Al menos 12 personas murieron el miércoles en el ataque perpetrado en París contra la revista satírica francesa «Charlie Hebdo», que publica regularmente críticas ácidas contra grupos políticos y religiosos, en un acto que el presiente galo François Hollande calificó de «terrorista».
La policía está buscando a tres atacantes, que huyeron tras abrir fuego en la redacción de la revista con un Kalashnikov, entre otras armas. Entre los fallecidos hay al menos un policía, aseguró el mandatario Hollande. Además se registraron cuatro heridos graves.
Hablando desde el lugar de los hechos, al que se trasladó de inmediato, Hollande anunció que el gobierno elevó hasta el máximo el nivel de alerta y pidió unidad a la nación, además de convocar una reunión de crisis del gabinete. El gobierno también aumentará la seguridad en centros comerciales, medios de comunicación, lugares de culto y transporte público.
Periodistas de oficinas cercanas a «Charlie Hebdo» aseguraron haber oído tiros. Según un empleado de la revista, citado por la prensa, hombres vestidos de negro y encapuchados entraron en el edificio armados con Kalashnikovs.
Un video subido a Internet -que no pudo ser verificado de forma independiente- muestra cómo dos hombres enmascarados salen del edificio donde se encuentra la revista y uno de ellos mata a un policía antes de huir ambos en un coche negro. El video fue supuestamente grabado desde una oficina situada en frente de la de «Charlie Hebdo» y ya fue retirado de Facebook.
La revista satírica tiene un historial de publicaciones satíricas relacionadas con el Islam y otros grupos religiosos, entre las que destacan la publicación de unas caricaturas de Mahoma en 2011. Tras la publicación de una edición especial con un «redactor jefe Mahoma», en noviembre de 2011 la revista fue atacada con bombas incendiarias.
El número más reciente de «Charlie Hebdo», publicado hoy, llevaba en la portada al escritor francés Michel Houellebecq, que generó polémica con su sexta novela «Sumisión», en la que describe la islamización de una Francia gobernada por un presidente musulmán. En la portada, el novelista decía: «En el 2015, celebraré Ramadán (celebración religiosa de los musulmanes)».
Desde varios puntos de Europa surgieron ya reacciones de condena al atentado.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, calificó en Bruselas de «acto intolerable y barbarie» lo ocurrido. «Fue un acto barbárico y un ataque repugnante contra la libertad de expresión», apuntó por su parte el jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg. «Jamás se puede tolerar o justificar el terrorismo en ninguna de sus formas», agregó.
«Los asesinatos de París son repugnantes. Apoyamos al pueblo francés en la lucha contra el terror y la defensa de la libertad de prensa», dijo el primer ministro inglés, David Cameron.
Desde Alemania, la canciller Angela Merkel se mostró «consternada» y transmitió su pésame al pueblo francés por el «abominable» atentado. «Es un ataque a nuestra libertad de expresión y de prensa, núcleo de nuestra cultura de democracia y libertad», escribió en un telegrama dirigido a Hollande.
Sátira. El semanario «Charlie Hebdo» se enorgullece de provocar a todos por igual: sus redactores y caricaturistas han atacado a todas las grandes religiones, políticos y celebridades, levantando la bandera de la libertad de expresión y mofándose de la corrección política.
El semanario de tendencia de izquierda, publicado en formato de periódico, fue fundado en 1970 sustituyendo al semanario «Hara-Kiri», prohibido por las autoridades francesas luego de humorizar la muerte del ex presidente galo Charles de Gaulle. Sin embargo, entre 1981 y 1992 tuvo que suspender su publicación por falta de dinero.
«Charlie Hebdo», con unos 20 empleados, ha enfrentado acusaciones de difamación en los tribunales, pero también ha sido objeto de verdaderos ataques por las caricaturas del profeta Mahoma publicadas en varias ocasiones.
Sin embargo, también ataca a otras religiones. En su edición de esta semana publicó un debate sobre la existencia o no de Jesús.
La primera vez que publicó caricaturas de Mahoma fue en 2006, cuando reprodujo dos caricaturas que ya habían desatado la controversia en Dinamarca.
Entonces un grupo de asociaciones musulmanas llevó a la revista ante los tribunales por esa edición, que vendió casi medio millón de copias, muy por encima de su circulación usual que oscila entre los 55.000 y 75.000 ejemplares. Un tribunal francés falló a favor de la revista, alegando que las caricaturas se dirigían contra los terroristas más que contra los musulmanes.
En 2011 siguió una edición especial titulada «Sharia Hebdo», después de que las elecciones en Túnez auparan al partido islamista En Nahda. Entonces la publicación señaló que la edición fue editada por el «redactor jefe invitado Mahoma», que amenazaba con cien latigazos si el lector no se moría de risa.
El día de la publicación, la oficina de la revista en París fue atacada con objetos incendiarios. La edición se agotó en unas horas, mientras los políticos franceses defendían el derecho de la publicación a la libertad de expresión.
En septiembre de 2012 la revista volvió a crear polémica con caricaturas del profeta musulmán y tras la publicación tuvieron que cerrarse provisionalmente instituciones francesas en algunos países por motivos de seguridad.
El 2 de enero de 2013 la revista publicó una biografía en forma de cómic de Mahoma, titulada «La vida de Mahoma», lo que provocó un ataque de hackers durante días.
«Si la gente quiere recibir un shock, lo tendrá», dijo el editor jefe Stephane Charbonnier en ese momento.
Sin embargo el semanario no sólo se ha burlado del islam: también ha criticado a sectas, extremistas de derecha o ultrarreligiosos, incluso en una ocasión se enfrentó a una demanda tras una edición especial sobre el papa.
