Presidente reconoce presiones de grupos de poder «Estoy valorando el referendo para el TLC»

Manifest— que algunos empresarios cuidan nada m‡s que sus intereses y quieren hacer tratados que significan un gran sacrificio para el pa’sRecibe presiones de

Manifest— que algunos empresarios cuidan nada m‡s que sus intereses y quieren hacer tratados que significan un gran sacrificio para el pa’s

Para Abel Pacheco existen en el pa’s grupos de poder centenarios que son «el gran obst‡culo para que Costa Rica avance».

Recibe presiones de grupos pol’ticos y empresariales for‡neos, as’ como de agrupaciones costarricenses en temas estratŽgicos para el pa’s. TambiŽn le ha tocado lidiar con corruptos muy poderosos -segœn dijo- que, debido a sus proyectos desean impactar la ecolog’a del pa’s.

Siempre supo que iba a ser una tarea dura la de sentarse en la silla presidencial de Zapote, pero nunca imagin— que la realidad superar’a su pensamiento inicial.

Abel Pacheco, con aire afable y categ—rico en sus afirmaciones, asegura mantenerse a la altura en la defensa de los intereses de las grandes mayor’as, tan alto como su estatura. Por eso, cada vez le parece mas atractiva la posibilidad de hacer un referendo popular para dirirmir el tema del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Estados Unidos y CentroamŽrica.

Su rostro, compunjido, y su traje, negro, el pasado 10 de marzo, se deb’an a la vela en la Casa Presidencial del exdirector de seguridad de la misma, îscar Quesada, quien falleci— en el operativo policial efectuado en Monteverse (Puntarenas), donde cuatro asaltantes de una sucursal bancaria secuestraron a 26 personas de las cuales nueve fallecieron.

 

 

UN PAêS EN ENCRUCIJADA

 

La entrevista con el mandatario se centr— en el TLC tomando en cuenta que es un convenio comercial que compromete para siempre todos los —rdenes de la realidad tica.

TambiŽn se tocaron otros temas como la situaci—n econ—mica local, los nexos de Pacheco con un parlamento fraccionado, el enfrentamiento con sindicalistas y empresarios as’ como las donaciones que le hicieron durante la pasada campa–a electoral.

Incluso destacaron sus roces con el anterior equipo negociador del TLC -con quienes dijo no compartir sus principios ideol—gicos-, adem‡s de que se habl— sobre el Pacto Fiscal aœn pendiente de aprobaci—n en la Asamblea Legislativa adem‡s de los cuidados que requiere el medio ambiente.

 

A un a–o de dejar la presidencia, Àcu‡les son los logros de los que se siente satisfecho y cu‡les habr’a querido concretar?

-Me siento contento de haber gobernado con mucho sentido del deber. En el campo de la educaci—n hemos hecho avances excelentes, en el campo de la salud, estoy a punto de cumplir mi sue–o de dejar cubierta a toda Costa Rica con Equipos B‡sicos de Atenci—n Integral en Salud (EBAIS). En el campo econ—mico hemos mantenido una estabilidad de la cual me siento orgulloso; en el campo de las exportaciones hemos logrado aumentar las cifras antes nunca pensadas; en el campo del turismo recuerdo cuando se me dijo que abrir el Aeropuerto de Liberia era una locura y vean ustedes en lo que ha resultado. Guanacaste es hoy otro pa’s.

En el campo de la econom’a hemos logrado mejorar la recaudaci—n, hemos logrado evitar la evasi—n y estamos en una lucha que est‡ rindiendo sus frutos. Costa Rica nunca iba tener las reservas monetarias como las que tiene hoy. El hecho de que se haya aprobado la Reforma al Reglamento de la Asamblea Legislativa -el 208 bis- hace considerar que va a nacer el Plan Fiscal y con eso Costa Rica asegura su futuro. Ya no nos va a devorar la deuda que ha venido constituyŽndose en un ogro a punto de devorarnos a travŽs de los a–os y los a–os.

En el campo ecol—gico hemos hecho respetar la Isla del Coco con ayuda internacional. Hemos logrado aumentar los guardas en Corcovado. Di una orden ayer -el miŽrcoles 9- para parar la atrocidad del aleteo de tiburones. El Pacuare est‡ siendo salvado. Estamos a punto de aprobar las garant’as ambientales.

Lo que no he podido cumplir es hacer m‡s escuelas, m‡s carreteras en buen estado, aumentar las pensiones de los viejos, tantas cosas, pero no puedo falsear la seguridad del pa’s a cambio de un sue–o, porque el precio para los costarricenses si yo desato la inflaci—n, si por ser a–o pol’tico cometo el error de abrir la llave, lo pagar’amos muy caro, sobre todo los m‡s pobres. As’ es que la satisfacci—n es a medias.

 

Comparado con el anterior gobierno socialcristiano, Àcu‡les han sido los principales obst‡culos que ha enfrentado durante su gesti—n?

-Los grupos de poder son el gran obst‡culo para que Costa Rica avance, que cuidan nada m‡s sus intereses que se hacen presentes en todos lados, porque as’ como hay empresarios interesados en el progreso del pa’s, hay otros que quieren tirar para su saco y hacer tratados que significar’an para el pa’s un sacrificio grande. As’ como hay sindicalistas muy honestos, muy buenos, que se llevan bien conmigo, existen otros que pretenden una ruta populista que ser’a el destrozo del pa’s. As’ como hay prensa libre, acuciosa, libre y buena, hay otra que est‡ protegiendo intereses muy corruptos. As’ es que esa ha sido la lucha: tratar de oponerme a esos grupos de poder y gobernar para todos los costarricenses, b‡sicamente para los m‡s desprotegidos de siempre.

 

Usted fue un presidente que no goz— del apoyo de la cœpula de su partido. ÀCree usted que esto afect— su labor?

-No, creo que las cœpulas hay que renovarlas; cada cierto tiempo hay que cambiar el zinc del techo, si no se pudre y se meten las goteras.

 

Si usted hubiera sabido de las dificultades que iba a enfrentar desde la silla presidencial, Àhabr’a aspirado siempre a la Presidencia de la Repœblica?

-Yo sab’a que no ven’a a un lecho de flores, que era un grado de sacrificio, pero no lo esperaba tan dif’cil. Pero aunque hubiera sido m‡s dificultoso y a costa de la vida misma, que se ha visto amenazada por las situaciones que he vivido, yo hubiera cumplido mi deber con Costa Rica como siempre lo he hecho en todos lo campos.

 

En momentos de crisis se ha afirmado que usted ha querido dimitir. ÀAlguna vez pens— en esa posibilidad?

-Nunca. Yo termino lo que empiezo. De aqu’ me sacan cuando termine la administraci—n o con los pies por delante.

 

ÀEs cierto que los grupos poderosos han presionado y lo han boicoteado para que usted abandone su cargo?

-Por tal se rumora y dice (risas). A veces he sentido que hay «mano peluda» como dice don Ricardo Toledo -diputado y exMinistro de la Presidencia-, pero no podr’a lanzar cargos de los que no tengo pruebas. Sin embargo, cuando se han agitado las aguas se percibe la influencia de algunos personajes nefastos y poderosos.

 

ÀCu‡les son esos personajes?

-Solo habiendo perdido la raz—n dir’a quiŽnes son, porque en este pa’s quien dice la verdad se expone a ser metido al «bote» (c‡rcel), y yo no tengo la menor intenci—n de terminar haciŽndole compa–’a a ciertas personas.

 

ÀA quŽ sectores pertenecen estos personajes, productivos o cu‡les …?

-DejŽmoslo ah’. Digamos que en todas las tumbas hay cad‡veres.

 

ÀSon aspirantes a la Presidencia en estos momentos?

-Esos grupos han sido eternamente aspirantes al poder. A la presidencia, no; ellos saben que no sacar’an votos ni para un regidor, pero tratan de manipular al gobierno y de chantajearlo abiertamente para imponer su voluntad. El asunto es que lo han hecho en varias ocasiones mediante las denuncias, y Àa m’ quŽ denuncia me van a hacer? Ya a los 71 a–os dif’cilmente me van a poner en predicado.

 

ÀQuŽ tan cerca han estado esos grupos de lograr esos objetivos?

-Conmigo, no.

 

ÀSon acaso esos grupos que lo adversan los que apoyan abiertamente el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos?

-Soy un hombre ideol—gicamente de centro y esos grupos pertenecen a las extremas, tanto a la izquierda como a la derecha. Est‡n los grupos que se oponen a todo el TLC, pretenden hacer de Costa Rica una Albania, hasta los que pretenden entregar al pa’s con este tratado.

Como estoy en el medio, como quiero un TLC para favorecer a los costarricenses y no para hacerlo con ciertos grupos, entonces estoy como la arepa: «fuego por arriba y fuego por abajo».

 

ÀEse grupo es el que tiene el mismo pensamiento que tuvo el anterior equipo negociador del Ministerio de Comercio Exterior (COMEX) para el TLC?

-No. El anterior grupo negociador del TLC ideol—gicamente dista mucho de mi manera de pensar. Pero reconozco en ellos buena fe; creen en lo que hacen. Hubo un momento en que las presiones fueron muchas y entonces se produjo un pulso y se nos fueron. Yo dije que deseaba que estuvieran gordos y alentados, tŽrmino muy costarricense y campesino, algunos medios dijeron «gordos y abultados», lo cual es faltar a la verdad y es una maniobra manipulativa para poner a pelear a la gente.

 

ÀEs cierto que una de las razones por las cuales usted condiciona el tratado a la aprobaci—n del Pacto Fiscal es porque en el fondo no est‡ tan seguro que este acuerdo comercial favorezca a las grandes mayor’as?

-Si se hace como a m’ me gustar’a hacerlo, favorece a las grandes mayor’as. TŽngalo por seguro que no actuar’a si no fuera en favor de la mayor parte de los costarricenses.

 

ÀEs cierto que otra de las razones por las cuales usted no ha querido enviar el TLC al parlamento es porque existen posibilidades de que hayan alterado el texto original?

-No sŽ, pero de todos modos no he parado la discusi—n del tema. A corto plazo tengo una reuni—n aqu’ con la gente del Partido Acci—n Ciudadana (PAC) y con los de mi gobierno respecto del TLC. Soy muy af’n a la Iglesia y con los obispos voy a tener tambiŽn una amplia discusi—n de los temas que a ellos les preocupan.

Advierto que yo creo en un Tratado de Libre Comercio justo y que sirva para el progreso de las clases menesterosas del pa’s. Considero que a los Estados Unidos no les conviene tener el traspatio sumido en la miseria, porque esto a la vez genera solo odio, terrorismo y droga, adem‡s de las migraciones a las que ellos temen.

 

ÀConsidera justo el Tratado que se suscribi—?

-Digamos que hay algunos ‡ngulos en los que tengo dudas, por eso es que estoy manteniendo la discusi—n.

 

ÀCu‡les son esos ‡ngulos?

-Los que m‡s me preocupan ser’an los genŽricos, tanto para los medicamentos y art’culos para la actividad agropecuaria.

 

ÀY sobre el tema ambiental?

-Por supuesto, este gobierno es ambientalista por excelencia. ƒste, junto con los medicamentos y productos agropecuarios gŽnericos son los que m‡s me preocupan.

 

ÀPor quŽ usted deleg— la responsabilidad de las negociaciones del TLC al pasado equipo negociador, a sabiendas de que sus salarios, en mucha parte, eran pagados por fundaciones como CR-USA y la Agencia Internacional para el Desarrollo (AID)?

-Si yo me hubiera puesto a negociar esos tratados ya me imagino … Diay, lo que soy es un psiquiatra y conocimientos de comercio internacional as’ como econom’a siempre he reconocido mi ignorancia. Con toda humildad he recurrido a la gente que m‡s sabe. Lo negociado hasta el momento es mucho mejor que lo hecho por las dem‡s naciones centroamericanas.

 

Un informe de la Oficina del Inspector General de la Agencia Estadounidense de Cooperaci—n (AID) revel— que una donaci—n de $700.000 otorgada a grupos empresariales para promover el TLC en CentroamŽrica, violent— las restricciones federales y de la AID para el cabildeo. ÀEs esto una muestra del nivel de infiltraci—n del gobierno de Estados Unidos en este tema?

-Este es un t—pico que compete absolutamente a los norteamericanos. Por m’ que entre plata al pa’s, siendo dinero honesto, es aceptado. Si era plata para negociaciones no le veo nada malo, salvo que sea contrario a las leyes de ellos. Que Estados Unidos decida si es legal o no.

 

Pero, Àconsidera Žtico recibir plata de la contraparte para negociar con ellos?

-ÀCu‡l contraparte? Aqu’ no hay contraparte …

 

… los Estados Unidos.

-No hay contraparte. A como yo lo entiendo es algo sin contrario. Ellos necesitan seguridad social en El Caribe, seguridad ambiental. ÀQuŽ pasa con Estados Unidos si El Caribe se torna beligerante y amigo del terrorismo? ÀQuŽ pasa con EE.UU. si El Caribe deja de producir ox’geno en sus selvas, mares y r’os y se torna un foco de infecci—n, de enfermedad y muerte?

Creo que nos necesitan y nosotros los necesitamos a ellos.

 

ÀPodr’a confirmar si existe una fuerte presi—n de los Estados Unidos para aprobar el TLC y por este motivo usted se habr’a negado a recibir al senador republicano Dean Burton quien estuvo hace un mes en el pa’s?

-Hay presiones en los dos sentidos. Hay grupos en los Estados Unidos que presionan a favor del TLC y otros que lo hacen en contra. Las agrupaciones que pretenden presionarme, vengan de donde vengan, del pa’s o del extranjero -porque hay agrupaciones for‡neas que tambiŽn tratan de presionarme, no solo Estados Unidos-, no lo lograr‡n.

 

El equipo negociador con el que usted tuvo diferencias en enero anterior ahora forma parte de la Coalici—n de Iniciativas Nacionales para el Desarrollo (CINDE). Parece que este grupo conformar‡ una instancia formal para promover el TLC. ÀLe parece Žtica este tipo de acci—n?

-No la conozco para decir si es Žtica o no. SŽ que ese grupo har‡ su trabajo segœn sus ideas.

 

Usted afirm— en una entrevista concedida a UNIVERSIDAD en mayo de 2002 que no tomar’a «acciones que el pueblo no apruebe». ÀCree conveniente que el TLC sea consultado mediante un referendo popular?

-Esa es una idea de Ricardo Toledo. En alguna forma los integrantes del Movimiento Libertario est‡n adoptando la criatura. Imagino que se han dado cuenta de los errores realizados al impedir que se apruebe el Plan Fiscal, que es lo m‡s antipatri—tico que he visto en mi vida, y ahora est‡n sacando cosas bonitas para congraciarse con el pueblo en vista de que se han venido abajo en las œltimas encuestas.

El referendo es una opci—n que estoy considerando: consultarle al pueblo. Lo veo posible. Como para decir que ya me enamorŽ, estoy en las primeras citas, estamos comenzando a salir (risas). No me desagrada, me parece buena conversadora la muchacha. Vamos a ver.

 

En esa misma entrevista, usted dijo que «un TLC mal negociado nos hundir’a». ÀConsidera que es necesario hacer una renegociaci—n regional del tratado?

-TambiŽn dije que un TLC bien negociado nos salva. Estoy tratando de que sea bien negociado. Ahora, que yo llegue y le diga a Mr. Bush: «Mire, se–or, me negocia esto», creo que se morir’a de risa y no lograr’amos nada. Lo que hago es tratar de usar el capote, de estar conciente de que Costa Rica es un pa’s peque–ito, aunque moralmente muy fuerte, y trato de usar nuestro prestigio a nivel universal en mis viajes. Estamos siendo o’dos y respetados. No puedo percibir actitudes de prepotencia en el gobierno de Mr. Bush. Bueno, conmigo hubo un pleito en este recinto, con el exEmbajador de los Estados Unidos en el pa’s, John Danilovich, por el asunto de la explotaci—n del petr—leo que quiso hacer la compa–’a Harken. DespuŽs de eso, Žl entendi— mi posici—n y nos hicimos grandes amigos.

Lo que est‡ ocurriendo en CentroamŽrica en estos momentos, que no lo veo reflejado en una parte de la prensa nacional -la cual se dice portadora muy actualizada de las noticias; lo que veo en CNN no aparece curiosamente en ciertos peri—dicos- me hace pensar que esta situaci—n producida har‡ entender a los estadounidenses que vale m‡s el di‡logo. Para quŽ enfrentarse, si lo que buscamos es el bien de ellos, de los centroamericanos, de los caribe–os y de los suramericanos.

 

Don Abel, pero es que este texto del TLC no se podr’a cambiar luego de ratificado.

-Se pueden variar los tonos, Àverdad? Ah’ es donde entra la capa de buen torero.

 

ÀEn la Asamblea Legislativa, dice usted?

-Estoy desde antes haciendo cosas, y sigo teniendo reuniones con distintos grupos. Le he dado gran participaci—n a los grupos sociales, y eso me ha ayudado much’simo. Hay que ver el Žxito que hemos logrado con el poner a sindicatos y a empresarios juntos, buscando un entendimiento con el padrinazgo de Espa–a, pero antes de eso con el padrinazgo exclusivamente «zap—tico». Con gran frecuencia nos reunimos aqu’ todos y hemos logrado un di‡logo muy interesante.

ÀCree que si Costa Rica no ratifica el tratado, a Estados Unidos tampoco le interesar’a refrendarlo?

-Si ellos nos cierran las ventajas de la Iniciativa para la Cuenca del Caribe (ICC), volvemos a la carreta y al burro en un a–o. As’ es que debemos hacer las cosas con mucho cuidado, entendiendo sobre todo que somos vecinos y debemos llevarnos bien.

 

Algunos sectores sostienen que usted pasar‡ a la historia como el presidente que luch— contra la corrupci—n, sin embargo, otros afirman que su apertura en las investigaciones fue producto de las circunstancias. ÀQuŽ criterio le merecen estas opiniones?

-ÀQuŽ cosa en la vida no es producto de las circunstancias? Somos producto de las circunstancias. Don Juan Rafael Mora fue producto de las mismas. Se present— una situaci—n y Žl supo actuar. Por supuesto, guardando las distancias, pues a m’ se me presenta una circunstancia y yo actœo de acuerdo con esa y con los principios que considero costarricenses, de nuestro modo hist—rico de pensar.

 

Entonces, Àeso no era una de sus metas primarias?

-Desde el principio dije que iba a luchar contra la corrupci—n. Lo que no sab’a -y me ha dolido mucho- es que iban a aparecer personas que yo quer’a mucho y se vieron envueltas en esc‡ndalos pol’ticos y econ—micos. EntiŽndase que al expresidente Rafael çngel Calder—n lo vi crecer, que es hijo de una de las personas que he admirado y querido m‡s en la vida. As’ es que este proceso para m’ ha sido muy doloroso. Jam‡s esperŽ que me pusieran a ir a hablar con todos los jefes de Estado de AmŽrica sobre cosas que no eran ciertas y que iba a quedar en rid’culo.

La lucha contra la corrupci—n ha sido no solo en ese campo. Me ha tocado la parte triste de meter a los del Banco Anglo Costarricense en la c‡rcel, aunque sean amigos m’os. Igual he tenido que romper imperios de proxenetas, acabar con reinados que se dec’an puros en defensa de la juventud y que resultaron todo lo contrario.

TambiŽn me ha tocado defender a ultranza la ecolog’a en contra de intereses corruptos muy poderosos.

 

Esa manera de ser suya, de la cual usted comentaba, y su forma de exigirle a la gente cumplir con la ley, ha sido cuestionada por grupos que aseguran que el presidente ha eludido la responsabilidad por el C—digo Electoral debido a las donaciones recibidas durante la pasada campa–a. ÀEstima que esto le resta autoridad moral ante quienes critican la violaci—n de las leyes?

-Hay grupos muy interesados en contaminarme, en decir que tengo que ver con el mal manejo de dineros de campa–a. ÀPor quŽ lo hacen? Porque consideran que posiblemente hubo algo as’ y por eso me van a poder manipular como han hecho con otros. Pero es muy obvio que esa plata (las donaciones hechas por el gobierno de Taiw‡n a la campa–a de Pacheco) nunca la toquŽ. Si alrededor de m’ hubo circunstancias que no se apegaban a la ley, pero que no ten’a por quŽ conocer y que nunca apoyŽ, o mucho menos toquŽ dinero, entonces soy totalmente inocente y el pueblo lo sabe. Lo m‡s que hice es lo actuado por todos los candidatos de los partidos a travŽs de la historia. Que «mire, que le van a hacer una donaci—n», entonces yo me siento y digo: «Muchas gracias. Si usted pretende adquirir a cambio de eso algœn favor, pues no hace falta que me lo dŽ. Yo actœo justamente». «No, don Abel, queremos contribuir con la democracia», este es un estribillo constante en toda la gente que me da dinero.

Adem‡s, parto del punto que los dineros que vienen del extranjero van a ser utilizados como la ley dice, no tengo por quŽ saber si esas platas exceden las sumas autorizadas o si se han dedicado a cosas no permitidas por la ley que expl’citamente dice, en investigaci—n, pueden invertirse esos recursos. S—lo hacer encuestas, eso es investigaci—n, algo car’simo por cierto.

 

ÀPiensa dejar en manos del pr—ximo presidente el diferendo que ha tenido Costa Rica con Nicaragua por la navegaci—n en el R’o San Juan?

-No, estamos claros que en setiembre debe quedar dilucidado. Estamos en conversaciones fraternas con los nicaragŸenses para ponernos de acuerdo. Si no fuera posible, pues acordar’amos -aclaro, sin pleitos, entre hermanos- buscar una instituci—n imparcial en el mundo para que diga quiŽn tiene raz—n.

 

Uno de los temas inconclusos es el Plan Fiscal. ÀConsidera que fueron los del Movimiento Libertario (ML) m‡s h‡biles que usted para negociarlo?

-El ML acaba de sufrir una inmensa derrota. Vea usted algunas encuestas en las que salen con menos del 1%. Lo que el pueblo le quiere decir es: «no queremos esa pol’tica». Entonces, Àde quŽ triunfo pueden hablar? Fue aprobada la reforma al Reglamento de la Asamblea con lo cual se acaba el «filibusterismo». Es que Costa Rica no ha valorado el gran triunfo democr‡tico que fue ese, que el parlamento dejar‡ de estar entrabado para siempre. Eso nos encamina a que el Plan Fiscal pueda ser aprobado. Repito, ya a m’ eso no me va a beneficiar porque no recibirŽ ese dinero para invertir en el pa’s.

 

Algunos analistas han dicho que a usted le falta liderazgo pol’tico para convencer y negociar con un Poder Legislativo tan fraccionado como el actual. ÀComparte la apreciaci—n de los especialistas en este sentido, o le falt— un ministro que lo ayudara en esa labor?

-La œnica fracci—n que se ha mantenido unida es la del partido que me llev— al poder. Ya si se pelean las fracciones del Libertario, del PAC, los de Liberaci—n, ÀquŽ tengo que ver yo con eso? Mi bancada se mantiene unida: son 19 diputados y todos votaron por la citada reforma al reglamento.

DespuŽs de que venimos en una Asamblea en la que nada funciona, por espacio de 200 a–os, y haber logrado las cosas que estamos logrando, pues yo estoy muy contento. Creo que ha habido un manejo pol’tico que nos ha permitido ir llegando a la metas. Claro que hemos tardado mucho. Para beneficio de mi pueblo, yo hubiera querido tener el Plan Fiscal listo desde que lleguŽ al poder, con o sin TLC, porque viene un periodo incre’ble de competencia comercial en el mundo.

 

Al comenzar su gobierno, usted le coment— a UNIVERSIDAD que no «ten’a miedo a una Asamblea fraccionada» y agreg— que «en la defensa de los proyectos que me interesan no encontrarŽ oposici—n porque son los que le interesan al pueblo». Entonces, ÀquiŽn y quŽ fall— en esto?

-Ya ve usted que los partidos de centro, los tradicionales y m‡s responsables, han logrado ponerse de acuerdo. Y tal como dije, yo no le tengo miedo al di‡logo con la gente de los partidos responsables. Las agrupaciones que quieren seguir haciendo populismo a costa del progreso de Costa Rica, pues claro que seguir‡n haciendo populismo. ÀQuiŽn para eso? Si ellos creen que ese es el camino al triunfo electoral … la historia ha demostrado que est‡n equivocados. Que actuar responsablemente frente al pa’s con miras al futuro es lo que mantiene vigentes a los partidos pol’ticos.

Vea que los que encabezan la popularidad electoral son los grupos que han sabido ser responsables, a pesar de la cr’tica actual porque mucha gente me ha «volado» muy duro por la reforma reglamentaria del parlamento. Y, sin embargo, el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) se mantiene como la segunda fuerza del pa’s.

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