Ottón Solís: “Mi estilo no moviliza masas para una victoria”

«El lenguaje de la democracia debe ser preciso, concreto. Pero aquí la política es ir a decirles al empresario y al empleado público lo

«El lenguaje de la democracia debe ser preciso, concreto. Pero aquí la política es ir a decirles al empresario y al empleado público lo que quiere escuchar. Y yo no creo en eso». (Foto: Fabián Hernández M.)

“Soy un costarricense muy normal. Muy clase media. Un costarricense que creció en el puro campo. Yo soy un prototipo costarricense, digamos, más informado que el promedio. Y más amante de Costa Rica que el promedio”.

Así se define Ottón Solís Fallas. El fundador del Partido Acción Ciudadana y excandidato presidencial durante tres campañas políticas afirma que, pese a la respuesta de los costarricenses en las urnas, continúa siendo una de las personas más idóneas para gobernar Costa Rica.

El político, de 59 años, afirma seguir llevando una vena nacionalista y una envidia positiva de la ética y la rigurosidad que despertaron sus visitas a Inglaterra cuando, de joven, obtuvo una beca para estudiar economía en la Universidad de Manchester. La marca fue profunda, y desde ese momento, Solís intensificó la lucha por la ética y la eficiencia en la función pública.

 

En un contexto en el que ha ganado protagonismo, por su denuncia de las irregularidades en el contrato para construir una nueva refinería en Limón, Semanario UNIVERSIDAD conversó con Solís sobre la actual situación del Partido Acción Ciudadana y su papel político desarrollado en la última década. El siguiente es un extracto de la entrevista.

 

Usted siempre ha planteado que el PAC no tiene una ideología concreta. Sin embargo, la jefa de la fracción legislativa del PAC, Carmen Muñoz, ha señalado la existencia de un partido que ha construido una ideología PAC sustentada en el respeto a derechos humanos, el estado social de derecho, etcétera. ¿Existe una ideología concreta en el partido?

Yo lo que he dicho es que no tiene nombre. Que le pongan el nombre entonces a los que les fascinan los nombres. Lo que pienso es que esto de los nombres es del pasado. Yo creo que esos son reduccionismos del pasado. Hoy día el votante espera una explicación conceptual larga: no la frase corta. Hoy día el electorado necesita que le expliquen sobre este tema, este tema y este tema. Dije “no quiero ni comunistas ni neoliberales en mi partido”, porque esos dos extremos me han parecido errores históricos y simplificaciones absurdas.

Existe, sin embargo, una multitud de voces muy diversas en el partido.  Esas voces tan distintas ¿no han generado ciertos choques dentro el partido?

Lo que proponemos en educación, en ambiente, en reforma del Estado, en eficiencia del Estado, en ética… ¡Es tan claro! Cuando yo hice el llamado todo eso lo escribimos: clarísimo. El choque se da si hay personas que quieren cambiar eso.

El que cree que las convenciones colectivas están bien no debería estar en el PAC, porque para nosotros es fundamental que el Estado esté al servicio de la sociedad y no de los empleados públicos. El que cree que los empresarios privados son malos está equivocado: el PAC cree profundamente en la empresa privada. El que cree que hay que privatizarlo todo está equivocado, nosotros no creemos en eso. Todo está muy preciso. Yo me hice cargo de eso porque nunca he querido engañar a nadie.

¿Cómo logró inicialmente usted o el partido para que tantas personas lo apoyaran a pesar de normas éticas tan rigurosas?

Creo que interpreté bien lo que Costa Rica quería. Aquí todo el mundo habla de ética pero no la definen para que no puedan ser llamados a cuentas. Yo decidí definirlo en concreto: el código de la ética y eso es un paso fundamental en la transparencia y en la posibilidad de rendir cuentas. Usted no puede rendir cuentas sobre lo que es etéreo. El arte de la política latinoamericana es no definir qué es ética.

No me sorprende si ahora hay gente del PAC a la que el código de ética le estorba y lo considera radical y extremista: eso me pone triste. Esto ha generado muchos roces que han dañado al partido. Nadie le puso a nadie un revólver para llegar al partido y todo se explicó muy claramente. Es un error llegar al partido y después querer cambiar las cosas.

¿Sigue siendo el PAC el partido que usted imaginó en el 2000?

Esperaba que en lugar de luchar por flexibilizar los códigos de ética, se hubiese buscado más rigurosidad. Creí que nuestra lucha era por la ética y por la eficiencia en la administración pública y un modelo de desarrollo que no imitara ese neoliberalismo que tanto mal ha hecho al país.

Tampoco me imaginé al PAC siendo el líder de la lucha por los derechos de los gays y homosexuales. A pesar de que yo creo en eso. Nuestra agenda de fondo era la ética, la eficiencia del Estado y un modelo solidario y ahí deberíamos quedarnos.

Hay gente que ha venido a cuestionar nuestros códigos de ética, que habla poco del modelo de desarrollo o de ética pero sí de otras agendas que, siendo importantes, no fueron la razón del partido.

¿Qué tanto liderazgo tienen esas personas?

No sé, pero tienen todo el derecho a pensar, los respeto y han ganado algunos cambios democráticamente. Pero me parece que el PLN −y quiero que quede claro− cada vez que ve al PAC siendo el líder de temas controversiales, culturales, aplaude para que nos hagamos bien pequeños. Liberación no ha asumido esos temas porque saben que los llevan a ser muy pequeñitos. Y una forma de quitar el poder es que el PAC sea el abanderado de esos temas culturales.

¿Hay temas que “empequeñecen” un partido?

¿Ante el electorado? Por supuesto. Si usted predica que hay que flexibilizar la ley del aborto usted pierde un montón de gente aunque eso fuera correcto −no lo creo−. Pero nuestro nacimiento fue por otro tema: el modelo de desarrollo concentrador de la riqueza y el tema de la ética, entonces causa cierta tensión cuando otros temas adquieren el protagonismo. Le reitero: Liberación Nacional hasta pagaría para que el PAC fuera el líder de esos temas, porque sabe que eso nos reduce electoralmente.

¿Qué no vieron en usted quienes no le apoyaron electoralmente?

A este país no le gusta que las cosas se digan en blanco y negro. Hay un sector de la gente que quisiera que uno adobara todo. Este país no está para anunciar cosas bonitas.

Un lenguaje etéreo e impreso es un lenguaje tirano y dictatorial. El lenguaje de la democracia debe ser preciso, concreto. Pero aquí la política es ir a decirles al empresario y al empleado público lo que quieren escuchar. Y yo no creo en eso. Entonces creo que mi estilo no moviliza masas para una victoria. Mi estilo moviliza gente capacitada y racional, no emocional.

¿El voto costarricense es emocional?

La política tradicional los acostumbró a que un “anuncito” pequeñito ahí ya les parece adecuado. Siempre traté de hacer una campaña tipo alemana: racional, nada del discurso de subirme a una tarima para simbolizar que soy superior, nada de música, decoraciones y artistas para ganarme el corazón de alguien. Sino el simple encuentro ciudadano, le quise llegar a la gente por la cabeza, no por el corazón.

¿Usted se considera todavía una de las personas más idóneas para gobernar Costa Rica?

Hay dos tipos de políticos: escúcheme bien. Yo debo decir que quizás, en mi caso yo soy muy arrogante. Hay gente que entra a la política porque tiene una inseguridad y quiere ser notable. Pero hay otros que entramos porque creemos que podemos arreglar buena parte de los problemas nacionales y podemos armar los equipos de personas e inspirarlos para arreglar los problemas nacionales. Yo, por supuesto, estoy en esa segunda categoría y eso tiene una gran dosis de petulancia.

El creer que uno es capaz de arreglar problemas y hacer equipos para arreglar problemas. Yo pertenezco a esos. La pregunta suya provoca esto: sí, yo creo que yo podía haber arreglado y haber conseguido las personas para arreglar los problemas más serios de este país. Si no hubiese creído eso no me meto aquí. Yo me metí aquí porque creía que tenía la capacidad para hacer los equipos  y yo mismo arreglar los problemas de este país. Y eso pueden decir que es petulante.

Quizás uno exagera las capacidades. Quizás uno exagera y decir esto debe ser medio petulante. ¿No será? Pero yo lo confieso: yo en esto me metí convencido de que yo arreglaba un montón de cosas.

Don Ottón, muchos saben cómo empezar proyectos en la vida. Pero, ¿usted sabe cómo terminarlos?

Eso es muy fácil. Mi aspiración la terminé. Yo nunca he planeado terminar de involucrarme en la opinión pública nacional  y de eso no puedo retirarme: nunca anuncié que me retiraba de opinar y proponer y de dar las peleas que haya que dar. Pero ya mi candidatura fue una decisión razonada: tres veces Costa Rica dijo no. ¿Voy a seguir insistiendo?


Lea la segunda parte de esta entrevista aquí.

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