En las técnicas de mejoramiento genético convencional (cruce, selección, hibridación, mutagénesis y otras, donde los transgénicos no tienen nada que ver), cabe recalcar que poseen un alto grado de incertidumbre e imprevisibilidad asociada, ya que se intercambian grandes cantidades de material genético cuando se cruzan dos genomas de organismos. Las variaciones genéticas (y su número) que ocurrieron dentro de los organismos son desconocidas, pudiendo haberse creado nuevas funciones (o eliminarse), crear inestabilidad génica, modificación de vías metabólicas y otras. En el caso de la mutagénesis, los cambios genéticos están creados de forma muy aleatoria; también hay ADN movible (transposones) que se encuentra en todas las plantas y animales, que entran y salen de los genomas, transformándolos continuamente.
Existen muchos estudios científicos críticos que exigen que se detenga a los transgénicos de introducirlos en la cadena alimentaria. Así en experimentos de laboratorio, alimentando ratas con alimentos (soja, maíz, patatas y otras) resultan con afectaciones graves su hígado, páncreas y riñones, alteran su sistema inmunológico y disminuyen su fertilidad.
Los alimentos transgénicos son los genocidas de nuestros días, ya que están generando muchas enfermedades actuales, como Alzheimer, mal de Parkinson, y una gran variedad de tumores y cánceres extraños. Ejemplo es el caso del Dr. Pustai, que demostró en un laboratorio, como unas ratas alimentadas con productos transgénicos desarrollaban tumores en el hígado y bazo. El profesor francés Gilles-Eric Séralini publicó hace un año un estudio donde demostraba cómo morían y padecían cáncer las ratas alimentadas con transgénicos. Donde se insiste que estamos comiendo muchos transgénicos a través de los animales. El 90% de los transgénicos se utilizan para alimentar a los cerdos y vacas. Los transgénicos contienen pesticidas que entran en la cadena alimentaria y ahí se acumulan. Mientras, los animales enferman, y comer animales enfermos es muy perjudicial para la salud (recuérdese las vacas locas). Los animales son más susceptibles a infecciones y enfermedades. Su consumo debe ser prohibido. Así, un grupo de científicos australianos evidenció que los productos transgénicos afectan de forma severa las entrañas y las funciones reproductivas en los animales que los consumen. Sobre todo aquellos alimentos para animales que rezan: purina.
La OM señala que el 80% de las enfermedades “de la civilización” tienen que ver con la dieta contaminada, debido al cambio en la alimentación, que históricamente cumplía con la misión de curar y prevenir ciertas enfermedades. Investigadores en la revista ‘International Journal of Environmental Research and Public Health’ , evidencian que el producto de Monsanto Roundup o glifosato se vuelve altamente tóxico para el riñón cuando se mezcla con agua dura, metales como el arsénico y el cadmio, o cuando se agregan a otros fertilizantes. Esto explica la misteriosa y fatal enfermedad renal crónica de origen desconocido (llamada ‘CKDu’) que se ha detectado en las regiones de países de Centroamérica. El glifosato fue patentado como herbicida por Monsanto en los años 70 y luego la compañía la introdujo al mercado bajo el nombre de ‘Roundup’, el herbicida más utilizado en el mundo.
Es más, muchos son los mitos que se generan alrededor de los productos transgénicos y todos son probados mediante estudios en Francia, Rusia y organismos en Gran Bretaña. Recientemente, Francia emitió una ley que prohíbe la comercialización y el cultivo del maíz transgénico de Monsanto, de manera definitiva, invocando el «principio de precaución«. Pues Monsanto, todavía no ha demostrado lo inocuo de estos alimentos (no productos, que implica otra cosa). Esto se da, debido a que surgen nuevas evidencias científicas sobre el cultivo de semillas transgénicas, que tienen graves riesgos para el ambiente, así como un riesgo de propagación de organismos dañinos convertidos en resistentes. Así, el maíz transgénico no ha resultado infalible contra las plagas.
Por otro lado, es un serio desastre ecológicoPrincipio del formulario
, el que provocan las semillas transgénicas contaminando miles de especies y variedades vegetales, generando graves efectos en muchos sitios.
Monsanto lucha contra la soberanía agroalimentaria de los diversos pueblos del mundo, donde impone la política de patentes de sus productos en detrimento de los sectores campesinos, agricultores y consumidores nacionales. Pero, tampoco Monsanto está de acuerdo de que se ponga una etiqueta de que se trata de un alimento transgénico, para evitar el riesgo de contagio de alguna enfermedad, pues así es como realmente pasa. Ya que revolución verde, agroquímicos, biotecnología moderna y transgénicos, son la misma filiación que nos lleva a la decadencia.
Por lo que es justo y correcto que la población, mediante las diversas municipalidades, se oponga a las intenciones nefastas de Monsanto (o mondiablo) y sus secuaces malinches locales en el país (revistas, “expertos científicos”, empresarios y políticos peligrosos que atentan contra la salud).