Posiblemente pocos brasileños hubiesen querido perderse la final del primer Mundial que organizaron en 1950, aunque luego la derrota de 2-1 ante Uruguay hiciera que muchos se arrepintieran de haber estado ese 16 de julio en el estadio Maracaná.
Joedir Sancho tenía entonces 21 años y todo el deseo de acompañar a los más de 200.000 espectadores que llenaron el Maracaná de Río de Janeiro con la esperanza de ver a Brasil alzando la Copa del Mundo en casa, pero por “motivos de fuerza mayor” no pudo hacerlo. Tuvo «suerte» de no presenciar el «Maracanazo».
Hoy Joedir Sancho tiene 85 años y una nueva oportunidad. En un acto de generosidad decidió no hace mucho escribirle a la FIFA para ofrecerle aquel boleto que nunca pudo usar de la final de 1950, para que sea parte del Museo del Fútbol que el ente rector del fútbol mundial planea instalar.
En respuesta, FIFA le otorgó a Sancho una entrada para la final de Brasil 2014 en un asiento preferencial junto a dos acompañantes, que le fue entregado hoy en el Maracaná en manos de Jerome Valke, secretario general de la FIFA.
Acompañado por su nieto Vinícius, quien llegó bien uniformado con la camiseta de su selección, Joedir comentó que ahora sí espera asistir a la final, y que esta vez sí sea Brasil el que celebre en su mayor escenario futbolístico.
“No pude asistir al partido en 1950, pero ahora sí quiero asistir a la final y espero que Brasil logre superar esa historia en este mundial”, afirmó Sancho.
Vinicius también está optimista y dice que Brasil va a llegar a la final contra Alemania, y la va a ganar 2-1. El 13 de junio se sabrá si finalmente se escribe la historia que los brasileños están esperando.