El proyecto hidroeléctrico Canalete es uno de los tres que actualmente opera en el cantón de Upala, y que pronto se conectará con el P.H Bijagua, que ya inició la fase de construcción. (Foto: Katya Alvarado)

Organizaciones y ciudadanos de la zona norte no están dispuestos a que se establezca un “enjambre” de proyectos hidroeléctricos, que ponen en peligro la vida y el acceso al agua para las comunidades.

Una nutrida caminata de varios kilómetros, llegó el pasado 21 de marzo a la Municipalidad de Upala, para pedirle al Concejo de este cantón una moratoria al desarrollo de nuevos proyectos hidroeléctricos.

El Concejo recibió la solicitud de los manifestantes y acordó enviar la solicitud a la Comisión de Asuntos Jurídicos de la Municipalidad, con el fin de analizar la viabilidad y los alcances de una eventual moratoria.

La Coordinadora Norte Tierra y Libertad, que agrupa a varias organizaciones, asegura que no está en contra de la generación hidroeléctrica en sí, sino que se opone a un modelo “desproporcionado”, en el que no son necesarias tantas centrales hidroeléctricas concentradas en una sola región, en tan corto plazo.

Estas organizaciones elaboraron un informe en el que afirman que la demanda eléctrica del país no justifica esta avalancha de proyectos sobre la zona norte, y consideran que esta cantidad no persigue el abastecimiento del mercado nacional, sino la venta de energía hacia el extranjero.

INJUSTIFICADOS

El informe “Breve panorama de los proyectos hidroeléctricos en la zona norte de Costa Rica”, elaborado por la Asociación de Iniciativas Populares Ditsö, hace un recuento de  las represas hidroeléctricas instaladas y por instalarse en los cantones de Upala y Guatuso.

Según este documento, el crecimiento de la demanda energética del país en la última década no justifica que se pretenda desarrollar tantos proyectos hidroeléctricos a la vez, en una misma cuenca.

Con datos del “Plan de expansión de la energía 2010-2021” del ICE, la organización afirma que la demanda de electricidad en la última década registra un promedio de crecimiento anual del 6%, por lo que la proyección de incremento acumulado al año 2016 es de un 36%.

En lo que corresponde a crecimiento de la capacidad instalada para producir energía, el ICE esperaba para el 2016 que este rubro creciera en 1618 Megawatts (MW), es decir, un aumento del 70% con respecto al 2010.

“Es claro que el país tiene garantizado el abastecimiento desde el punto de vista de seguridad energética. No se justifica el crecimiento desordenado de tantos proyectos a lo largo y ancho del país, pues la demanda está cubierta de aquí al 2020”, afirmó Freddy Vargas, integrante de la Asociación de Iniciativas Populares Ditsö.

Para Vargas, la gran cantidad de proyectos públicos y privados que se pretende  desarrollar, sumado al proyecto de ley de contingencia eléctrica, solo buscan ampliar la posibilidad de negocio para los generadores privados en el marco de la entrada en funcionamiento del Sistema de Interconexión Eléctrica de los Países de América Central (Siepac), para vender los excedentes de energía.

Tanto Vargas como el dirigente comunal de Upala, Lino Rodríguez, afirman que los siete proyectos hidroeléctricos que se pretende instalar en la Zona Norte no traen grandes beneficios al cantón, salvo algunos empleos temporales en la etapa de construcción.

“El saldo de “costo-beneficio” de estos proyectos es nefasto, según la experiencia que ya se tiene en la zona. Hay costos ambientales muy altos en los ríos que han sido apresados, dañando la red hidrológica de cuencas del río Pizote y Zapote”, criticó Vargas.

Por su parte, Lino Rodríguez aseguró que el río Zapote está muriendo a vista y paciencia de la comunidad de Upala, ya que es donde antes se podía pescar y disfrutar de sus aguas para la recreación; ahora no se puede ir a bañarse porque existe peligro de una cabeza de agua cuando se suelta la presa, además de la contaminación.

“Queremos a Upala libre de presas, queremos que sea un cantón ecológico, queremos hablar de turismo agroecológico en el cantón,  dejemos de agredir a la naturaleza, es nuestra madre, no podemos estar bien si la madre está mal”, exclamó Rodríguez frente al Concejo Municipal, al entregar la solicitud de moratoria para estos proyectos.

DE INTERÉS PÚBLICO

Otra de las situaciones que preocupa a las organizaciones de la zona norte es la facilidad con que estos proyectos hidroeléctricos logran obtener declaratorias de “interés público y conveniencia nacional”, que les permiten hacer cambios de uso de suelo al amparo de un decreto.

Freddy Vargas afirmó que estos decretos no tienen mayor fundamento técnico y solo sirven para exonerar a los desarrolladores de algunos trámites en la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena), e inclusive, arrasar con especies de árboles que están vedados por ley, como es el caso del Laurel Negro.

Proyectos hidroeléctricos como Canalete, que tiene ya en operación la cooperativa Coopeguanacaste, en Canalete de Upala, y el denominado Bijagua, que ya está en fase de construcción, han disfrutado de este tipo de declaratorias, según Vargas.

“Estamos explorando la posibilidad de alguna acción legal, porque muchos de estos proyectos cuentan con decretos de interés público y conveniencia nacional; la “magia” es que permiten al desarrollador burlarse del artículo 19 de la Ley Forestal, para la destrucción del  bosque y las regulaciones sobre las áreas de protección de las cuencas”, explicó Vargas.

NO MÁS REPRESAS

Tras la larga caminata que reunió a gran cantidad de personas alrededor de la Municipalidad de Upala, los manifestantes entregaron al Concejo un documento, en el que explican la necesidad de detener la proliferación de plantas hidroeléctricas en la zona.

“De todos es sabido que los modelos de desarrollo impuestos a la región durante las últimas décadas,  marcados por el extractivismo, la deforestación, los monocultivos intensivos en agroquímicos, la sobreexplotación de los bienes comunes (agua, suelos, bosque, aire, biodiversidad), la transnacionalización de la economía y la nula participación de las comunidades indígenas y campesinas, si bien han estimulado actividades muy rentables desde la lógica del capital y los negocios, también han  provocado mucha exclusión social, pobreza e inequidad, lo cual se traduce en que los cantones de Upala, Guatuso y Los Chiles ocupen los niveles de mayor pobreza en nuestro país, al lado de Talamanca en Limón y Buenos  Aires de Puntarenas”, dice el documento.

En la solicitud de moratoria se advierte que en Upala ya están en operación el P.H Canalete y el P.H Los Negros, mientras que en Guatuso opera el P.H Cote.

En febrero pasado se iniciaron las obras del P.H Bijagua, mientras que otros como el P.H Los Negros II, P.H La Jabalina y el P.H Chimurria, se encuentran en trámite. Adicionalmente existen en la zona norte los proyectos Caño Grande, Las Delicias y El Niño, que cuentan con la “Declaratoria de Elegibilidad” para ser tomadas en cuenta por el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).

Los desarrolladores de estos proyectos serían empresas tanto públicas (como la Empresa de Servicios Públicos de Heredia y la Compañía Nacional de Fuerza y Luz) como privadas, incluyendo a la transnacional estadounidense Duke Energy (P.H. La Jabalina) y la italiana Ghella Spa (Los Negros I y II).

Los manifestantes expresaron su preocupación por la saturación de las cuencas regionales con estos proyectos, las limitaciones para la vida en los ríos y alrededor de ellos, así como los impactos ambientales directos que conllevan la construcción de las presas.

Tras escuchar los argumentos de los presentes, varios integrantes del Concejo manifestaron su apoyo a la iniciativa de frenar la proliferación de los proyectos hidroeléctricos en Upala.

La presidenta del Concejo, Xenia Campos, propuso una moción para que la Comisión de Jurídicos de la Municipalidad analice las implicaciones legales y las posibilidades de concretar esta declaratoria.

El mapa muestra la ubicación de proyectos hidroeléctricos ya instalados o en trámite en la Zona Norte del país. (Fuente: Asociación de Iniciativas Populares Ditsö)

Cámara de Turismo de Upala:

“Van a matar el incipiente turismo con tantos proyectos sobre nuestros ríos”

Los argumentos de protección al medio ambiente no son los únicos que desfilaron en protesta contra la proliferación de proyectos hidroeléctricos en la zona norte, pues también la industria turística se siente amenazada por la pretensión de atrapar a los ríos en represas.

Sonia Vargas, secretaria de la Cámara de Turismo de Upala, también salió a manifestarse junto a un grupo de estudiantes de turismo del cantón, al considerar que tantas hidroeléctricas en sus ríos darían al traste con los esfuerzos que se han realizado para atraer más visitantes a la zona.

“Hemos venido luchando por el desarrollo del turismo en Upala, pero sin nuestros ríos no tendremos el atractivo de prácticas como el “rafting” o el “tubing” que interesa tanto a los turistas”, dijo Vargas a UNIVERSIDAD.

Los incipientes empresarios turísticos se sienten preocupados por proyectos como Los Negros, sobre el río Pizote, ya que hay empresas que estaban aprovechando el atractivo de este río para la práctica de deportes de aventura.

“En el caso de Upala ya perdimos el río Zapote; ya es un río muerto para el turismo, es un río que constantemente cambia de nivel, hay cabezas de agua cuando liberan la represa, hay un gran impacto, y ya mis muchachos no pueden pensar en desarrollar actividades en ese río”, reclamó.

Vargas comentó que si bien la idea de convertir a Upala en un lugar que atraiga al turismo nacional y extranjero apenas da sus primeros pasos, ya se han realizado esfuerzos importantes para participar en ferias y tratar de dar otra opción de desarrollo a una zona que es tradicionalmente agrícola.

“Hemos estado promoviendo que vengan a visitar nuestro río Celeste, nuestros humedales de Caño Negro y Medio Queso; esta es una zona que todavía no es muy visitada, pero queremos darla a conocer”.