle una coherencia con las creencias religiosas, podríamos decir que la tenemos porque Dios la quiso, entonces no le veo ninguna contraposición con creencias religiosas.

 -¿Estará la fecundación in vitro reactivada en el gobierno de Laura Chinchilla?

-Esperaría que sí; este es, como muchas veces la presidenta lo ha dicho, un problema que heredamos, no uno que el Gobierno haya ocasionado, y creo que el gobierno de doña Laura y ella en lo personal han sido sumamente responsables con una respuesta; pero recordemos que estas respuestas no solo dependen de lo que como gobierno central pensemos, sino de una serie de procedimientos que van más allá, y que evidentemente tenga que requerir una ley hace el camino más engorroso.

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