El sector privado eléctrico de capital costarricense se abocaría a invertir en otros países de la región, si la discusión sobre la apertura en el área continúa posponiéndose y no se aprueba el proyecto de ley respectivo en los próximos años.
Mario Alvarado, director de la Asociación Costarricense de Productores de Energía (ACOPE), manifestó a UNIVERSIDAD que a estas empresas no se les permite participar por barreras artificiales, mientras que sus homólogos en otros países sí lo están haciendo, por ejemplo Colombia.
A su parecer, el proyecto de ley de contingencia recién presentado por el Gobierno -que busca promover la instalación de plantas eléctricas que suministren energía renovable entre el 2014 y 2018- es un paso importante, pero es fundamental seguir discutiendo el tema de la ley general, con el fin de llegar a una solución permanente.
Por su parte, el presidente de la Unión de Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (UCCAEP), Manuel Rodríguez, también apoyó esa propuesta, al argumentar que es un método para alejar el “fantasma de los apagones”, por los atrasos en los proyectos hidroeléctricos Diquís y Reventazón, que estiman pérdidas de más de $2000 millones adicionales en generación térmica, según expresó en un comunicado de prensa.“NO SOMOS UNA ISLA ELÉCTRICA”
El director de ACOPE mencionó que el sector privado ahora tiene experiencia en la construcción de plantas, pero que se ha decantado por establecerlas también en zonas de Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, México y Chile, entre otros.
Respecto a la energía geotérmica y el monopolio del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) para su investigación e implementación, alegó que “nuestros asociados son buenos en el desarrollo de esa tecnología”.
“Deberíamos –agregó- poder trabajar en ese sector, en áreas donde no haya impedimento. El sector lo que ha hecho es establecer plantas en otros países; quisiéramos hacer el trabajo aquí en Costa Rica si las condiciones están definidas para llamar a la inversión privada y que la gente pueda construir sus proyectos”.
De acuerdo con la legislación planteada, el ICE debe buscar socios estratégicos para desarrollar sus proyectos. Alvarado comentó que solo conocen la información divulgada a través de la prensa, de empresas brasileñas y chinas interesadas en hacer esas alianzas. Sin embargo, reconoció que compañías privadas locales sí podrían trabajar bajo ese esquema, si la institución establece las bases que lo permitan.
Por el momento, hizo ver que lo que les queda es seguir vendiendo la electricidad que producen a la entidad rectora y esperar la aprobación del proyecto de contingencia, así como que se facilite el espacio máximo a la energía renovable.
“Lo que podemos desearle al ICE es mucha suerte, porque el país la ocupa. El proyecto Reventazón es muy complejo en lo técnico y Diquís en lo geológico. En la medida en que estos proyectos se atrasen más, tenemos más riesgos de que falte energía”, advirtió.
Respecto de cuál proyecto se debe retomar (el sector apoyó la propuesta de los hermanos Óscar y Rodrigo Arias, que pretendía una apertura total del mercado), anunció que aceptarán trabajar bajo las condiciones que el país establezca, en caso de que prospere la iniciativa de la actual administración (que promueve una apertura moderada con el ICE, aparte de la competencia de otros entes).
Pero, dijo que insistirán en que el mercado mayorista en competencia es la mejor opción para el país (esto a pesar de que especialistas y trabajadores en el campo aseveran que dicho sistema no funciona y que atenta con el modelo solidario del ICE).
“Hace rato pasaron las épocas de monopolio y comprador único. Los monopolios no funcionan bien, dejamos de ser una isla desde el punto de vista eléctrico; tenemos conexiones con todo Centroamérica, pero no estamos solos; los otros países centroamericanos también se están moviendo, y la red centroamericana ya ha permitido la interconexión México-Guatemala, y Panamá tiene acuerdos muy grandes con Colombia”, destacó.
Añadió que están igualmente interesados en exportar energía, una vez que se cubran las necesidades locales, pero que mientras el espacio no esté abierto, no lo podrán hacer.
Generación privada sí, pero con medida
El exregulador general y exintegrante del Consejo Directivo del ICE, Leonel Fonseca, comentó que los generadores privados han hecho algunos proyectos de interés, pero que han sido tímidos y han tenido un perfil bajo, pues no han divulgado ni promocionado su actividad, debido a lo que calificó como “una satanización” que se ha hecho de su trabajo.
No obstante, afirmó que su mayor interés es obtener ganancias y debilitar al máximo el ICE, para poder vender libremente en el ámbito nacional e internacional.
Criticó que la UCCAEP ha atacado en los últimos siete gobiernos a esa institución pública, ignorando que serían los primeros y más afectados por apagones o racionamientos.
“Estoy de acuerdo con que parte importante -y puede ser en las magnitudes que expresa el proyecto de ley de contingencia- la desarrolle el sector privado, pero que sean empresas nacionales y no ‘testaferros’ ni las mismas multinacionales”.
Citó que las obras para satisfacer la demanda pueden repartirse, dejando al ICE con los proyectos estratégicos y más grandes, y a las cooperativas eléctricas y empresas municipales los medianos, que consideren conveniente ejecutar.
A los generadores privados de capital costarricense, se les pueden conceder los proyectos que dentro de los límites establecidos demuestren que tienen toda la capacidad técnica, institucional y financiera para desarrollar.
Explicó que esas empresas privadas tendrán que ser capaces administrativa, técnica y financieramente de poner en operación y mantener sus proyectos, sin disponer de forma gratuita de los estudios y planeación del ICE, como lo establecería el proyecto de ley general de electricidad.
Según Fonseca, no se debe permitir a los generadores privados ni grandes consumidores, la exportación de sus excedentes y producción al exterior.
Por su parte, Fabio Chaves, presidente de la Asociación Sindical de Empleados Industriales de las Comunicaciones y la Energía (ASDEICE), indicó que la entidad no puede hacer alianzas con empresas privadas locales, porque no tienen el capital para hacer plantas, además de que gracias a su apalancamiento puede recibir recursos internacionales y préstamos para hacer inversiones.
Sobre las amenazas de apagones, cuestionó que desde la lucha contra la aprobación del “combo eléctrico” en el 2000, se viene promoviendo ese mismo argumento.
“Hay muchas presiones de organismos privados. Quieren hacer lucro y negocio a través de transnacionales y hacen cabildeo para abrir las leyes. Los proyectos hidroeléctricos de Diquís y Reventazón han tenido una campaña mediática de mentiras, pero logramos demostrar que el único modelo exitoso es el que ha seguido el ICE, con un sistema robusto y de calidad”, resaltó.
El dirigente se refirió a que el proyecto de ley de contingencia, al que llamó un “plan b” de la Administración, consiste en la misma idea de entrar en el negocio y abrirles las puertas a consorcios internacionales.
Aludió a que los partidos de oposición tienen la obligación de seguir el tema, esperando una actitud patriótica de bancadas como el Partido Acción Ciudadana, Frente Amplio y Accesibilidad sin Exclusión, que anteriormente se manifestaron el contra de la apertura total del mercado eléctrico.