La salida del Ministro de Ciencia y Tecnología, Rogelio Pardo, abrió de nuevo los fuegos entre los sectores sociales y los grupos empresariales, que se acusan mutuamente de querer controlar el gobierno en la definición de la sociedad.
Rogelio Pardo renunció el 8 de julio al cargo de Ministro de Ciencia y Tecnología.
Las declaraciones del jerarca sobre dar participación a la empresa privada en la prestación de servicios de valor agregado del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), no son nuevas, pues sus críticas han sido constantes contra la institución, su presidente Pablo Cob y la junta directiva (ver nota aparte). Las afirmaciones las rindió recientemente ante la Unión de Costarricense de Cámaras y Empresa Privada (UCCAEP).
Actualmente una parte de estos servicios está en manos del sector privado, como el sistema de Internet por cable o el «call center» (centro de llamadas internacionales).
«Las afirmaciones de Pardo no son ninguna inocentada», afirmó el politólogo Alberto Salom, quien sostiene que esas apreciaciones tienen una carga muy particular, al darse en un contexto de tensión social sobre el tema del monopolio en energía y telecomunicaciones.Esto debido a que existen dos claras posiciones sobre el futuro del ICE en la sociedad, como son la propuesta de un proyecto nacional y social, que mantiene el control estatal o la apertura a la competencia de las empresas transnacionales.
Para Salom, con sus declaraciones Pardo «abrió el portillo» para que los empresarios tuvieran otras expectativas de venta de servicios por parte de la institución, que no son objeto de ser privatizados dentro de los lineamientos del presidente Pacheco.
Agregó en que el sector empresarial reaccionó con beligerancia de nuevo, al acusar al mandatario de ceder a las exigencias del líder sindical, Fabio Chávez, presidente de la Asociación de Empleados del ICE (ASDEICE), porque se pretende «hacer pagar los platos rotos al sector sindical».
En su opinión la insistencia de los grupos empresariales en acusar a esta administración de impulsar un «estado corporativo», en clara alusión a la relación entre gobierno y organizaciones sindicales, muestra claramente que a las cámaras no les gusta el proyecto social, que abre las puertas a otros grupos que no han tenido voz hasta ahora.
Agregó que un sector dominante del empresariado quiere seguir con el «patrimonio» de dirigir los destinos del país.
Una posición similar expresó la politóloga Marianela Aguilar, quien considera que con la salida de Pardo se acentúa una polarización de grupos contrarios, que discuten sobre el futuro nacional.
A su juicio es «saludable» que estas posiciones salgan a la luz pública, ya que de esa manera la ciudadanía conoce el debate que hay sobre el tema de la energía y las telecomunicaciones. Considera que ello permite a la opinión pública incidir en esas definiciones, aunque existan sectores que prefieren que estos temas se sigan negociando «debajo de la mesa y mediante pactos».
Una opinión contraria expresó el historiador y politólogo, Manuel Araya, quien sostuvo que existe una clara competencia entre los sectores sociales, económicos y gremiales, por su participación en el poder.
Según Araya, es claro que los gremios buscaron con las declaraciones de Pardo ante las cámaras, un «pretexto» para tratar de sacar del juego a un claro opositor a sus planteamientos sociales . «El ministro no dijo nada nuevo ni provocador», sentenció.
¿Ministro de la discordia?
Rogelio Pardo tuvo choques con el presidente ejecutivo y la junta directiva del ICE durante su gestión:
– Se opuso a la tecnología celular GSM, asignada a empresa ALCATEL, por considerarla inadecuada; propuso la de tercera generación, desarrollada en Estados Unidos.
– Criticó la asignación dada a la empresa ALCATEL, de la primera etapa del desarrollo de la Red Internet Avanzada.
– Pidió asignar a una empresa la licitación de la segunda etapa de la Red Internet Avanzada.
– Afirmó que Pablo Cob era suave con algunas empresas de telecomunicaciones.
– Pretendió que el área de telecomunicaciones del ICE quedara bajo la rectoría del Ministerio de Ciencia y Tecnología.
– Pidió la intervención del ICE por parte de una comisión de notables para que investigara la institución.
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