La telefonía celular y la red de Internet avanzada son considerados como los servicios de más alta rentabilidad.
La exigencia para que dentro del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) facilite al sector privado el negocio de la telefonía celular e Internet, lejos de ser un simple «antojo» de los empresarios o una bagatela para el país, representa la entrega de lo que algunos llaman la «posta» o «carnita» de esta lucrativa actividad.
En el marco de las negociaciones de dicho TLC, la apertura de las telecomunicaciones que maneja el ICE se ha convertido en la meta que ansían todos los sectores empresariales -nacionales y foráneos-, dado que es la actividad que genera más ganancias y en un corto plazo.
Así lo considera la presidenta de la comisión mixta legislativa que estudia las reformas al ICE, Gloria Valerín; el coordinador del Frente Interno de los Trabajadores (FIT) del ICE, Jorge Arguedas; y Verny Zamora, del Área de Planificación Estratégica del Sector de Telecomunicaciones.
Difiere en esta apreciación el vicepresidente de la Cámara de Exportadores de Costa Rica (CADEXCO) y presidente de la Cámara de Productores de Software, Alexánder Mora.
«¿Por qué no piden ir a desarrollar los teléfonos públicos o Internet a Talamanca?, o crear grandes redes y sistemas en los que hay que invertir en todo el país?», reclamó la legisladora Valerín durante la celebración del cuadragésimo aniversario de las telecomunicaciones en manos del ICE, celebrado el pasado 28 de octubre.
Dicha acto tuvo lugar en el ICE, con la mesa redonda «Las telecomunicaciones en Costa Rica: 40 aniversario de su nacionalización». Como panelistas participaron Valerín; Arguedas; Pablo Cob, presidente ejecutivo; Álvaro Retana, subgerente de Telecomunicaciones; y Jorge Rodríguez, funcionario que hizo un recuento histórico de este sector.
La diputada Valerín se refirió a la importancia estratégica de las telecomunicaciones y la soberanía nacional, concepto que implica para el Estado tomar sus propias decisiones, sin que otros le impongan órdenes.
Sobre este último concepto, dijo que «en la realidad está muy matizado», pues no siempre se respeta el modelo o la visión de desarrollo que ha sido planteado para alcanzar determinados objetivos.
«Por supuesto que en el tema de las telecomunicaciones, su valor estratégico tiene un enorme peso en relación con ese modelo de desarrollo que la ciudadanía costarricense ha escogido y en relación con el tema de la soberanía», añadió.
De acuerdo con Valerín, la celebración de este aniversario ocurre en un momento coyuntural, cuando las fuerzas políticas y económicas presionan para cambiar el modelo, orientado a llevar justicia y progreso a la población costarricense.
Recordó que la opción escogida por el país hace varias décadas, tuvo como principio la universalidad y la solidaridad en la prestación de estos servicios, lo cual solo se puede lograr mediante un modelo como el desarrollado hasta ahora, y no a través de uno basado en la competencia y el libre mercado.
«LAS QUIERO TODAS»
La petición de abrir al sector privado la prestación de servicios de banda ancha en la telefonía celular e Internet -planteada recientemente por el representante comercial estadounidense Robert Zoellick- puso en evidencia el interés empresarial de quedarse con las operaciones más lucrativas de este campo.
Acerca de esta intención, Valerín la comparó con un antiguo anuncio comercial de sandalias para la playa, en el cual el personaje decía: -«Las quiero todas».
Advirtió que entregar estos servicios va contra los intereses del país, pues ellos son parte de la base económica que ha permitido repartir mejor la riqueza y lograr un desarrollo con paz social, a diferencia de otras naciones, en donde vendieron los activos estatales.
No obstante, el jerarca del ICE -Pablo Cob- aclaró el 28 de octubre que aún no se ha definido cuáles áreas de las telecomunicaciones se negociarían en el TLC para su eventual apertura.
Ante esta opción -agregó-, lo primero que hay que hacer es lograr un fortalecimiento del ICE, y así poder competir sin desventajas con las empresas que incursionen en este mercado.
Menos optimista se mostró el coordinador del FIT -Jorge Arguedas-, al considerar que ante una apertura de las telecomunicaciones las empresas privadas no van a procurar -por ejemplo- un desarrollo de la telefonía rural, como se pactó en Venezuela y después no cumplieron.
Estima que lo mismo ocurriría si se entrega una banda ancha para la telefonía celular o servicios prestados por Internet. Esto implicará para una gran parte de la población renunciar al acceso solidario que siempre ha procurado el ICE, lamentó.
Arguedas advirtió que una banda para telefonía celular que factura $200 millones anuales (¢82.400 millones), sería compartida con una empresa transnacional.
De acuerdo con el subgerente de Telecomunicaciones del ICE, Álvaro Retana, se calcula en $600 millones el volumen anual de operaciones que se generan en este sector.
Los ingresos de este mercado habría que dividirlo entre distintos operadores, si se llega a concretar la apertura que exige el TLC con Estados Unidos. Además -comentó Retana- esto obligaría a modificar el modelo solidario que ha impulsado históricamente el ICE, pues se eliminarían los subsidios para algunos grupos sociales.
En su criterio, la sobrevivencia del ICE como competidor en un mercado abierto dependerá de si es fortalecido de previo, pues lo contrario significará quedar a merced de empresas poderosas que terminarían por aniquilarlo.
Por su parte, Verny Zamora -del Sector de Telecomunicaciones del ICE-, también sostiene que rubros como Internet Avanzada, telefonía móvil y las redes corporativas, son la «posta» de estos servicios. «Lo único que quedaría es la telefonía básica y con clientes marginales».
Más contundente fue la directora de la Escuela de Administración Pública de la UCR -Mayela Cubillo-, al catalogar las intenciones estadounidenses como «una apertura disfrazada».
«¿Por qué no hablan de apertura en electricidad y solo en Internet Avanzada, celulares y banda ancha para ser utilizadas por las multinacionales? Es porque se trata de la posta de la carne lo que quieren aprovechar», indicó (ver «Telecomunicaciones: Discrepan sobre lo qué es apertura», en página anterior).
Una visión opuesta expresó Alexánder Mora, vicepresidente de la Cámara de Exportadores y presidente de la Cámara de Productores de Software, para quien no es cierto que Internet, la telefonía celular y las redes corporativas sean la «posta» de las telecomunicaciones en un proceso de apertura.
Alegó que «la parte más jugosa es la infraestructura base. Estamos hablando de la red de fibra óptica que tiene el ICE, sus enlaces internacionales (las fibras internacionales e internas), y todo el sistema telefónico nacional. Esta plataforma de conectividad, que pertenece al ICE y RACSA, es entonces lo que hay que optimizar».