Diversas agrupaciones consideran que las posiciones conservadoras de los próximos poderes ejecutivo y legislativo pueden violentar sus derechos.
Varios grupos sociales manifestaron que el acercamiento de la presidenta electa Laura Chinchilla con sectores conservadores puede ser contraproducente para el avance de proyectos que han suscitado debate entre la ciudadanía.
Los encuentros que la futura mandataria tuvo con la cúpula de la Iglesia Católica y con los diputados electos de los partidos cristianos Justo Orozco de Renovación Costarricense y Carlos Avendaño de Restauración Nacional, así como su participación en eventos como la marcha por la Vida y la Familia (actividad que se oponía a las uniones homosexuales y el aborto), desataron la polémica debido a que se consideran como un entierro a iniciativas como el Estado Laico, las sociedades de convivencia y la despenalización de la interrupción del embarazo.
Un comunicado de la oficina de prensa de Chinchilla enviado después de una reunión con los próximos legisladores de partidos cristianos indicó que ella reafirmó “su posición de no promover o apoyar proyectos de ley que contemplen la posibilidad de abrir temas como el aborto o los matrimonios de personas del mismo sexo”. Añadió que “en relación al tema sobre el Estado Laico, coincidió con los líderes políticos en que no es un tema prioritario y que por lo tanto no será punto en la agenda legislativa impulsada por el futuro Poder Ejecutivo”.
Además, el anuncio del establecimiento de una comisión de trabajo con la primera institución, el posible surgimiento de un Ministerio de la Familia y su nombramiento como hija predilecta de la Virgen María un día después de los comicios electorales, aumentan la inquietud de grupos minoritarios.
DESINFORMACIÓN
La dirigente feminista Ana Felicia Torres, manifestó que el triunfo de Chinchilla conlleva a una derechización que va de la mano con una avanzada del conservadurismo, que sella matrices ideológicas autoritarias que fomentan la intolerancia.
“Su llegada no pone en jaque la estructura conservadora, se defiende la familia y la heterosexualidad obligatoria”.
Torres, presidenta de la Nueva Liga Feminista, comentó que hay un nivel de beligerancia de la jerarquía de la Iglesia Católica respecto de la autonomía de las mujeres en sus derechos sexuales, y ahora esta institución ganará terreno, por el respaldo que la próxima gobernante de a sus posicionamientos públicos.
“Parece que el país llegó a su límite de mayor tolerancia al aceptar a una presidenta, se ve como una apertura suprema. Es una fantasía de sociedad más democrática e inclusiva, pero sella posiciones conservadoras y autocomplacientes”.
Paola Brenes, psicóloga social y activista de los derechos de la población homosexual afirmó que el mensaje de Chinchilla es desinformante, ya que al oponerse a las uniones entre personas del mismo sexo, se refiere a los matrimonios, y el proyecto de ley de sociedades de convivencia no contempla dicha figura. No obstante, indicó que su posicionamiento no es nuevo, pero que luego de ganar las elecciones, este discurso se recrudeció.
“La alianza con los grupos conservadores es muy clara en términos de derechos humanos, no solo en el Poder Ejecutivo, sino también en el Legislativo pues designa a una diputada electa, Viviana Martín, como representante de la comisión de enlace con la Iglesia Católica”.
Brenes expresó que serán cuatro años de constante lucha en estos temas, que muchas veces resultan incómodos, pues personas involucradas en la política los apoyan pero no corren el riesgo de declararse abiertamente a su favor.
Señaló que es urgente que el mandatario Óscar Arias envíe el proyecto de sociedades de convivencia a discusión a la Asamblea Legislativa, ya que un posible referendo para aprobarlo o rechazarlo avivaría el odio hacia los y las homosexuales y sería orientado por los grupos que cuentan con más recursos económicos.
TIEMPOS MODERADOS
Abelardo Araya, presidente del Movimiento Diversidad, grupo en apoyo a la ciudadanía gay, lesbiana, bisexual y transgénero (GLBT), criticó que la excandidata oficialista asume públicamente una postura rígida y conservadora, pero que se ha evidenciado falta de información porque el tema de derechos humanos no ha sido su fuerte.
Mencionó que Chinchilla no visualiza que quienes sufragaron por ella no votaron necesariamente en contra de los derechos de las personas homosexuales, y que hay más sectores a favor de esta población, como sindicatos, movimientos de mujeres y federaciones de estudiantes.
Refutó que la jerarquía de la Iglesia Católica rechaza toda práctica que no sea reproductiva y recalcó que el discurso del modelo de familia tradicional ya no predomina. Destacó el apoyo recibido en la manifestación del pasado 4 de marzo en la residencia del presidente Arias, para que este envíe al Congreso el proyecto de ley de sociedades de convivencia.
Comentó que a finales de mes se reunirán con algunos de los diputados electos en un foro para discutir sobre estos tópicos, a la vez que lanzó una invitación a Chinchilla para que se reúna a dialogar con líderes de este sector, al igual que lo hizo con otros grupos.
Por su parte, Seidy Salas, de la Colectiva por el Derecho a Decidir, y una de las promotoras del proyecto de Estado Laico, opinó que el acercamiento público de la liberacionista con la cúpula católica y otros grupos religiosos envía una señal de que tendrá preferencia por esos sectores, aunque vaya en detrimento de minorías costarricenses que reclaman sus derechos, posición que perjudica la generación de debate.
“La injerencia de grupos conservadores en las decisiones nacionales no solo afecta en el Estado Laico y sociedades de convivencia, sino que interviene en asuntos urgentes como la aprobación del capítulo de derechos sexuales y reproductivos de la Ley General de Salud, la reglamentación del uso de la anticoncepción de emergencia y la urgente puesta en marcha de un programa nacional de educación para la sexualidad”.
Sobre la conformación de la Asamblea Legislativa, consideró que no ofrece un panorama alentador para las minorías, porque varios legisladores y legisladoras se han expresado en contra de esos temas, como los cristianos y los del Partido Accesibilidad sin Exclusión (PASE).
“La tarea es combatir mitos y estereotipos, promover el diálogo abierto y seguir trabajando por la creación de un clima de respeto a las diversidades en una Costa Rica verdaderamente democrática”, concluyó.
Monseñor Hugo Barrantes: “La reunión con Chinchilla fue natural”
UNIVERSIDAD buscó la opinión del presidente de la Conferencia Episcopal, Monseñor Hugo Barrantes, sobre la preocupación de varios grupos sociales sobre el acercamiento de la presidenta electa Laura Chinchilla con grupos conservadores. Barrantes expresó por medio de un correo electrónico enviado por la encargada de prensa Laura Ávila, que el encuentro entre la futura mandataria y la jerarquía católica se enmarcó dentro de la actitud de diálogo que ella ha mantenido con varios actores, por lo que “debe verse como natural, en una sociedad democrática en donde el diálogo social es un instrumento necesario para construir el bien común, y nunca debe verse como una amenaza”.
También se le consultó si estarían dispuestos a dialogar con los sectores que promueven proyectos como las sociedades de convivencia y el Estado Laico, a lo que respondió que los obispos siempre han manifestado una posición a favor de “la persona humana, la familia basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, concepto recogido en los diferentes instrumentos de derechos humanos suscritos por Costa Rica, y plasmados en la Constitución Política, así como asumidos en la jurisprudencia”.