Costa Rica debe hacer valer su compromiso con la paz en un eventual Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Centroamérica, afirman un economista y un representante gremial.
Mientras un economista afirmó que Costa Rica debe prohibir la instalación en nuestro país de empresas relacionadas con productos militares, al amparo de un posible TLC entre EE.UU y Centroamérica, un dirigente gremial pidió que se investigue si la producción de la empresa estadounidense REMEC, que opera bajo el régimen de zonas francas en Barreal de Heredia, puede ser utilizada en el exterior para fines militares.
Esta fue la reacción de Juan Manuel Villasuso, economista y profesor de la UCR, y de Ricardo Segura, vice-presidente del Sindicato de Ingenieros del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), ante la información publicada por UNIVERSIDAD en su edición pasada, según la cual distintos sectores del país están demandando que se declare oficialmente a Costa Rica como un país libre de la producción de cualquier mercancía o servicio para uso militar, y que esta excepción sea expresa en la eventualidad de que nuestro país firme dicho TLC.
Como reportamos, la iniciativa es promovida de manera independiente entre sí por Francisco Cordero, asesor de la Jefatura de Fracción del Partido Liberación Nacional, Carlos Bonilla, presidente del Centro de Amigas y Amigos por la Paz, y el exdiputado José Merino del Río.
Este último también llamó la atención sobre la presencia de la transnacional REMEC en nuestro país, desde el año 2000, pues según la empresa de investigación del mercado de capitales, Dain Rauscher Wessels, el 40% de los ingresos de esta empresa provienen sus ventas al Pentágono, en el marco de programas como el Avión de Combate Táctico Stealth F-22, para la Fuerza Aérea de Estados Unidos, el Interceptor de Auto-Protección Aérea (ASPJ) para clientes militares extranjeros y para la Marina de EE.UU, el Misil Aire-Aire de Mediano Alcance (AMRAAM) para la Fuerza Aérea de EE.UU, y los programas del Misil Longbow y de Radar del Ejército de EE.UU. (Ver la edición 1517).
HACER VALER NUESTROS INTERESES
«Cada día cobra mas fuerza la idea de que Costa Rica debe plantear, de manera clara y enfática, que el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos debe excluir el comercio de bienes y servicios relacionados con la industrial militar y la guerra. Así como otros países, incluido los Estados Unidos, introducen en las negociaciones comerciales temas conexos que se relacionan con sus valores y sus intereses, así también nuestro país tiene el derecho y la obligación de hacer explícita su posición respecto a la paz y al desarme», dijo Villasuso.
El economista agregó que «Costa Rica es un país amante de la paz. Lo ha demostrado con hechos como la abolición del ejército, la Declaración de Neutralidad ante los conflictos bélicos y los esfuerzos por la pacificación de nuestra región. Ahora es el momento de dar un paso más y decirle a los países centroamericanos, a los Estados Unidos y al mundo entero que nuestra vocación es auténtica y que rechazamos todas aquellas actividades que propician la guerra, por muy rentables y beneficiosas que puedan ser desde una perspectiva económica.»
Además, para Villasuso «no es aceptable, desde un punto de vista ético y moral, que Costa Rica permanezca en silencio sobre este tema. No es aceptable que Costa Rica no ponga sobre la mesa de negociación una propuesta que expresamente prohíba el libre comercio de productos y servicios que satisfacen la demanda de la industria militar y que conducen al armamentismo y a la guerra. Es responsabilidad del gobierno de la República y de los negociadores plantear abiertamente esta posición, que sin duda tiene el respaldo de todos los costarricenses.»
Añadió que «también es responsabilidad del gobierno prohibir que se instalen en el territorio nacional, aprovechando los beneficios que concede la legislación de Zonas Francas, industrias relacionadas con la producción de armas y componentes militares. Así como rechazamos inversiones que deterioran el medio ambiente y que atentan contra valores fundamentales del ser costarricense, así también las autoridades gubernamentales deben evitar que actividades que propician el armamentismo y contribuyen a la guerra vengan a establecerse en nuestro país.»
«DEBE INVESTIGARSE»
Por su parte Segura se manifestó sorprendido por la presencia de REMEC en Costa Rica.
A pesar de que, como consignamos en nuestra edición anterior, el gerente de la empresa aseguró que la planta de Heredia únicamente produce para fines comerciales, Segura consideró necesario «investigar más a fondo sobre lo que produce la filial de REMEC Inc. en nuestro país.»
«No conocía de este asunto y, por la lectura, considero inadecuado que efectivamente se llegara a utilizar el marco del Tratado de Libre Comercio con EE.UU. para que se instalen en el país industrias cuya producción esté destinada a objetivos militares, máxime que Costa Rica de alguna forma se ha pronunciado por los esfuerzos de la paz mundial. Me pregunto que opinarían algunos políticos sobre este difícil tema», dijo.
Advirtió que «cualquier tipo de producción militar puede generar situaciones complejas, por la valoración que hagan de nuestro país precisamente otros países o grupos que son o podrían verse perjudicados con la ayuda de esa producción militar, lo que cobra más relevancia ahora con un conflicto anunciado que se sabe cuándo comenzará pero que no se sabe a ciencia cierta cuándo terminará ni cómo.»
«PUERTAS ABIERTAS»
UNIVERSIDAD transmitió esta preocupación al gerente de REMEC-Costa Rica, Randall Vega, y le solicitó proporcionar fotografías de los productos que se elaboran en la planta de Heredia, así como una descripción de los usos para los cuales se destinan.
«Yo no le puedo suministrar fotos de mis procesos por razones de seguridad de los procesos. Con mucho gusto las puertas de REMEC están abiertas para cualquier persona que quiera visitarnos, que no sea un competidor, especialmente si son personeros del ICE, ya que los productos que aquí fabricamos se los venden luego los OEM (Motorola, Siemes, Nokia, etc), al ICE y ellos pueden entender muy bien los productos que aquí fabricamos», respondió.
Vega no contestó a una segunda pregunta: «¿Puede Ud. negar enfáticamente que los módulos multifuncionales -si eso es lo que elabora o prueba REMEC en Costa Rica- no pueden ser adaptados para usos militares fuera de nuestro país?»
UNIVERSIDAD también intentó obtener una reacción del Ministerio de Comercio Exterior y hasta el cierre de edición esperaba una respuesta del ministro Alberto Trejos o de la Jefa de Negociaciones Comerciales, Anabelle González, quienes la enviarían desde fuera del país, donde se encontraban. Pero llegó el cierre de edición antes que la respuesta gubernamental.