La selección de Costa Rica esperó seis procesos mundialistas para ingresar a una segunda ronda en un Mundial Mayor de fútbol, desde aquel proético Verano Italiano en 1990. Sin embargo, tras casi un cuarto de siglo de espera, esta fiesta por ingresar a una segunda ronda se revivió, y ¡de qué manera!
Cuando el 6 de diciembre del año anterior se estableció en el sorteo que Costa Rica debería enfrentarse a Italia, Uruguay e Inglaterra, los augurios para la Sele eran pésimos, y tres goleadas en contra de los ticos se presagiaban. Incluso, la imagen en fogueos previos no daba para pensar bien de ellos.
Sin embargo, Pinto y los jugadores siempre estuvieron claro que los juegos verdaderamente importantes empezaban el sábado 14 de junio y no antes. Y el sábado 14 cerró bocas derrotando con suma autoridad 3-1 a Uruguay en Fortaleza.
Hoy, seis días después, en Recife, ante una selección de Italia que venía fuerte por superar 2-1 a Inglaterra, el equipo costarricense salió sumamente respondón, dispuesto a callar a nuevos detractores, entre ellos el entrenador portugués José Mourinho, que aseguraba que la Sele sería víctima de los azzurros.
Y desde que el partido comenzó, el equipo nacional salió dispuesto a ganar el compromiso y a ahorrarse penurias en el partido final el martes ante una Inglaterra que ya estaba eliminada luego de caer 2-1 ante los uruguayos.
Los costarricenses se hicieron presentes con remates de Celso Borges, Oscar Darte, Cristian Bolaños y Bryan Ruiz, pero darle el crédito a ellos solamente sería injusto, pues la férrea línea defensiva estuvo expedita para anular a jugadores como Andrea Pirlo, Mario Balotelli, y Matteo Darmian desde el minuto 1 hasta el final.
Y cuando parecía que el primer tiempo se iba a ir con un empate sin goles, lo increíble sucedió: un pase de Bolaños para Junior Díaz, y de este a la cabeza de Ruiz, terminó en el único gol del cotejo antes de que Enrique Oses, quien se comió dos penales insólitos a favor de los ticos — uno de ellos poco antes del gol– mandara a los equipos al descanso.
Para el segundo tiempo, los ticos mantuvieron el orden defensivo y el juego de toque para desesperar a los italianos, y reventaron cuando fue necesario, para impedir que la escuadra azzurra lograra empatar. Los cambios de Cesare Prandelli no funcionaron, Italia siguió dependiendo de Balotelli y de Pirlo, pero cuando estos lograban tirar a marco, las manos de Keylor Navas impedían que la bola lograra ingresar, y así, con el tiempo y el clima a su favor, el equipo nacional logró amarrar una epopéyica clasificación.
Pero os cambios de Jorge Luis Pinto lograron darle profundidad y toque al equipo tico, por lo que meter a José Miguel Cubero en vez de a Yeltsin Tejeda, a Marco Ureña en vez de Joel Campbell o a Randall Brenes en vez de Bryan Ruiz, hicieron que el equipo no extrañara a los salidos, sino que, si la escuadra funcionaba bien con los que estaban, con los que entraron lo hiciera todavía mejor.
Ahora el martes se juega un partido de trámite contra Inglaterra, en el que el equipo inglés tratará de sacar un triunfo antes de montarse en el avión a su tierra, mientras los nuestros buscan acomodo y esperar a ver si el rival de octavos será Colombia o el que clasifique entre Japón, Grecia o Costa de Marfil, del grupo C.