Primero fueron los altos precios del petróleo y ahora es la crisis económica mundial la que sirve de pretexto para impulsar el proyecto de ley sobre flexibilidad laboral, que según el especialista en derecho, Mauricio Castro puede convertirse en una especie de “trampa” para los trabajadores.
El proyecto “ Ley para actualizar las jornadas de trabajo excepcionales y resguardar los derechos de los trabajadores“, fue anunciado por el gobierno como una de sus alternativas para evitar los despidos en las empresas como consecuencia de la crisis, a pesar de que no ha concluido su trámite en la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa.
El proyecto plantea que, por vía de excepción, algunas actividades sean autorizadas a establecer jornadas ampliadas de hasta 12 horas por día, o una jornada de 2400 horas por año.
En el primer caso, la persona laboraría las doce horas durante cuatro días de la semana y descansaría tres.
En la jornada anualizada se puede organizar el trabajo de tal forma que en un periodo del año se trabaje durante seis horas y en otro se trabaje en jornadas de diez; de tal forma que la suma de la jornadas al final del año, no exceda el promedio de ocho horas.
¿ADIOS HORAS EXTRA?
Mauricio Castro, profesor de derecho laboral de la Universidad de Costa Rica, explicó que el intento de aplicar algunas modalidades de flexibilidad laboral en el país data de muchos años, y este es el tercer proyecto de ley que busca cambios en la legislación.
“La discusión se centra en buscar la flexibilidad en los límites de la jornada que establecen la Constitución y el Código de Trabajo, donde no se puede exceder las 48 horas jornada diurna y 36 horas en la jornada nocturna. Mientras que por día la cantidad de horas máximas son 8, en la noche 6 y en jornada mixta 7”, explicó Castro.
El abogado indicó que uno de los argumentos para recurrir a la flexibilización laboral es que las empresas argumentan que las jornadas establecidas en la ley no permiten mantener operando una empresa las 24 horas del día, 365 días al año.
“Eso es falso, porque se puede contratar más personal y rellenar los huecos en los horarios, y así generar empleo, obviamente con el pago de los salarios y las cargas sociales correspondientes. Pero como las empresas quieren mantenerse operando con el mismo costo laboral y sin contratar a más personas, lo que necesitan es cambiar la norma laboral para adaptarla a las necesidades”, afirmó Castro.
Para Castro, es claro que de ampliarse la jornada laboral a 10 ó 12 horas, según el caso, los trabajadores estarían perdiendo la posibilidad de hacer “horas extra”, pues esta ampliación del horario no implica una remuneración adicional y tras ese tiempo es casi imposible laborar horas adicionales.
El especialista, quien integra también la Asociación de Empleados Públicos y Privados (ANEP), manifestó que si bien el esquema de jornada flexibilizada puede ser atractivo para muchas personas, es inconveniente para aquellas con responsabilidades familiares.
“Supongamos que yo entro a las 7 de la mañana, si me va bien, agreguémosle una hora antes y una después de traslados desde la casa al trabajo y regreso. Es decir que salgo a las 6 de la mañana y vuelvo a las 8 de la noche, y en todo ese lapso yo no tengo ninguna vinculación con mi casa.”
“Si yo soy la persona encargada de atender esas responsabilidades familiares, y no tengo plata para contratar a alguien para esa atención, tengo que escoger, o trabajo o atiendo mi casa”, ejemplificó Castro.
De igual forma, considera que estas jornadas pueden afectar a las personas que estudian y que tienen algún problema en la salud, que le impediría trabajar hasta largas horas.
NUEVAS ALTERNATIVAS
El Ministro de Trabajo, Francisco Morales, manifestó su apoyo al citado proyecto de ley, pues considera urgente adecuar la legislación laboral a lo que llamó las “nuevas formas de organización del trabajo”.
Para Morales, las nuevas tecnologías de la información permiten hacer variantes en las formas de trabajo más allá del cambio en las jornadas; como es el caso del teletrabajo; en las que las personas pueden laborar desde sus casas.
“El ICE tiene 16 funcionarios desde su casa, trabajando por medio de la informática. Esto tiene muchas ventajas en economía, en alimentación, en transporte, en vestido, en estrés, y se ha demostrado que enriquece la vida familiar, la productividad ha aumentado más del 100%”, aseguró el ministro.
Sobre las variaciones en la jornada de trabajo, Morales indicó que esos cambios solo se permitirían en casos excepcionales, autorizados por el Ministerio de Trabajo, y con el consentimiento de todas las personas que laboran en la empresa.
Para Morales, en estos momentos de crisis se pretende tomar en cuenta la idea del presidente Óscar Arias de reducir las jornadas laborales y los salarios, en un acuerdo entre personal y empresarios, para evitar así los despidos masivos.
“Tiene que haber un acuerdo entre las partes, porque lo que es claro es que los derechos laborales son irrenunciables”, aseguró Morales.
Industriales consideran necesaria la reforma
José Salas, Asesor de Desarrollo de Capital Humano de la Cámara de Industrias de Costa Rica, indicó a UNIVERSIDAD que la flexibilización de algunas normas laborales es necesaria para mejorar la capacidad de respuesta de la empresa al laborar los siete días de la semana.
“Al trabajador le permite una mayor estabilidad laboral, y obtener el mismo salario, con menos días de trabajo por semana. También le permite a ambos, dándole el debido seguimiento, un mejoramiento de las condiciones ergonómicas y de salud ocupacional, tan importantes en este tiempo”, señaló Salas.
En su criterio, la flexibilidad laboral tendría múltiples beneficios, como que la persona trabajadora podría estar más tiempo en su casa, con más días de descanso que en la actualidad.
Además, asegura que las personas gastarán menos al reducir sus desplazamientos al trabajo, y para las empresas esto significará un mejor aprovechamiento de las instalaciones físicas, sin incurrir en mayores inversiones.
Sobre las responsabilidades familiares, Salas indicó que las empresas se comprometen a respetar los horarios educativos y coordinará con los empleados líneas de transporte y posibilidades para el cuido de sus niños.
Salas aseguró que con la flexibilidad laboral no se acaban las horas extra, ya que el proyecto contempla la revisión trimestral de las horas laboradas. De exceder la cantidad estipulada, estas se pagan como extraordinarias.
“Se limita a 12 horas de trabajo, ya que así está contemplado en el Código de Trabajo. El proyecto sí permite laborar horas extraordinarias en los días libres o de descanso, respetando como lo indica el Código, que no sean empresas peligrosas ni insalubres”, explicó.
Para el representante industrial, el cuerpo humano puede soportar jornadas de más de 12 horas, si se tiene un descanso de un día adicional entre semana.
Algunos cambios
* Jornadas laborales podrían ser de 12 horas cuatro días a la semana, con tres días de descanso.
* Se podría laborar durante una temporada por 6 horas al día y en el siguiente periodo por 10 horas, percibiendo el mismo salario.
* Proyecto abre campo a otras variantes laborales como el teletrabajo.