La Cámara de Productos Genéricos señala que aún existe una “presa” para el registro de nuevos productos, pese a que no hay impedimentos reales para se realice el trámite. (Foto: archivo)
El registro de nuevos productos agroquímicos genéricos en Costa Rica sigue paralizado, pese a que —según la Cámara Nacional de Productores Genéricos (CANAPROGRE)— no existe ningún motivo por el cual el Servicio Fitosanitario del Estado (SFE) no deba tramitar las nuevas solicitudes.
Desde diciembre del año anterior, una resolución de la Sala Constitucional despejó las dudas sobre el trámite por seguir para el registro de nuevos principios activos; sin embargo, hasta el momento no hay nuevos productos avalados.
Para los productores agropecuarios, el registro de agroquímicos genéricos es una vía por la cual pueden bajar sus costos de producción, ya que el precio de estas sustancias es menor que el de los productos de “marca”.
REGISTROS PARALIZADOS
Román Macaya, vicepresidente de la CANAPROGRE, comentó que el problema para el registro de los agroquímicos viene desde el año 2004, cuando la Contraloría General de la República decidió meterse en este tema y alegó que el aval a nuevas sustancias debía realizarse por “equivalencia”.
Esta última se refiere al proceso de avalar una “molécula” o “principio activo” de un producto genérico, solo si se le puede comparar con uno que ya exista en el mercado y que tenga completos los estudios correspondientes.
A raíz de este criterio, en el 2006 se produjo una negociación entre empresas multinacionales y empresas de genéricos, en la que se llegó a un acuerdo para publicar un reglamento, al que las multinacionales le presentaron luego una acción de inconstitucionalidad.
En el reglamento, se definía que cuando no existiese la información completa para hacer la “equivalencia” de una molécula en un producto genérico, la comparación se haría con algún producto que ya estuviese en el mercado o con el que se determinara el mayor grado de “pureza” de la sustancia.
Esta fue la acción que finalmente resolvió la Sala Constitucional hasta el año anterior, y que durante todo este tiempo sirvió como pretexto para que no se realizaran nuevos registros.
La única excepción, indicó Macaya, se produjo con la aprobación de la Ley 8702 del 2009, en la que se dio trámite a las solicitudes de ciertos productos que habían iniciado su proceso antes del 2004.
El abogado de la Cámara de Genéricos y director ejecutivo de CANAPROGRE, Sigurd Vargas, comentó que la resolución de la Sala Constitucional solo acogió parcialmente el recurso planteado por las transnacionales y únicamente se eliminó el apartado 7.3.2, del artículo 2 del reglamento.
Dicho artículo establecía la posibilidad de buscar un perfil alternativo de comparación, cuando no se tuvieran los datos completos de la sustancia por registrar, por lo que ahora es deber de las autoridades del Servicio Fitosanitario del Estado elaborar los perfiles en los casos en que no se tienen definidos.
Tanto Macaya como Vargas consideran que esa resolución de la Sala limita el registro de algunas sustancias de las cuáles no se tienen los datos completos, pero reconocen que al menos el panorama del registro de productos quedó claro y las autoridades deberían actuar sobre esa base.
“Podría asegurar que Costa Rica es uno de los países con mayor parálisis en el registro de agroquímicos genéricos en América Latina”, criticó Macaya.
Agregó que incluso los nuevos productos de “marca”, traídos por las multinacionales tienen problemas para el registro, para lo cual hasta el momento no existe una explicación clara de parte del Servicio Fitosanitario
UNIVERSIDAD intentó contactar al jefe de Insumos agropecuarios del SFE, Jorge Araya; o al jefe de la Unidad de Registro, Esaú Miranda; pero al cierre de esta edición se indicó que ambos funcionarios se encontraban fuera del país y que solo ellos podían referirse al tema.
Por otro lado, Guido Vargas, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores (UPANacional), aseguró que los productores agrícolas del país son los más interesados en que esta “presa” de registros se resuelva cuanto antes.
Vargas explicó que es necesaria una “competencia” entre las sustancias de marca y los productos genéricos, para que los precios en el mercado bajen y los agricultores vean aliviados sus bolsillos.
“Cuando hay un producto de marca que tiene una competencia, los dos productos bajan automáticamente y uno como agricultor tiene más alternativas”, comentó.
A su parecer, así como a los productos de los agricultores los someten a las leyes del mercado y la competencia, las sustancias de “marca” deberían competir libremente con los genéricos.