Solís estuvo a punto de perder convención del PAC: Los 113 votos que cambiaron el rumbo

La noche del 21 de julio de 2013, los primeros cortes divulgados por el TSE daban como ganador, por un estrecho margen, al precandidato

P-01.P34-SOLIS1La noche del 21 de julio de 2013, los primeros cortes divulgados por el TSE daban como ganador, por un estrecho margen, al precandidato Juan Carlos Mendoza. (Foto Mauricio Herrera)

La historia de la candidatura presidencial del Partido Acción Ciudadana (PAC) podría haber tomado un rumbo muy diferente cuando, el 21 de julio del 2013, Luis Guillermo Solís, el hombre que el pasado domingo resultó electo presidente de Costa Rica con más de 1 314 327 sufragios, estuvo a punto de perder la convención interna de su partido por sólo 113 votos.

En setiembre del 2009, Ottón Solís conversó con su esposa, Shirley Sánchez, para evaluar una idea que le rondaba en la cabeza: dejar definitivamente de lado sus aspiraciones presidenciales.

A cuatro meses de sufrir su tercera derrota electoral consecutiva —esa vez frente a la liberacionista Laura Chinchilla—, el fundador del Partido Acción Ciudadana (PAC) había llegado a la conclusión de que esa serie de fracasos no podía atribuirse a las ideas que impulsaba su partido, sino a su propia imagen como candidato.

“La conversación fue con mi esposa Shirley, ni siquiera con el resto de la familia. Acordamos que si no ganaba en esa elección me retiraba. Fue una decisión muy previa a las elecciones, yo creo mucho en las ideas del PAC, en las propuestas de desarrollo y en los rigores éticos, los había defendido siempre. Además, le habíamos llegado a Costa Rica, el Partido había llegado muy lejos y pensé que si esta vez no ganábamos era por mí y no por la ideas.

“Me mentalicé en que, si esa vez no llegábamos a la presidencia, era yo el que estaba fallando. Tres veces es demasiado, la primera vez dije ‘si en la próxima no sacamos el 17%, me retiro’, y sacamos el 26%. Luego, en la segunda postulación casi gano, tenía que seguir a un tercer intento, era un absurdo que me retirara. Pero si ya un país que lo conoce le dice a usted tres veces que no, la falla está en uno”.

El resultado de la elección confirmó el razonamiento del fundador del PAC. En su tercer intento por conquistar la presidencia, Ottón Solís obtuvo sólo un 25% de los sufragios, un resultado que lo dejaba muy lejos del 41% de los votos que había logrado en su anterior contienda contra Óscar Arias.

El fracaso electoral, la decisión de Ottón Solís de deponer definitivamente sus aspiraciones presidenciales y de partir hacia Estados Unidos en viaje docente, desencadenó un proceso de renovación de los liderazgos partidarios.

Los rojiamarillos debían unificar las diferentes tendencias internas que tensaban la estructura partidaria y, a la vez, encontrar un nuevo candidato presidencial.

En esos meses, Alberto Salom había terminado su periodo como diputado comenzó a organizar, junto con el jefe de asesores parlamentarios, Eduardo Trejos, el politólogo Harold Villegas y otros dirigentes que venían de una tradición socialdemócrata como el economista Juan Manuel Villasuso y Felicia Cuevas, reuniones semanales en busca de una figura que pudiera reemplazar a Ottón Solís.

Salom recuerda que el grupo coincidía en que Luis Guillermo Solís reunía los atributos que el grupo andaba buscando.

“Habíamos identificado a Luis Guillermo porque él tenía el perfil que todos anhelábamos: tenía la ética del PAC a pesar de que no había sido PAC de primera generación , compartía totalmente el programa del partido, tenía una visión de largo plazo, era muy maduro y era una persona que había dado pruebas concretas de honestidad, ya que había dejado Liberación teniendo la oportunidad de surgir ahí en donde había llegado a ser Secretario General del Partido, un puesto desde donde se han hecho presidentes como Óscar Arias, Luis Alberto Monge y Daniel Oduber”.

Eduardo Trejos apunta que, además, la búsqueda de la corriente que se llamaba el “no grupo” se enfocaba en impulsar un liderazgo que lograra unificar a las diferentes corrientes partidarias en lugar de confrontarlas.

“Veíamos en Luis Guillermo la figura que podía generar esa unificación, era una época convulsa, Epsy Cambell y Román Macaya habían decidido combatir al Ottonismo y, en contraposición, comenzamos a proponer el lema ‘Unir para avanzar”.

CABEZA A CABEZA

Finalmente, la oferta de dirigentes que postularon su nombre para ser candidato presidencial del PAC para las elecciones 2014 quedó conformada por Juan Carlos Mendoza, Epsy Campbell, Ronald Solís y Luis Guillermo Solís.

En ese escenario, a diferencia de sus contendores, Luis Guillermo era un perfecto desconocido para la opinión pública.

Epsy Campbell, exdiputada, era una figura histórica del Partido y había sido candidata a la vicepresidencia junto a Ottón Solís, era la figura más conocida del partido. Ronald Solís y Juan Carlos Mendoza habían tenido una amplia exposición mediática por sus labores como diputados del PAC; este último, incluso, había sido Presidente de la Asamblea Legislativa.

Luis Guillermo Solís, por su parte, había ocupado cargos de bajo perfil público en la Cancillería y, según una encuesta publicada por la firma UNIMER en julio del 2013, sólo era conocido por un 2% de los costarricenses.

Los primeros cortes difundidos por el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) con los resultados de la elección daban el triunfo a Mendoza con un 36.98% y Solís perdía con un 33,99% de los sufragios.

El excandidato Juan Carlos Mendoza recuerda que “la noche de la elección interna fue una noche con resultados contradictorios. No existía claridad, aparecía una ligera diferencia a mi favor y había entusiasmo en el movimiento que me apoyaba, pero de mi parte hubo cautela, había una mezcla de emociones. Hubo que esperar prácticamente una semana para terminar el recuento de votos”.

La grabación de las entrevistas efectuadas esa noche refleja a un Luis Guillermo Solís sereno pero cauto, que llamaba a esperar el recuento final de todas las mesas de votación.

Alberto Salom revela que esa confianza del candidato estaba fundada en datos concretos elaborados por su equipo de campaña que le indicaban que había ganado la contienda.

“Nosotros sabíamos que habíamos contado con el apoyo de los sectores sociales, Luis Guillermo tenía la ayuda de Víctor Morales Zapata y también recibimos el apoyo de la juventud y de los académicos de la UCR y de la UNA, que fue un apoyo muy importante. Publicamos una carta de apoyo con los nombres de gente que tiene mucho liderazgo en el ámbito universitario”.

El subibaja entre los triunfos de Solís y Mendoza continuó durante una semana, mientras ambos contendientes participaban juntos de una negociación para consolidar una alianza electoral con el Frente Amplio y Alianza Patriótica.

Finalmente, la alianza no se concretó y las urnas dieron su veredicto final: el candidato del PAC para las elecciones 2014 sería Luis Guillermo Solís Rivera. Lo demás es historia conocida.

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